Fin de año: consejos para disfrutar de las fiestas de manera sostenible
Un muñeco de nieve rodado, construido por la Autoridad Metropolitana de Control de Inundaciones de Albuquerque Arroyo de Nuevo México, se eleva a lo largo de la Interestatal 40. Albuquerque, Nuevo México.
Las fiestas de fin de año son una ocasión para celebrar en familia o con amigos. Sin embargo, también puede transformarse en un momento de derroche: decoración nueva, regalos y las mesas repletas de comida. ¿Es posible disfrutar de forma sostenible sin generar residuos y desperdicio?
Para responder a esta pregunta, National Geographic dialogó con especialistas que ofrecieron consejos para festejar cuidando el medio ambiente sin perder la magia del fin de año y de los encuentros.
Consejos para decorar durante la Navidad y el Año Nuevo
La Navidad suele ir acompañada de luces, decoraciones y, por supuesto, del pino donde se disponen los regalos. La elección de este último puede ser compleja, advierte Elisa Garza García, agricultora urbana mexicana y creadora del blog Elisa Hortaliza.
Al respecto, la especialista asegura que “no hay una respuesta correcta” sobre el pino ideal, ya que todas las opciones tienen un impacto ambiental. En el caso del pino de plástico si bien dura algunos años, cuando acaba su vida útil se desecha y se convierte en microplásticos, es decir, se rompe en pequeñas partículas que quedan en la Tierra, contaminan y afectan la salud humana.
Sin embargo, lo ideal es que las personas que ya tengan un pino de plástico en casa puedan reutilizarlo o bien adoptar una postura circular e intercambiarlo con otras personas para seguir dándole utilidad, propone Dafna Nudelman, activista ambiental, especialista en economía circular y consumo responsable y creadora de @Lalocadeltaper.
Otra opción son los árboles elaborados a partir de plástico compostable. Aunque en este caso, aclara la agricultora mexicana, es preciso investigar las certificaciones que garanticen que el objeto adquirido es realmente compostable y en qué lugar debe disponerse una vez desechado.
Una tercera opción son los árboles naturales. “Esto no tiene nada de ecológico porque juntamente estás talando un árbol para tirarlo a los pocos días”, explica Nudelman. Además, agrega Garza García, “a final de cuentas estos pinos los siembran y crecen con pesticidas”.
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Frente a esto, “la mejor opción sería no tener un árbol de Navidad o sembrar uno afuera de la casa”, recomienda la mexicana.
Otra buena opción es aprovechar materiales recuperados para crearlo manualmente. “Está bueno poner un poco de creatividad, amor y personalización para tratar de evitar el consumo”, reflexiona la argentina.
Además del pino, comúnmente se utilizan diversos objetos para decorar el hogar durante las festividades. Lo ideal en este caso, comenta la agricultora, es no dejarse guiar por las tendencias o la moda que conducen a adquirir elementos diferentes cada año y generar desperdicio.
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Para Garza-García, si bien los elementos de decoración más viejos se pueden regalar o vender, igualmente existe un consumo que contribuye a la generación de residuos.
Celebrar las fiestas decembrinas sin desperdiciar alimentos
Compartir una cena con personas queridas durante las fiestas decembrinas es una tradición que muchas familias cumplen cada año. Sin embargo, puede ser un momento donde se produce desperdicio de alimentos. Para evitar que esto suceda la clave está en la organización, asegura la creadora del blog Elisa Hortaliza.
En primer lugar, sugiere repartir la producción de alimentos entre los comensales y hacer cálculos para evitar elaborar comida demás. “Son 150 gramos de comida por persona. Basta con hacer las cuentas y preparar solo eso”. “Estamos muy inmersos en el qué dirán si no hay suficiente comida, por ejemplo. Planear es algo que nos va a ayudar muchísimo a todos”.
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Por su parte, Nudelman propone condimentar las ensaladas en el plato de cada comensal, para evitar preparar de más y desechar la verdura. Sumado a eso, propone desafiarse y aprovechar al máximo cada producto. Por ejemplo, preparar snacks con las cáscaras de papas. Y, en caso de que sobre comida, repartirla entre los asistentes.
Un árbol de Navidad hecho de plantas rodadoras. Chandler, Arizona.
Ahorrar energía en diciembre: ¿es posible?
Durante el fin de año suelen utilizarse guirnaldas de luces para decorar el hogar. Sin embargo, dice Garza García, es posible que estas no generen un gasto considerable. En cambio, es posible hacer un uso consciente de la energía de forma cotidiana.
Al respecto, la activista argentina aconseja: usar el aire acondicionado (en los países donde hace calor) en 24 grados centígrados y solo cuando sea necesario; al cocinar apagar el horno unos instantes antes de que la comida esté a punto para aprovechar el calor residual; evitar abrir la heladera constantemente; y tener en cuenta que artefactos como el secador de pelo son electrodomésticos que consumen mucha energía.
Generar menos residuos y evitar el plástico
De acuerdo a datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en Ciudad de México la producción de residuos aumenta alrededor del 25% durante el mes de diciembre.
Frente a este panorama, ambas entrevistadas coinciden en que es imprescindible ser conscientes de que la basura generada tiene un impacto incluso luego de ser desechada y recolectada.
Al respecto, el Pnuma es tajante: “No podemos permitirnos bajar la guardia. Ni siquiera durante las vacaciones”.
Por eso, la especialista argentina en consumo circular invita a hacer compras conscientes para evitar residuos (por ejemplo elegir bebidas en envase retornable y no de plástico); clasificarlos; y compostar los orgánicos. Es decir, cumplir con pautas cotidianas que en este tipo de eventos cobran otra relevancia y se multiplican por la cantidad de personas.
Además, el programa de Naciones Unidas ofrece otros consejos para tener en cuenta en las fiesta decembrinas como no usar vasos y cubiertos descartables; evitar los envases de plástico innecesarios al comprar comida y llevar bolsas y recipientes reutilizables al ir a la verdulería o a comprar carne; y aprovechar los paseos familiares para recoger basura de las playas o parques.
El gran regalo es compartir
“El regalo es un gesto, una demostración de amor y cariño, por lo tanto debemos replantearnos qué tiene que ser un regalo”, reflexiona Nudelman. Entre las propuestas para obsequiar, menciona: una planta de la huerta, algo que la persona elabora artesanalmente, comida o un servicio.
“También se puede elegir algún producto que en sí mismo dé cuenta de algún cambio de hábito y ayude a la otra persona a usar menos plásticos de un solo uso, como cosmética natural con menos residuos y contaminantes y elaborado con ingredientes naturales o escoger emprendimientos de triple impacto”.
Para Garza García existen alternativas que, si bien tienen un impacto, son opciones amigables con el medio ambiente. Por ejemplo, aconseja regalar experiencias (como un día de spa o un corte de pelo) y hacer un intercambio de obsequios, de manera de hacer un solo regalo por persona.
Otra opción consiste en generar dinámicas de intercambio para agradecer y destacar lo compartido, ya sea a través de cartas o de forma oral. “Ese tipo de cosas que a veces no decimos también es un regalo muy bonito”, considera la agricultora.
A su vez, aconseja evitar hacer regalos solo por compromiso porque es posible que la otra persona no lo necesite. “Al final de cuentas, a veces terminamos regalando cosas que la otra persona ni siquiera necesita y tal vez agradecería mucho más una carta que la haga sentir especial”.
En cuanto a los envoltorios, Nudelman sugiere reutilizar papeles o bolsas, usar telas o incluso evitar los paquetes ya que mientras se utilice más packaging habrá más desperdicio y derroche de recursos. “No hay una solución fácil, rápida, cómoda y despreocupada que no requiera ningún tipo de esfuerzo y que sea eco amigable”.
En síntesis, Nudelman sugiere que el primer paso es cuestionarse qué regalo se va a hacer y cuál es el objetivo del mismo.
Las fiestas decembrinas, una buena ocasión para reflexionar
Por otra parte, la creadora de @Lalocadeltaper propone tomarse tiempo para que cada persona reflexione sobre qué aspectos de su vida cambiaron durante el 2022, se plantee desafíos y se proponga que el 2023 sea un año para inspirar a otras personas y contagiarles el espíritu del consumo responsable y de la conciencia ambiental.
“Hay muchas cosas, como por ejemplo celebrar en familia o con amigos que están buenísimas y otras que venimos arrastrando de una cultura de derroche que se pueden replantear y poner en perspectiva respecto de cuál va a ser nuestro aporte”, considera Nudelman.
A modo de conclusión, la activista añade que una buena manera de cambiar de hábitos y de tener un fin de año sostenible consiste en cuestionarse qué estamos haciendo y por qué.
Garza García concluye que es posible disfrutar de un fin de año sostenible. Para conseguirlo, señala, es preciso ser conscientes de que se trata de una celebración, de agradecer por lo vivido y de reflexionar sobre el motivo del encuentro. “Elegimos muy bien con quién pasar estas fechas, entonces sugiero darle la importancia a lo que verdaderamente es importante”.
“Creo que eso es lo que necesitamos: un poco más de conciencia y un poco más de amor. De empatía hacia nuestro planeta”, concluye.