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Naturaleza Épica: captar lo imperceptible y compartir la belleza de la vida en uno de los sitios más áridos de México

Exploradores de la National Geographic Society trabajan en documentar y mostrar al mundo las maravillas del Desierto de Sonora

Compartir lo extraordinario, documentar su existencia, revelar su valor y mostrar al mundo la necesidad de su conservación. Ese es el norte de los exploradores de National Geographic Society Ganesh Marín y Daniela Cafaggi, quienes se embarcaron en la gran aventura de documentar y proteger la biodiversidad que habita en las tierras de Cuenca los Ojos.

La reserva es un área natural protegida de 49 000 hectáreas ubicada en las llamadas Islas del Cielo, una cadena montañosa del Desierto de Sonora, México. El área se encuentra en la zona de frontera con los Estados Unidos, un lugar que en el imaginario de las personas es considerado inhóspito y sin vida. Pero cuando se anima a indagar, el ojo busca, explora y es capaz de captar lo imperceptible. En lo más profundo de éste paisaje, el desierto esconde un espacio lleno de vida que es el hogar de una biodiversidad maravillosa: jaguares, ocelotes, osos negros, castores y muchas otras especies habitan sus rincones.

“Aquí puedes observar una gran cantidad de insectos, plantas y aves, cada paso que das está lleno de colores y sonidos, hay vida a cada centímetro”, describe Cafaggi, quien además es bióloga por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (IE-UNAM) e ilustradora científica. 

Para Marín, biólogo, maestro en ciencias, ecólogo, conservacionista, fotógrafo y ensayista mexicano, la belleza de este sitio radica en que “sale de la norma”. “Es un lugar desafiante para los humanos, pero es un oasis para otras especies”, reconoce.

Los exploradores quieren mostrar lo épico, la hazaña y la potencia de un planeta que pulsa en los rincones más insospechados. Persiguen el objetivo de presentarle al mundo las maravillas del área protegida, generar interés e inspirar su conservación. Para hacerlo, emplean todos los instrumentos disponibles con el objetivo de documentar y compartir la belleza de la vida que habita en la región de Sonora y que resulta inaccesible para muchos.

Ganesh y Daniela quieren que el resto del mundo también escuche los sonidos del lugar, desde el rugido de los jaguares hasta el movimiento de las hojas y el canto de los insectos. Esperan que las personas  admiren el colorido y la diversidad del paisaje y se sientan inspirados.

“Como humanidad hemos perdido la empatía por la vida misma, por la existencia de los seres vivos en sus propios entornos. Esto no es por falta de ciencia ni de datos, es por falta de pasiones, emociones y ganas de cuidar lo que tenemos”, sostiene el ecólogo mexicano.

“Tenemos que llamar la atención, mostrar la naturaleza de este lugar a través de fotografías, de la escritura de ensayos y de ilustraciones. Buscamos todas las herramientas posibles para apelar a la emoción de las personas, porque eso es lo que va a ayudar a cuidar el planeta”, insiste Marín en la película Naturaleza Épica, donde muestran su trabajo.

Para hacerlo, emplean todos los instrumentos tecnológicos disponibles, como los teléfonos Samsung que permiten captar los impresionantes atardeceres y tomar imágenes de la basta fauna local, con el objetivo de documentar y compartir la belleza y la vida que habita en la región de Sonora.

Otra forma de conseguir el objetivo es mediante los dibujos de Cafaggi, quien se ha especializado como ilustradora científica ya que considera el arte como un vehículo perfecto para explorar, conocer y enamorarse del mundo natural. 

Como parte de su proyecto de doctorado llamado Borderlands Ecology and Applied Research (BEAR Project), Marín hace el monitoreo de la fauna en Cuenca Los Ojos usando cámaras trampa, redes de niebla, análisis de material genético y grabadoras acústicas. Gracias al proyecto, ha registrado a dos de los jaguares más septentrionales en América, además de especies icónicas como el oso negro, el castor y el ocelote.

Por su parte, en BEAR Project Cafaggi ha colaborado en la colocación de cámaras trampa y el monitoreo de murciélagos. Además, se encuentra realizando 3 piezas artísticas que muestran las especies vegetales y animales más representativas de los principales ecosistemas de la reserva.

Ambos coinciden en que vale la pena cuidar la naturaleza y que, para ello, hay que mostrar lo épico que alberga. “Proteger la vida es importante solo porque existe. Bien dicen que no se puede amar lo que no se conoce”, concluye la bióloga e ilustradora.