Sorpréndete con estas piscinas naturales formadas por lava

Lejos de la orilla del pueblo de Porto Moniz, en la costa noroccidental de la isla de Madeira, en Portugal, los nadadores flotan sobre un conjunto de piscinas cristalinas de agua salada que refleja el azul del cielo.

La tranquilidad de las piscinas saladas naturales contradice su violenta historia de creación. Las islas del archipiélago de Madeira, al suroeste de Portugal, se formaron por erupciones volcánicas en un gran punto caliente debajo de la parte oriental del océano Atlántico. La lava llegó a la superficie por primera vez hace más de cinco millones de años, con erupciones periódicas que continuaron hasta hace unos 25.000 años.

Las erupciones (junto con la erosión durante los períodos de inactividad) le fueron dando forma a las empinadas montañas y los valles de Madeira. Durante la fase más reciente de actividad volcánica en el último milenio, la lava fluyó laderas abajo a través de un valle y hacia el mar donde hoy se encuentra Porto Moniz. Al enfriarse y endurecerse se formó la roca volcánica que hoy constituye las paredes de las piscinas.

El agua del océano discurre por encima de las rocas y llena las piscinas, algunas veces llevando con ella peces y camarones. Los fuertes vientos pueden hacer que las olas se estrellen sobre las barreras de rocas; pero en días de calma, las piscinas ofrecen una experiencia serena para quienes prefieren sumergirse en el mar sin tener que enfrentarse a enormes olas. El complejo también incluye una piscina para niños y un área de juegos, y es accesible para personas con alguna discapacidad.

En la orilla, los bañistas encontrarán todas las facilidades para disfrutar de una experiencia playera cómoda, como estacionamiento, cuartos para cambiarse y casilleros con llave, una cafetería, sillas y sombrillas para alquilar. El lugar cuenta con salvavidas de turno, además de una estación de primeros auxilios.

Porto Moniz también alberga un pequeño acuario, y, además, los caminantes pueden practicar senderismo tierra adentro por el frondoso camino Levada da Ribiera da Janela.

Con respecto a los volcanes que crearon este paraíso, podría haber más novedades. En el pasado, los períodos tranquilos entre erupciones en el área se extendieron hasta unos 500.000 años. Es posible que la próxima isla esté esperando salir a la superficie del océano y unirse al archipiélago.