Los 3 datos sobre la pampa: el rico bioma de Argentina, Brasil y Uruguay que está perdiendo su vegetación original
Es común encontrar grandes rebaños de ganado en los pastizales pampeanos de los tres países en los que se encuentra este bioma. Arriba, vemos un rebaño en Uruguay.
La pampa (cuyo nombre procede de la lengua quechua y significa “región llana”) es un gran bioma que está presente en tres países sudamericanos: Argentina, Brasil y Uruguay, ocupando más de 1 millón de kilómetros cuadrados de superficie, un total del 6.1 % del territorio sudamericano, según explica la Agência Brasil (agencia oficial de información del gobierno brasileño).
Este bioma, sin embargo, se ha convertido en uno de los que más vegetación autóctona ha perdido a lo largo de los años en la región debido a la deforestación para pastos de ganado y agricultura de monocultivo, así como al cambio climático.
He aquí más información sobre las características únicas de este rico y diverso bioma sudamericano y los retos a los que se enfrenta la región para proteger su vegetación y biodiversidad.
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1. ¿Dónde se encuentra la pampa?
Con su vegetación original de pastizales, gran parte de la pampa se encuentra en Argentina, que posee alrededor del 66 %. En Brasil, donde se encuentra el 18% de este bioma, la pampa ocupa dos tercios del estado de Rio Grande do Sul, el más meridional del país; y Uruguay tiene el 16 % restante, lo que la convierte en la vegetación predominante en el paisaje uruguayo, según añade la agencia de noticias del gobierno federal brasileño.
Como ecosistema muy antiguo (ya conocido por los pueblos precolombinos), la pampa posee una flora y fauna muy ricas, con más de 3000 especies de plantas, según el Ministerio de Medio Ambiente brasileño.
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2. ¿Cómo es la fauna y la flora de la pampa?
El paisaje de la pampa varía entre países, aunque la mayor parte se caracteriza por pastizales nativos. También hay bosques ribereños, bosques de ladera, formaciones arbustivas, butiazales, pantanos y afloramientos rocosos, entre otras formaciones.
Sus campos albergan más de 450 especies de gramíneas, así como leguminosas (como el cacahuaete autóctono y el trébol nativo), bromelias e incluso cactus, según el Ministerio de Medio Ambiente brasileño. De hecho, este bioma concentra una de las áreas de mayor riqueza de especies de gramíneas en el mundo, conforme a un artículo publicado por el gobierno argentino.
Su fauna es significativa, con aproximadamente 500 especies diferentes de aves, entre las que destacan el ñandú, la perdiz y el pájaro carpintero, entre muchas otras. También hay más de 100 especies de mamíferos terrestres en la pampa, según el ministerio brasileño, entre ellos el ciervo de las pampas, el hurón y el puma.
En la foto, se puede ver en la pampa de Rio Grande do Sul, Brasil, algo muy característico de este bioma: el predominio de grandes campos de diversas gramíneas.
El clima de la pampa es originalmente templado, con temperaturas medias entre 13 °C y 17 °C, lo que da al bioma características y condiciones muy específicas, acordes con su naturaleza original, según la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa). Sin embargo, con el cambio climático la temperatura ha ido aumentando cada vez más en la región, poniendo en peligro la fauna y la flora.
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3. ¿Por qué está en peligro la vegetación original de la pampa?
Según Embrapa, el uso de los grandes campos de la pampa para el pastoreo de ganado es muy antiguo en toda su extensión. Esto se debe a que la ocupación de la zona para actividades económicas comenzó con la llegada de españoles y portugueses a la región. El ganado se cría en este bioma desde el siglo XVIII, ya que los colonos se dieron cuenta de que la vegetación natural de los pastizales era buena para esos animales.
En las últimas décadas, la pampa en territorio brasileño también se ha utilizado para la agricultura de monocultivo, especialmente de soja y arroz. Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, el 58.6 % de los 176 500 km² que ocupa el bioma en el país ya ha sido descaracterizado, convertido a otro uso, y hoy cerca del 71% de la vegetación original ya no existe, según el artículo titulado Avance de los monocultivos pone en riesgo la Pampa, de la Agencia Senado.
En el mismo sentido, un artículo publicado en 2018 por el Área de Divulgación Científica y Tecnológica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), reconoce que los pastizales pampeanos también están perdiendo terreno ante el avance de la frontera agrícola en Argentina.
Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), citado por ese artículo, destaca que las zonas con mayor actividad agropecuaria son las más deterioradas y son, por lo tanto, las que requieren más esfuerzos de recuperación.
Además, “en la Argentina, el pastoreo y la introducción de especies exóticas impactan sobre la diversidad vegetal y animal de los pastizales”, destaca Susana Perelman, directora del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la FAUBA, en el texto.
Profesores e investigadores de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul publicaron un artículo en el sitio web de la institución sobre la pérdida de la fauna y flora originales del bioma pampeano. Según Joel Henrique Ellwanger, Marina Ziliotto y José Artur Bogo Chies, esto es preocupante porque perjudica servicios ecosistémicos fundamentales para la vida de los seres humanos y de las especies silvestres, como la polinización, la captura de dióxido de carbono (CO2) y la regulación de los ciclos climáticos e hídricos.
En una carta publicada por los académicos en la revista científica estadounidense Science, destacan la importancia de la biodiversidad pampeana para mantener la salud humana y medioambiental. También hacen hincapié en tres puntos esenciales: la prevención de zoonosis y enfermedades emergentes, un sistema inmunitario y una salud mental sanos, y la reducción de la contaminación.