3 de cada 10 latinoamericanos ha enfrentado un desastre, pero la situación podría revertirse
Una mujer mira un edificio colonial derrumbado después del terremoto de magnitud 7,2 de 2021 en Haití, Jeremie, Haití.
Más de 190 millones de personas en América Latina y el Caribe han enfrentado algún tipo de desastre desde el año 2000 a la actualidad, indica un informe elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés).
El documento fue publicado este jueves 7 de septiembre y revela que, durante lo que va del siglo, tres de cada diez latinoamericanos han debido afrontar un huracán, un terremoto, una sequía, un alud o la actividad de un volcán, entre otras de las calamidades más comunes en la región, que han sumado más de 1500 en el periodo analizado.
Cuáles son los efectos de los desastres en la región
El estudio analiza el impacto social y económico de los desastres en la región, así como las tendencias históricas, con el fin de llamar a la acción para mitigar los riesgos futuros. Concretamente, el organismo señala que la exposición y la vulnerabilidad juegan un papel importante frente a estos fenómenos.
“Los eventos climáticos y sísmicos extremos están ocurriendo en lugares donde la pobreza, la desigualdad, la inseguridad alimentaria, el desplazamiento y la violencia son parte de la vida diaria de millones de personas”, dijo al respecto la jefa regional de OCHA para América Latina y el Caribe, Shelley Cheatham.
La funcionaria añadió que el aumento de los riesgos, sumado a la continua vulnerabilidad de esas personas, “implican que sea más probable que ocurran desastres y que, por lo tanto, se pongan en peligro más vidas y medios de subsistencia, ocasionando más pérdidas humanas y materiales”.
Cuáles son los factores que empeoran los desastres
Las dependencias de la ONU advierten que la alta densidad poblacional, el crecimiento urbano impredecible, el cambio climático, los desplazamientos, la degradación ambiental y la explotación de los recursos naturales elevan enormemente los riesgos.
En este sentido, el informe insiste en que no todas estos fenómenos resultan en desastres. Sino que las vulnerabilidades afectan la capacidad de preparación y respuesta, lo que puede hacer que eventos menos peligrosos sean igual de destructivos que los de gran magnitud y escala.
Los efectos de los desastres podrían prevenirse
Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que los huracanes de esta temporada ya han afectado a algunas partes del Caribe. A este escenario se le suman los efectos del fenómeno de El Niño, que podría tener un impacto destructivo en comunidades vulnerables del centro y el sur del continente.
Aunque los fenómenos naturales no siempre pueden prevenirse, es posible evitar que las amenazas (como las sequías o los huracanes) se conviertan en desastres si se implementan medidas adecuadas como las alertas tempranas, reconoce la organización mundial.
Por eso, la ONU insta a los sectores público y privado a realizar inversiones que ataquen los problemas de riesgo desde la raíz y que generen una colaboración entre los distintos sectores económicos, políticos y sociales.