¿Cuánto se ha deforestado la selva amazónica hasta ahora?
Los agricultores talaron una parcela de la selva amazónica para cultivar maíz.
Antes de la llegada de los colonos europeos a las Américas, se estima que la selva amazónica cubría 647 millones de hectáreas del norte de Sudamérica, equivalente a más de 6 billones de metros cuadrados (km²). Pero a lo largo de los siglos, la ocupación y otras actividades humanas han provocado la pérdida de gran parte de la selva tropical más grande del mundo.
Esta estimación fue realizada por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), desarrollado por la asociación internacional Amazon Conservation Association (ACA, por sus siglas en inglés), y publicado en el informe Tipping Point in the Amazon–Where are we? (Punto de inflexión en la Amazonia-¿Dónde estamos?, en español), de septiembre de 2022.
El proyecto, que utilizó datos sobre el uso y la cobertura del suelo hasta 2021, explica que el bosque ha perdido 85 millones de hectáreas (850 mil millones de km²) desde las primeras ocupaciones europeas en América del Sur. Según el informe, esto equivaldría a la desaparición del 13% de la cobertura vegetal original.
Entre los nueve países que albergan el bioma amazónico, Brasil fue el que registró la mayor pérdida de bosques con 69.5 millones de hectáreas deforestadas para 2021. Este número equivale un 30% del total perdido.
Le siguen Perú, con la pérdida de 4.7 millones de hectáreas, Colombia (4 millones de hectáreas), Bolivia (3.8 millones de hectáreas) y Venezuela (1.4 millones de hectáreas). Los cuatro países restantes, Ecuador, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa, representan las últimas 1.9 millones de hectáreas.
La deforestación es la principal causa de pérdida de vegetación, según la MAAP. Esta actividad es aprovechada para una variedad de actividades humanas, como el uso de la tierra para la agricultura, minería, tala, construcción de ciudades y carreteras, entre otras.
Amazonía: cada vez más cerca del punto crítico
A lo largo de la Carretera Transamazónica, se despejan tierras de selva tropical para la cría de ganado.
Este escenario, en el que más del 10% del bosque original ha sido arrasado, sitúa al bioma amazónico más cerca de su punto crítico, indica el proyecto MAAP.
Llegar a este punto significa, según el informe, que partes del bosque se transformen en ecosistemas más secos al cambiar los patrones de lluvia.
La investigación científica revisada por el proyecto MAAP señala que el punto crítico puede ser desencadenado por una pérdida del 25% del bosque y potenciado por los efectos del cambio climático.
La Amazonía genera su propia precipitación, reciclando el agua de los ríos y del Océano Atlántico en forma de lluvia a través de la respiración de plantas y animales. Por lo tanto, resume el informe, la alta deforestación contribuye a que las estaciones secas sean más intensas, afectando todo el ciclo del agua en la región.