Las 5 razones por las que viajar en avión es cada vez más peligroso
Un avión maniobra contra vientos huracanados en esta foto de 2022. A medida que nuestro planeta se calienta, el cambio climático afectará a los viajes en avión de formas sorprendentes.
Deshielo de los glaciares. Climas más intensos. Reducción de los hábitats y aumento de la temperatura del mar. Hay muchos motivos para preocuparse por el cambio climático, y si eres un viajero frecuente, tienes buenas razones para hacerlo. Los viajes en avión no sólo son responsables del 3.5 % del cambio climático provocado por los humanos: cada vez son más víctimas de él.
He aquí cinco razones por las que viajar en avión es cada vez más peligroso debido al cambio climático, y un posible billete hacia un viaje menos arriesgado y más respetuoso con el medio ambiente.
Los peligros de viajar en avión: el aumento de las turbulencias
Las turbulencias extremas han sido noticia últimamente, con incidentes que afectaron a vuelos de Singapur Air, Air Europa y Qatar Airlines y causaron lesiones, fracturas de huesos e incluso la muerte por infarto. Según Paul D. Williams, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de Reading que estudia las turbulencias y el cambio climático, estos incidentes son cada vez más frecuentes debido al clima.
"Hoy en día ya hay un 55 % más de turbulencias severas de aire claro sobre el Atlántico norte que cuando comenzaron las observaciones por satélite en 1979", afirma. "En un escenario de emisiones futuras intensivas, se prevé un aumento del 180 % para la década de 2060". Eso casi triplicará la cantidad de espacio aéreo que contiene turbulencias lo suficientemente fuertes como para causar lesiones, añade Williams.
¿El motivo? Los fuertes vientos de las corrientes en chorro (corrientes de viento de la alta atmósfera que van de oeste a este) se están acelerando, aseguran los investigadores. Un análisis de 2023 sugiere que por cada grado centígrado de calentamiento del viento provocado por las emisiones, la corriente en chorro se acelerará un 2 %. Esto puede provocar tormentas más numerosas y prolongadas, así como turbulencias más graves, lo que hará que los vuelos sean más accidentados que nunca.
Las turbulencias de aire claro, una forma invisible de perturbación del aire que aparece de forma inesperada, también están aumentando con el calentamiento global. Un estudio reciente ha detectado una "tendencia positiva significativa" en este tipo de turbulencias debido al cambio climático, con especial riesgo en el norte de África, Asia Oriental y Oriente Medio. El aumento es tan significativo que, según los investigadores, los diseñadores deberían tenerlo en cuenta a la hora de crear futuros aviones.
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Daños por tormentas en los aviones
En otra reciente catástrofe aérea, la nariz de un avión de Austrian Airlines quedó prácticamente destruida por el granizo caído durante una tormenta en junio.
Se prevé que las temperaturas altas y bajas extremas sean cada vez más frecuentes, con un aumento de las precipitaciones y una mayor proporción de tormentas intensas. Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), las precipitaciones extremas en un solo día han aumentado "sustancialmente" desde la década de 1980, con una gran variabilidad por regiones y un gran incremento del porcentaje de superficie terrestre que experimenta este tipo de tormentas.
Aunque los aviones pueden volar durante las lluvias torrenciales, las precipitaciones se asocian a una reducción de la visibilidad del piloto. Y aunque es posible que la frecuencia de las tormentas de granizo no aumente con el cambio climático, se prevé que las tempestades que contienen granizo de mayor tamaño, y más daños potenciales, sean más frecuentes.
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El problema de los aeropuertos: pistas de aterrizaje inundadas
Los aeropuertos, que a menudo se construyen en zonas bajas y llanas ideales para pistas de aterrizaje o en lugares con proximidad a cursos de agua, ya están sufriendo inundaciones de gran repercusión: por ejemplo, las lluvias récord registradas en Río Grande del Sur (Brasil) sumergieron el Aeropuerto Internacional Salgado Filho en mayo.
Según un análisis de 2021, 100 aeropuertos de todo el mundo están situados por debajo del nivel del mar, y se prevé que el riesgo de inundaciones en los principales aeropuertos se multiplique hasta por 69 para el año 2100 a medida que suba el nivel del mar.
Incluso los que no están situados bajo el nivel del mar podrían sufrir inundaciones en las pistas de aterrizaje debido a tormentas más fuertes y al aumento previsto de los niveles de precipitaciones; también se prevé que los ríos se inunden con más frecuencia a medida que avance el cambio climático.
¿Qué problemas les genera el calor a los aviones?
El agua es solo uno de los problemas a los que se enfrentan los aeropuertos en un mundo que se calienta: el aumento de las temperaturas superficiales y las olas de calor afectan a la capacidad de despegue de los aviones. Para despegar, las aeronaves dependen de la sustentación, una fuerza aerodinámica generada por la interacción entre un avión y las moléculas de aire que lo rodean.
Pero a medida que la atmósfera se calienta, el aire se expande y se vuelve menos denso, lo que ralentiza la capacidad de los aviones para despegar, lo que significa que necesitarán más espacio en la pista y menos carga para levantar el vuelo. Cuando Williams y su equipo analizaron el rendimiento de despegue de los aviones en los aeropuertos griegos durante las últimas seis décadas, descubrieron que a medida que el clima se calentaba, la distancia que necesitaban los aviones para despegar aumentaba en torno a un 0.15 % anual de media.
Las altas temperaturas tienen otras consecuencias para el sector aéreo. Consideremos la enorme cantidad de calor que puede generar una pista de aterrizaje, que en los días más calurosos, libera emisiones comparables a las producidas por los automóviles.
Ese calor puede hacer que el trabajo de los empleados de las aerolíneas sea miserable y peligroso (incluyendo bombas de bebidas que han herido a auxiliares de vuelo), y causar retrasos costosos para las aerolíneas: de hecho, el calor extremo es responsable de más retrasos en los vuelos que el clima invernal.
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Viajes en avión: vuelos más largos por el cambio climático
Por si las tormentas, el calor y las turbulencias no fueran suficientes, resulta que el cambio climático también está afectando a la duración de algunos vuelos. El equipo de Williams ha descubierto que la intensificación de la corriente en chorro está provocando vientos contrarios más fuertes en los vuelos hacia el oeste, que hacen que los viajes aéreos sean menos eficientes y más lentos.
Según su equipo, aunque el sector de la aviación dejara de crecer, se prevé que los aviones pasen 2000 horas más en el aire cada año. Eso significa más emisiones y más costes para las aerolíneas, y más molestias para los viajeros, que compensan los vuelos más cortos hacia el este con viajes más largos hacia el oeste.
Qué puede hacer el sector del transporte aéreo para reducir los efectos del cambio climático
La larga lista de formas en que el cambio climático puede empeorar el transporte aéreo puede deprimir incluso a un optimista climático. Y a primera vista, la propia visión de Williams puede parecer pesimista. "Mientras el clima siga cambiando, todas estas consecuencias seguirán estando a la vista", afirma, haciéndose eco del consenso de que el cambio climático alterará inevitablemente las pautas de la vida del siglo XXI en todo el mundo.
Pero hay una buena noticia en las palabras del científico, y un grano de esperanza para el futuro del planeta. Si reducimos nuestra dependencia del transporte aéreo (cada vez más peligroso), podemos contribuir a frenar los peores efectos del cambio climático provocado por el hombre reduciendo las emisiones.
También puede haber otra manera: en 2022, más de 2500 representantes del sector aéreo mundial anunciaron el objetivo internacional de eliminar por completo las emisiones de carbono del sector para el año 2050.
Es un objetivo ambicioso, pero cualquier avance beneficiará al planeta. Aunque los investigadores están de acuerdo en que algunos de los daños que el ser humano ha causado al planeta son irreversibles, también coinciden en que, con algo de cooperación y sacrificio, los seres humanos pueden eludir las peores predicciones reduciendo hoy su impacto en el planeta.
Detener el peor de los escenarios será difícil, pero la acción global podría hacer que el planeta (y el transporte aéreo) sean más habitables en las próximas décadas.