Qué es la moda sostenible
El tratamiento, reutilización, reconversión y uso creativo de materiales forma parte del abordaje circular que implica la moda sostenible.
La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global y produce el 8% de los gases de efecto invernadero, advierte la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Para hacer frente a este impacto, la moda sostenible se perfila como una tendencia amigable con el medio ambiente.
¿Qué es la moda sostenible?
Tal como expone el artículo ¿Cómo estar a la moda y ser un consumidor consciente? publicado en National Geographic, existen diferentes definiciones para el término.
Una de ellas es la de Brenda Chávez, periodista e investigadora especializada en consumo, sostenibilidad y cultura, que la define como la contracara a la fast fashion (moda rápida).
A su vez, en su libro Tu consumo puede cambiar el mundo: El poder de tus elecciones responsables, conscientes y críticas (Planeta, 2015), la autora la define como sentido común, como un signo de humanidad e, incluso, como una forma de pensar el futuro.
En tanto, en el artículo Moda sostenible: conoce una alternativa al “fast fashion” Chávez comenta a National Geographic que la moda sostenible hace referencia al surgimiento de un tipo de oferta donde conviven diversas realidades: marcas con criterios sociales, ambientales y económicos dignos, de comercio justo, creadores locales y artesanía tradicional.
Y, a la vez, a la emergencia de alternativas que permiten alargar la vida de las prendas y reutilizarlas (a través del uso de segunda mano, el préstamo, el alquiler o las bibliotecas de moda) o que facilitan desmercantilizar los armarios (a través del trueque, el intercambio o la auto costura).
Una modelo brasileña luce una pieza de la colección "Sopro", de Flávia Aranha.
La moda sustentable se apoya en las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. En la imagen se aprecia una pieza de la diseñadora Flávia Aranha.
Según Chávez, esta alternativa emergente replantea el proceso de confección, distribución, comercialización, uso y consumo hacia lógicas que ponen en el centro de sus modelos el cuidado de la biodiversidad, de las personas y de la vida.
(Ver también: Plásticos: descubre si es posible eliminar su consumo)
Por su parte, la comunicadora, experta en moda y publicista española Laura Opazo define a la moda sostenible como “una forma de encontrar equilibrio”.
En tanto, Jean Verdier, fundador de la plataforma mexicana Fashion Green, señala a National Geographic que la moda sostenible “tiene en cuenta tres pilares fundamentales en la construcción del diseño: lo social, lo ambiental y lo económico”.
Para el especialista el pilar económico es fundamental porque atañe directamente al modelo de producción, distribución y consumo actual. En este último eslabón de la cadena (el consumo), intervienen los hábitos y prácticas que cada ciudadano puede modificar.
La utilización de productos y técnicas naturales para producir y reconvertir prendas es uno de los pilares de la moda sustentable.
Cómo contribuir a la moda sostenible
En diálogo con National Geographic los especialistas brindan algunas recomendaciones para dar los primeros pasos hacia el consumo de moda sostenible.
Entre ellas, sugieren analizar el armario de forma crítica para analizar qué prendas se usan, cuáles no, cuáles son similares y cuáles definen la personalidad de la persona. “Una vez que sabes lo que tienes puedes dar los siguientes pasos, como reciclar, donar o incluso vender la prenda en tiendas de segunda mano”, advierte Alejandra Gougy, diseñadora argentina de moda sostenible.
Además de observar las prendas disponibles, los expertos recomiendan reorganizar el ropero periódicamente para tener una visión amplia de lo que hay en el propio guardarropas.
Por otra parte, también es posible poner en práctica las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. En este sentido, tanto reutilizar como reciclar constituyen el arte de dar segundas oportunidades a las prendas, aseguran los especialistas.
Sumado a lo anterior existen otras sugerencias como leer las etiquetas para conocer su composición y determinar su impacto ambiental, origen e instrucciones de cuidado; priorizar las marcas locales para evitar los costos ambientales del traslado; e involucrarse con el cambio.
“Lo más importante es empezar por uno mismo, porque antes que los grandes desafíos que deben asumir urgentemente las empresas y gobiernos, está el compromiso individual”, reflexiona Máximo Mazzocco, activista argentino y fundador de EcoHouse.