La moderna rotación de la ropa tiene un enorme coste medioambiental y humano. Saber lo que ...

Qué es la moda lenta: cómo comprar despacio, de manera sostenible y ética

Los expertos explican por qué un precio más alto no significa mejor calidad y cómo esta tendencia se puede encontrar en una amplia gama de precios. ¿Cuáles son las diferencias con la moda rápida?

La moderna rotación de la ropa tiene un enorme coste medioambiental y humano. Saber lo que tienes en tu armario y dedicar tiempo a considerar dónde puedes añadir una pieza versátil y de alta calidad ayuda a tu huella individual.

Fotografía de Elliot Ross Nat Geo Image Collection
Por Lauren Potts
Publicado 24 jun 2024, 07:54 GMT-3

Muchos de nosotros hemos comprado un vestido o una camisa baratos por capricho, sólo para ponérnoslos una vez (o ninguna) y guardarlos en el fondo del armario. Tal vez incluso te hayas comprado un par de zapatos para darte cuenta de que ya tenías otros muy parecidos en casa. Peor aún, a veces la prenda se deshace tras un solo lavado y acaba en la basura. Todo sea por la moda o por aprovechar la oferta. Pero ahora, la moda lenta es una gran opción para cuidar el bolsillo y también al planeta

Estas experiencias compartidas con la llamada “moda rápida” suelen ir acompañadas de sentimiento de culpa, no sólo por el dinero gastado, sino también porque fomenta el trato poco ético de los trabajadores y se suma al impacto que la ropa no deseada tiene en nuestro planeta.

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Cuál es la diferencia entre moda rápida y moda lenta

La moda rápida tiene precios muy baratos, materiales de muy bajo coste, no paga al personal el salario mínimo legal de ese país o región, y una fuerte estrategia de marketing de ‘cómpralo ahora o arrepiéntete’", dice Jennifer Walderdorff, consultora de moda sostenible y autora de Look @ the Labels. 

“Por el contrario, en la moda lenta los tejidos son de mayor calidad, se paga justamente al personal, no se llevan las cosas volando de A a B. Todo es más meditado en comparación con la moda rápida, que es más efímera, de microtendencias”, agrega Walderdorff.

A pesar de la creciente concienciación sobre los costes humanos y medioambientales de la moda rápida, no todo el mundo tiene la opción de comprar de forma más sostenible. Con el aumento de la inflación en Estados Unidos, que incrementa todos los costes de la vida, y la escasez de opciones de tallas sostenibles, muchos se preguntan si pueden permitirse ropa ética y sostenible que les quede bien.

Pero los expertos dicen que no hace falta arruinarse para comprar despacio, de forma sostenible y ética. Por dónde empezar.

Cómo sumarse a la moda lenta 

El primer paso debería ser hacer inventario de lo que ya tienes. La estilista y experta en moda sostenible Roberta Lee recomienda hacer una auditoría del armario al menos una vez al año para revisar cada prenda y decidir si la conservas, la donas o la vendes. Ten en cuenta factores como el ajuste, el estado y la versatilidad y, a continuación, organiza las prendas por categorías para detectar las que faltan o las que están duplicadas.

Los artículos que cumplen los requisitos pero necesitan algo de cariño pueden remendarse o incluso cambiar de estilo con la ayuda de un sastre. Walderdorff es partidaria de reparar las prendas, ya que puede alargar su vida útil: sustituir botones, coser agujeros de polilla y rectificar manchas tiñendo la prenda de otro color. Excepto las medias, “casi todo se puede arreglar”, añade.

Si realmente necesitas cambiar algo, invierte en prendas que no pasen de moda, argumenta Lee. Busca ropa de corte clásico y que puedas combinar con cualquier estilo. 

"Involucrarse en la moda lenta no tiene que ver con la compra, sino más bien con la mentalidad. Piensa en una cosa que te encantaría añadir a tu armario y cómo la utilizarías con las cosas que tienes. Si te cuesta, busca ‘formas de llevar una americana’: te dará un plan estructurado".

Elegir prendas que no pasen de moda te ayudará a responder a la pregunta: “¿Puedo ponerme esto 100 veces?”. Eso significa que se puede llevar en múltiples ocasiones, año tras año. “Si la respuesta es no, no inviertas”, señala la estilista.

Las claves de la moda lenta: reutiliza comprando ropa usada y recicla la destruida

Comprar de segunda mano es una forma estupenda de encontrar ropa asequible y de calidad. Un estudio reciente sugiere incluso que comprar ropa de segunda mano de calidad puede durar más que la moda rápida, lo que la hace más accesible para el bolsillo si se tiene en cuenta el precio por prenda.   

Pero no lo utilices como justificación para comprar más, advierte Alana James, diseñadora de moda y profesora adjunta de la Universidad de Northumbria, cuya investigación se centra en la sostenibilidad. “Cuando el volumen de consumo refleja la moda rápida, puede ser algo negativo”.

Si tu ropa no tiene arreglo, el reciclaje es una buena opción, aunque es un proceso que genera muchas emisiones y puede que sólo se aplique a prendas de un solo material. Los artículos de tejidos mixtos son difíciles de reciclar, dice Walderdorff, por eso es buena idea invertir en piezas de uno solo. 

Moda lenta vs moda rápida: ¿qué te dicen la etiqueta, los materiales y el precio?

Las etiquetas pueden inducir a error. Algunas empresas utilizan la expresión “diseñado en” en lugar de “fabricado en” para que parezca de gama alta, explica Walderdorff.

Pero el país de fabricación no siempre lo dice todo. En su lugar, hay que fijarse en las prácticas de cada marca. Lee dirige el Directorio de Marcas Éticas, en el que figuran unas 100 empresas de todo el mundo que valoran la sostenibilidad y se responsabilizan de lo que ocurre con las prendas al final de su vida útil. Good on You también tiene una guía de marcas éticas y sostenibles.

Aunque la mayoría de la moda rápida es barata de comprar, algunas cuestan más pero no siempre se traducen en mejor calidad. “Algunas de esas [prendas] de precio medio están mal hechas: no tienen forro, el tejido es mixto, la composición es pobre”, describe la autora de Look @ the Labels. “Fíjate en si la prenda es translúcida, fina; [eso es] un indicio de que el material es de bajo coste [y, por tanto,] fast fashion”.

Aunque elegir tejidos naturales como el algodón en lugar de sintéticos tiene sus ventajas, no es una solución perfecta. Por ejemplo, las fibras naturales tratadas con tintes o estampados pueden cambiar sus propiedades y su biodegradabilidad, afirma James.

En su lugar, compra prendas de mejor calidad que no haya que cambiar tan a menudo. Busca los distintivos de las prendas bien hechas, aconseja Walderdorff, como costuras rectas y ajustadas sin hilos sueltos, confección que dé estructura y escotes que mantengan su forma.

La moda lenta puede encontrarse a precios muy variados, afirma Lee. “Pero conviene recordar que la ropa de calidad costará más que la moda rápida, por eso la métrica del coste por uso es un factor importante a la hora de comprar ropa nueva”.

En cuanto a los consumidores que necesitan un tallaje más amplio, no cabe duda de que el mundo de la moda sostenible necesita mejorar en accesibilidad. Sin embargo, todavía hay docenas de marcas de calidad que se adaptan a tallas más grandes: estas guías pueden ayudarte a empezar.

Cómo identificar a una marca que es sinónimo de la moda rápida

Algunas marcas son sinónimo de moda rápida, como las chinas Shein y Temu, cuyas prendas de bajo coste supusieron un tercio de todos los paquetes libres de impuestos que entraron en Estados Unidos en 2022. 

Walderdorff dice que las marcas de moda rápida cambiarán notablemente el diseño de sus tiendas y sitios web con frecuencia para mostrar las nuevas llegadas. James argumenta que será cada dos o tres semanas, si no más rápido. “La moda rápida tiene ciclos de vida cortos, una colección muy amplia, y se ve mucho en muy poco tiempo», añade Walderdorff.

Qué hay que saber y tener en cuenta sobre las marcas en la moda lenta

James afirma que es un “campo de minas” saber qué marcas se limitan a afirmar que son sostenibles y cuáles ponen realmente en práctica sus palabras. Lee está de acuerdo y advierte a la gente que tenga cuidado con las marcas que animan a sus clientes a entregar la ropa que no quieren a cambio de un vale para gastar en la tienda. “Todo el modelo [consiste en] impulsar el consumo y hacer que te sientas descontento con lo que tienes”.

Cada vez que compramos a una marca, la estamos apoyando a ella y a sus valores, afirma James. “Se trata de ser considerado a la hora de comprar y tener en cuenta el impacto que esas prendas tienen en el mundo”.

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