Aurora de lluvia polar: cómo se formó en el Polo Norte el raro fenómeno que se da una vez cada 20 años

Los científicos la identificaron como una aurora nunca antes vista desde la Tierra. Los detalles del descubrimiento.

Por Isabel Swafford
Publicado 14 jul 2024, 09:01 GMT-3
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Los días 25 y 26 de diciembre de 2022, los investigadores documentaron una rara aurora de lluvia polar desde Longyearbyen (Noruega), que se ve arriba debajo de la aurora boreal más común. Las auroras de lluvia polar se forman mediante un mecanismo diferente al de una aurora típica y son extremadamente difíciles de observar.

Fotografía de Fredrik Meling 500px, Getty Images

Una madrugada de Navidad, en la isla ártica de Svalbard (Noruega), un objetivo de ojo de pez apuntaba hacia un cielo nocturno verde brillante. A diferencia de la emblemática aurora boreal, en la que finas estructuras serpenteantes se entrelazan bajo las constelaciones, esta aurora se extendía por el cielo en un manto verde casi uniforme.

"Esta aurora tenía una forma muy suave y su estructura era una mancha difusa de color verdoso. Era como un gran pastel verdoso", explica Keisuke Hosokawa, físico espacial de la Universidad de Electrocomunicaciones de Tokio (Japón). Hosokawa nunca había visto nada igual.

La extraña aurora cubrió el cielo del Polo Norte los días 25 y 26 de diciembre de 2022, y Hosokawa y sus colegas han identificado ahora el fenómeno como una rara aurora de lluvia polar en Science Advances.

Las auroras son producto de los electrones del sol que quedan atrapados y acelerados por el campo magnético de la Tierra. Los electrones fluyen desde la corona solar, su atmósfera más externa, en un plasma llamado viento solar.

Debido a la gran variedad de partículas de alta energía que contiene, los electrones del viento solar no suelen tener energía suficiente para crear auroras visibles al llegar a la Tierra. Pero una vez que quedan atrapados por el campo magnético del planeta y se excitan, los electrones interactúan con los átomos de nuestra atmósfera y producen auroras. Los espectáculos de luz aparecen alrededor de los polos de la Tierra, pero rara vez sobre los propios casquetes polares.

¿Cómo se forman las auroras de lluvia polar?

Por el contrario, las auroras de lluvia polar son causadas directamente por electrones del viento solar. El fenómeno recién descrito de 2022 "es un contraejemplo fascinante en el que un casquete polar parece estar lleno de electrones que llegan directamente de la corona solar", afirma David Knudsen, físico de la Universidad de Calgary, en Canadá, que no participó en el estudio. "Se trata de un suceso muy inusual".

Las auroras de lluvia polar se han captado antes en datos de satélite, pero nunca desde cámaras terrestres. Hosokawa se topó con la aurora de 2022 por casualidad, tras tomarse un descanso durante las vacaciones de su rutina semanal de revisar las cámaras de auroras. Cuando estaba revisando los datos acumulados, la descubrió como un regalo de Navidad tardío.

"Cuando vi ese tipo de aurora tan extraña, de repente me di cuenta de que esto era especial y de que tenía que hacer algo. Así que empecé a mirar los datos de satélite obtenidos al mismo tiempo, y vi la firma de la lluvia polar", dice Hosokawa.

Cómo influye el viento solar en las auroras de lluvia polar

La aurora no solo es el resultado directo de electrones relativamente débiles que viajan directamente desde el Sol, sino que también es un raro ejemplo de un periodo de 28 horas sin viento solar, salvo los electrones de la lluvia polar.

El viento solar fluye constantemente hacia el sistema solar desde la corona solar, por lo que es muy inusual verlo desaparecer por completo. "Es una experiencia que ocurre una vez cada 20 años", explica Hosokawa, en referencia a la única aurora de lluvia polar registrada en 2004, que solo se observó desde el espacio.

La ausencia de viento solar hizo que la aurora de lluvia polar de Hosokawa fuera excepcionalmente brillante y, por tanto, más fácil de ver desde Tierra. Las observaciones duales desde nuestro planeta y desde el espacio son esenciales para comprender tanto los detalles como los patrones a gran escala de la aurora.

Dado que los electrones que precipitan la aurora de lluvia polar proceden directamente del Sol, actúan como una sombra o huella del entorno del que proceden. Hosokawa y sus colegas esperan utilizar estos datos para comprender la relación entre los electrones que llegan a la Tierra y su procedencia en la atmósfera solar.

"Lo realmente emocionante de este trabajo es que demuestra que aún quedan descubrimientos fundamentales por hacer", afirma Larry Paxton, coautor y astrofísico del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, en Laurel (Maryland). "Ahora tenemos un sistema de satélites y observatorios terrestres que nos permiten ver, por primera vez, una nueva forma en que nuestro Sol está conectado a la Tierra".

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