Qué es la escala de vientos de huracanes de Saffir-Simpson y cuáles son sus 5 niveles
Los ciclones se caracterizan por vientos de gran velocidad que pueden provocar daños en las construcciones y en las carreteras y afectar los servicios de agua y electricidad.
Vistas aéreas revelan casas destruidas por el huracán Irma a lo largo de Long Beach Road.
El reciente huracán Otis, en México, alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson esta semana. De acuerdo con la clasificación, el ciclón llegó a encontrarse en la fase de mayor peligro.
¿Qué es la escala Saffir-Simpson?
La escala de Saffir-Simpson es una clasificación del 1 al 5 basada en la velocidad máxima sostenida del viento de un huracán que calcula, además, los posibles daños materiales, explica el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Fue ideada a principios de la década de 1970 por el ingeniero Herbert Saffir, y el meteorólogo Robert Simpson, quienes idearon una escala para describir los efectos probables que los huracanes pueden tener en una zona.
Tal como aclara un documento publicado en 2021 por el NHC, la escala no tiene en cuenta el potencial de otros impactos relacionados, como las mareas de tempestad, las inundaciones provocadas por las lluvias y los tornados. Y se debe tener en cuenta que las descripciones generales de los daños dependen en cierta medida de los códigos de construcción locales vigentes.
Aunque todos los huracanes producen vientos que ponen en peligro la vida, los ciclones de categoría 3 o más se conocen como huracanes de gran intensidad y pueden causar daños devastadores e importantes pérdidas de vidas humanas debido a la fuerza de sus vientos.
¿Cuáles son las categorías de la escala Saffir-Simpson y qué daños provocan?
De acuerdo con el documento de 2021, la escala cuenta con 5 niveles y, en general, los daños se multiplican por cuatro por cada aumento de categoría.
En el nivel 1, los vientos tienen una velocidad de entre 119 y 153 kilómetros por hora (km/h). Esta condición puede generar algunos efectos negativos, como daños en los techos y las canaletas de las viviendas. Asimismo, las ramas grandes de los árboles pueden partirse y caer, al igual que los árboles con raíces poco profundas. Sumado a eso, los postes y líneas eléctricas suelen dañarse y generar posibles cortes de energía. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México indica que estos vientos generan leves afectaciones a la infraestructura y la vegetación.
En el siguiente nivel, los vientos son de entre 154 y 177 km/h, lo cual conlleva daños importantes: las casas con estructura bien construida usualmente sufren daños importantes en el techo y el revestimiento. Algunos árboles con raíces superficiales son arrancados de raíz y bloquean numerosos caminos. En tanto, la pérdida de energía es casi total y los cortes pueden durar desde varios días hasta semanas.
Los ciclones de categoría 3 se caracterizan por vientos de entre 178 y 208 km/h, lo que produce daños devastadores incluso en las casas con estructuras bien construidas. Muchos árboles se parten o son arrancados de raíz y bloquean numerosas carreteras. En cuanto a servicios, la electricidad y el agua no suelen estar disponibles durante varios días o semanas después de que finaliza la tormenta.
El nivel 4 de Saffir-Simpson consta de vientos de entre 209 y 251 km/h. Estos generan daños catastróficos: “Las casas bien construidas pueden sufrir daños graves y perde la mayor parte de la estructura del tejado y/o algunas paredes exteriores”, explica el NHC. La mayoría de los árboles y de los postes eléctricos se caen y dejan aisladas algunas zonas residenciales. Los cortes de electricidad son duraderos y, como consecuencia final, la mayor parte de la zona probablemente queda inhabitable durante semanas o meses.
Por último, en el nivel 5 los vientos superan los 252 km/h. Cuando el ciclón llega a este nivel de la escala, un alto porcentaje de viviendas con estructura queda destruido, con rotura total del techo y derrumbe de las paredes. Al igual que en la categoría 4, algunas zonas residenciales se ven aisladas, los cortes de electricidad duran varias semanas o incluso meses y la mayor parte de la zona queda inhabitable durante mucho tiempo.