Stephen Hawking fallece a los 76 años
Para Hawking, el salto científico a la fama llegó con su revelación de que el universo había comenzado en una singularidad, un punto del espacio-tiempo de densidad infinita.
Nota del editor: Esta es una noticia de última hora que iremos actualizando según vayamos conociendo nuevos detalles.
Stephen Hawking, el físico teórico británico que descubrió un vínculo entre la gravedad y la teoría cuántica y que declaró que los agujeros negros en realidad no son negros, ha fallecido, según contó un portavoz de la familia al periódico The Guardian y a Associated Press.
“Fue un gran científico y un hombre extraordinario cuya labor y legado perdurarán durante muchos años”, declararon en un comunicado los hijos de Hawking, Lucy, Robert y Tim. “Su valor y persistencia con su genialidad y humor inspiraron a personas de todo el mundo”.
Una vez dijo: “No sería un universo si no fuera el hogar de las personas a las que quieres". Lo echaremos de menos para siempre.
Hawking tenía 76 años, 50 años más de la edad que los médicos le dijeron que podía esperar alcanzar tras diagnosticarle en 1963 esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig.
“Pocos o ninguno han hecho más para ampliar nuestro conocimiento de la gravedad, el espacio y el tiempo”, dijo el astrofísico británico Martin Rees. Para celebrar el improbable 70 cumpleaños de su colega de Cambridge, recordó a un joven que era inestable y hablaba con gran dificultad. Nadie esperaba que viviera lo suficiente para obtener su Ph.D.
Aunque su enfermedad degenerativa lo paralizó progresivamente y le quitó el habla, Hawking hizo mucho más que sobrevivir. Se convirtió “posiblemente en el científico más famoso del mundo, aclamado por su brillante labor de investigación, por sus libros que han sido best sellers (sobre el espacio, el tiempo y el cosmos) y, por encima de todo, por su impresionante triunfo sobre la adversidad", afirmó Rees.
Para Hawking, el salto científico a la fama llegó con su revelación de que el universo había comenzado en una singularidad, un punto del espacio-tiempo de densidad infinita. En colaboración con el físico matemático Roger Penrose, demostraría que la teoría de la relatividad general de Einstein “implicaba que el espacio y tiempo tendrían su origen en el big bang y su final en los agujeros negros”, según la web de Hawking, y que “la forma en que nació el universo estaba completamente determinada por las leyes de la ciencia”.
A principios de los setenta, fue el primero en demostrar que la radiación se escapa de los agujeros negros y que los agujeros no son completamente negros. Su teoría, que explicaba lo que se conocería como radiación de Hawking, lo convirtió en una celebridad científica.
Fue, dijo Declan Fahy, un profesor de comunicaciones de la American University que estudia a científicos como celebridades e intelectuales públicos, “una contribución distintiva a la cosmología (justo) cuando el campo se convirtió en lo más interesante de la física”.
Años más tarde, Hawking diría que los agujeros negros no tienen “horizontes de sucesos” o puntos sin retorno, y que podría hacer falta repensar uno de los objetos más misteriosos del espacio. (Ver “Los agujeros negros no existen, dice Stephen Hawking, al menos no como los pensamos”.)
Los primeros años
Stephen William Hawking nació en Oxford, Inglaterra, el 8 de enero de 1942, una fecha que con frecuencia se destaca por ser exactamente 300 años después de la muerte de Galileo. El primero de cuatro hijos de los graduados de la Universidad de Oxford, Isobel y Frank Hawking, creció en una familia intelectual prodigiosa que leía libros en la mesa durante la cena y que más tarde describió como “algo excéntrica”.
Su padre, un famoso investigador de enfermedades tropicales, quería que su hijo se dedicara a la medicina; pero al joven Hawking le atraían las estrellas. Hawking asistió a la Escuela St. Alban’s y a Oxford, donde estudió Cosmología y combatió el aburrimiento antes de graduarse con honores.
Asistió a Cambridge para su doctorado, que obtuvo en 1966, tres años después de recibir el devastador diagnóstico de ELA a la edad de 21 años y de que le dieran dos años y medio de vida.
El científico atribuía a su relación con Jane Wilde, a quien conoció poco antes de su diagnóstico, el tener una razón para vivir. La pareja se casó en 1965 y tuvieron tres hijos, que lo sobreviven.
Pero el esfuerzo de ser la persona a cargo de cuidar a su esposo incluso cuando se volvió un fenómeno mundial afectó la relación, y se divorciaron después de 25 años de matrimonio. Poco después Hawking se casó con una de sus enfermeras, Elaine Mason. Ese matrimonio, afectado por acusaciones (luego desestimadas por la policía) de que su segunda esposa era abusiva, también terminó en divorcio.
Posterior fama y celebridad
Hawking se volvió una celebridad internacional en 1988 con la publicación de su libro, Breve historia del tiempo. El libro, considerado una guía de divulgación del universo que explica la matemática y los conceptos complejos en término que una persona sin formación científica podía entender, vendió más de diez millones de copias y lo convirtió en una figura reconocida.
En los años que siguieron, Steven Spielberg produjo la versión cinematográfica del libro mientras su autor aparecía en incontables películas y programas de TV, entre otros en El universo de Stephen Hawking. Interpretó a un holograma de sí mismo en "Star Trek: La próxima generación" y a un personaje animado en "Los Simpson".
La franquicia de Hawking no se basaba únicamente en su trabajo, aunque a los 32 años ya había sido elegido para pertenecer a la prestigiosa Royal Society de Gran Bretaña. “Por su apariencia física,” dijo Fahy, “se volvió un símbolo de intelecto puro, una imagen que los periodistas reciclaban constantemente. La gente en todo el mundo se relacionaba con esa imagen.”
Esto también consternaba a muchos colegas físicos de Hawking, quienes consideraban que las comparaciones con Einstein eran exageradas.
Era “un símbolo de superar grandes dificultades, y que, por supuesto, era digno de admiración”, dijo Virginia Trimble, astrónoma de la Universidad de California, Irvine, que estudió en Cambridge junto a Hawking. “Pero creo que el trabajo no lo hubiera colocado tan alto en el panteón si lo hubiera logrado como alguien que pudiera ir a esquiar todos los fines de semana", agrega.
Hawking reconoció que “cumplía con el estereotipo del genio con capacidades reducidas”, aunque nunca dejó que su silla de ruedas lo detuviera. Viajó por el mundo dando charlas, siempre acompañado por un séquito de cuidadores. En Cambridge, fue titular de la cátedra Lucasiana de matemáticas, de la cual fue titular Isaac Newton, y director de investigaciones del Centro de Cosmología Teórica de la universidad.
En los años siguientes, Hawking perdió por completo la habilidad de hablar luego de que por un ataque de neumonía le realizaron una traqueotomía. La comunicación cada vez llevaba más tiempo. Hacia el final, podía generar solo una palabra por minuto mediante un dispositivo de generación de voz controlado por el músculo de su mejilla derecha. Los miedos de que pronto la genialidad de Hawking estaría “atrapada” en su cuerpo llevaron a esfuerzos para encontrar nuevas maneras de conservar su habilidad de expresarse.
Antes de su deterioro final, Hawking escribió en su página web sobre el sintetizador de voz que lo mantenía conectado con el mundo. “Es lo mejor que he oído”, escribió, “aunque me da un acento que ha sido descripto como escandinavo, americano o escocés.”