6 saludos sin contacto físico que ya existen en el mundo
Estos saludos, como el wai tailandés o el saludo zambiano, no requieren contacto físico, y expresan respeto y consideración.
Para prevenir la propagación del coronavirus, las personas de muchas partes del mundo han tenido que cambiar el apretón de manos, el abrazo y el hongi (un saludo tradicional maorí en el que juntan las narices) por gestos de menor riesgo, como chocarse los pies o chocar los cinco en el aire. La crisis del COVID-19 está afectando las formas en que interactúan las personas; sin embargo, en algunas culturas, ya existen saludos sin contacto, que son el resultado de tradiciones muy arraigadas, y no del protocolo de pandemia.
El namasté de la India a Nepal
Aunque seguramente hayas oído la palabra “namasté” acompañada del mudra (gesto) de palmas unidas apuntando hacia arriba, en la cultura popular occidental, este saludo suele utilizarse fuera del contexto cultural y de forma inapropiada. Hoy en día, el término se imprime con frivolidad en bolsas de tela y camisetas, y se pronuncia al final de las clases de yoga, a mundos de distancia de sus antiguos orígenes espirituales.
“La historia del gesto se remonta a varios miles de años atrás”, afirma Divya L. Selvakumar, una hindú estadounidense con antepasados en el estado indio de Tamil Nadu y fundadora del American Hindu World Service. “Se menciona en el Rig-veda, el veda más antiguo (los vedas son una colección de textos hindúes fundamentales)”.
La palabra sánscrita quiere decir “te reverencio”, y Selvakumar explica que “cuando alguien realiza el saludo de namasté, inclina ligeramente la cabeza frente a la otra persona como queriendo decir 'lo Divino en mi interior se inclina ante lo Divino que hay en ti'. Se considera una señal de respeto y gratitud”.
En este saludo hay humildad y respeto, y se cree que el mudra también protege a la persona que lo realiza con sinceridad.
“Al juntar las manos, proteges y conservas tu energía, en lugar de absorber la de otra persona”, explica Anjhula Mya Singh Bais, traumatóloga y budista nichiren.
El wai en Tailandia
El saludo típico de Tailandia, el wai, también consiste en inclinar suavemente la cabeza con las manos juntas, lo que pone en evidencia la influencia del hinduismo y el budismo en la cultura tailandesa pasada y presente.
“Muchos hindúes y budistas rezan con las manos unidas. Pero el wai también representa un saludo que significa que somos muy abiertos, que no llevamos armas y que venimos en son de paz”, afirma Amporn Marddent, profesora del Programa de Estudios Culturales del Instituto de Artes Liberales de la Universidad de Walailak, en Nakhon Si Thammarat.
Además de utilizarse en la práctica espiritual y como saludo, el wai tailandés también se realiza en la danza, a la hora de pedir disculpas e incluso para evitar los ataques de matones en el patio del colegio.
“El significado es bastante fluido, pero hoy en día, cuando saludamos con el wai también decimos 'sawatdee kha' o 'sawatdee krab' (según nuestro género). Así que el wai también es un “hola” muy formal”, afirma Marddent.
Como el wai no requiere contacto, constituye una forma de saludo más segura durante la pandemia del coronavirus. De hecho, la directora del departamento de enfermedades epidémicas y pandémicas de la Organización Mundial de la Salud, Sylvie Briand, recomendó usar el wai tailandés como alternativa al apretón de manos.
Para expresar un nivel superior de respeto, puedes inclinarte más y colocar las manos a mayor altura: al nivel del pecho para el saludo entre pares, al nivel de la cara cuando saludas a un superior o a un anciano y con los pulgares al nivel de la frente para mostrar el máximo nivel de respeto, algo que suele reservarse para los monjes y el rey.
La reverencia en Japón
La reverencia, que comenzó como una práctica exclusiva de la nobleza hace más de mil años, hoy es el saludo no verbal más común de Japón.
“La reverencia llegó a Japón desde China en el siglo VII”, cuenta Yuko Kaifu, presidenta de Japan House Los Angeles, una iniciativa cultural del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón. Como ex funcionaria de asuntos exteriores, se esperaba que Kaifu estuviera familiarizada con la etiqueta japonesa y la pusiera en práctica adecuadamente en su labor como intérprete para personalidades como la emperadora japonesa Michiko y dignatarios extranjeros como el presidente Ronald Reagan y la princesa Diana. “En un principio, la reverencia era exclusiva de la clase noble, pero aproximadamente en el siglo XII, se volvió muy común entre la clase guerrera samurái”. Kaifu explica que no llegó a practicarse entre los plebeyos hasta después del periodo Edo, en el siglo XVII.
“La reverencia surgió para mostrar la diferencia de clase... la persona que se inclinaba doblaba el cuerpo para parecer más pequeña”, explica Mika White, directora general de Chapter White Inc., una empresa de marketing con sede en Hiroshima
La reverencia japonesa actual no es exactamente igual a la que se usaba en el pasado. White afirma que “en la reverencia moderna, la gente use este lenguaje corporal para saludarse”.
Hoy en día, al inclinarte, puedes mantener los pies firmes en el suelo. En el pasado, cuando el tatami era un elemento muy característico de las casas japonesas, la persona realizaba la reverencia sentada.
“Refleja el cambio del estilo de vida. Te sentabas en esteras de tatami con las rodillas dobladas y después hacías una reverencia sobre las piernas. Hoy en día, casi nunca nos sentamos así, salvo cuando asistimos a ceremonias de té o a otras prácticas tradicionales”, afirma Kaifu.
Pero el componente clave de la reverencia japonesa sigue intacto: inclinar la cabeza hasta un grado que coincida con el mensaje que pretendes enviar.
Kaifu explica que inclinar el cuerpo y bajar la cabeza son gestos que expresan respeto hacia los demás: “Cuando te inclinas, te inclinas con la cabeza hacia abajo. La intención, naturalmente, no es agredir ni atacar”, comenta.
Y el grado al que te inclinas expresa un determinado mensaje. White explica que, para saludar, el torso debe estar doblado 15 grados respecto de las caderas. “Para honrar a un superior o saludar a un cliente, debe estar a 30 grados. Para mostrar tu dolor, respeto o disculpas más profundas, a 45 grados”.
Aunque Kaifu afirma que el apretón de manos también se ha vuelto habitual en Japón y, antes de la pandemia, la reverencia era todavía menos frecuente entre los jóvenes, la preocupación por la propagación del coronavirus podría fomentar el resurgimiento del saludo tradicional.
“La gente que solía estrechar la mano más que hacer una reverencia hoy quizá lo piensa dos veces”, afirma Kaifu. “Antes les decía a todos aquellos que querían viajar a Japón que no necesariamente tenían que aprender a hacer una reverencia, porque los japoneses también están acostumbrados al apretón de manos. Pero ahora, si tuviera que volver a aconsejar sobre etiqueta japonesa, sería más seguro y adecuado enseñar a hacer una reverencia, pues no conlleva ningún contacto”.
El saludo sin contacto en Zambia
En Zambia, el apretón de manos es muy común. Pero también puedes prescindir del contacto físico, según explican William Banda, del grupo étnico kunda, y Gerald Nyirenda, del grupo étnico tumbuka, ambos miembros del equipo Zambia Ground Handlers.
Para expresar un simple “hola”, ahuecas las manos y aplaudes al tiempo que pronuncias “mulibwanji” (que significa “hola” y se usa en cualquier momento del día) o “mwakabwanji” (“buenos días”).
Si vas a conocer a tus suegros, el saludo será diferente. Ahuecas las manos como en el saludo general, te pones en cuclillas y das las palmadas en esta posición. Al descender con el cuerpo mientras saludas, estarás expresando un mayor respeto.
Cuando conoces a otras personas mayores, puedes saludar colocando las manos en el pecho y en el estómago y doblando ligeramente las piernas, de forma similar a una reverencia.
En Zambia viven más de 70 grupos étnicos, pero Banda y Nyirenda afirman que estos gestos se transmiten de generación en generación y todos los zambianos están familiarizados con ellos, desde los trabajadores rurales a los empresarios de las ciudades.
Las prácticas distantes de los Lakotas
En determinadas ocasiones, para algunas culturas como los lakotas, evitar el contacto deliberadamente es una forma de expresar respeto.
Jennifer Weston, miembro del pueblo lakota, creció en la reserva de Standing Rock, en Dakota del Sur, y afirma que, aunque en su cultura es muy común saludar con un apretón suave de las puntas de los dedos, ella aprendió que debe abstenerse del contacto físico y visual para saludar a los suegros o a primos del género opuesto.
“Siempre entendí que las prácticas para evitar contacto parten del respeto, pero que también son el resultado de las grandes redes de parentesco en las que vivían nuestras comunidades”, explica Weston. El parentesco es un concepto clave de la cultura lakota. Evitar el contacto físico y visual “era una forma de mantener los límites correspondientes. Y quizá en viviendas con espacio reducido o en familias multigeneracionales que podrían compartir las áreas comunes (en diferentes condiciones, como en invierno, por ejemplo), simplemente formaba parte del orden social”.
Royal Lost His Blanket-Stone Jr., director del Departamento de Estudios de lakota de la Universidad de Sinte Gleska en Rosebud, Dakota del Sur, explica que “estos protocolos familiares sobre el trato visual o físico entre los individuos dentro de la infraestructura familiar están profundamente arraigados” y se basan en las leyes tribales y los valores lakotas que existían antes de la interacción euroamericana.
En la actualidad, algunas familias siguen practicando estos protocolos.
“Standing Rock es muy multicultural y multirreligioso”, explica Weston. “Tenemos áreas que han recibido una gran influencia de las tradiciones católicas o episcopalianas o congregacionalistas, por ejemplo. Y después también están las familias que están mucho más centradas en la espiritualidad y las ceremonias lakotas tradicionales. También hay familias que han mezclado el cristianismo y las prácticas espirituales lakotas. En fin, las costumbres varían según la familia y lo que se transmita en cada hogar”.
Según explica Weston, la falta de interacción o contacto físico en determinadas relaciones no significa ausencia de amor. Por el contrario, “estas relaciones familiares se valoran mucho. Se supone que sientes el máximo respeto por ellos, sobre todo si no son de tu mismo género. Por eso, es una relación que tienes que esforzarte por preservar y mantener”.
El salaam del islam
Se calcula que hay 1.800 millones de musulmanes en todo el mundo, por lo que es común que existan variaciones de los gestos que acompañan el saludo tradicional “as-salamu alaikum” (“que la paz esté contigo”).
Saifa T. Hussain, capellán adjunta y asesora de la comunidad musulmana e multiconfesional del Middlebury College en Vermont, explica que la paz es un elemento central del islam y el saludo forma parte de la práctica espiritual. “Cuando te encuentras con un hermano o hermana, se da una especie de saludo sagrado; en general, así es como los musulmanes consideran a su comunidad. Formas parte de un ummah, algo así como una comunidad mundial que se considera familia. Por eso, los vínculos son profundos y los saludos y la etiqueta intentan fomentar esa unidad y ese amor”, afirma Hussain.
Si bien muchos salaams (saludos) implican formas de contacto (es común que los miembros de las comunidades musulmanas del mismo género o familia se saluden con un apretón de manos, un abrazo y varios besos en las mejillas), el contacto físico no es obligatorio. De hecho, hay una conciencia del contacto físico inherente al islam que determina la manera en que se saludan las personas de la comunidad musulmana.
“En ciertos hadiz, o relatos de profetas, el profeta Mahoma (la paz esté con él) afirma que está prohibido tocar a una persona del género opuesto”, comenta Hussain. Y agrega que en otros hadiz, algunos expertos interpretan un apretón de manos entre el Profeta y un círculo de nuevos musulmanes en el que figuraban mujeres. Habría que investigar cómo aplican el hadiz a sus vidas los creyentes queer y no binarios. Los humanos y la cultura son complejos, y el contacto refleja dicha complejidad.
“Existen diferentes culturas y diferentes formas de ser”, explica Hussain. Además, independientemente de la religión, “no a todo el mundo le gusta abrazar y que lo abracen. A la gente también le incomoda el contacto físico por otros motivos. En un campus o comunidad multicultural, deberíamos saber que hay etiquetas diferentes y distintos grados de aceptación con respecto al contacto”.
Como saludo inicial, un salaam sin contacto sería la mejor recomendación, por respeto a los límites personales o los valores culturales o religiosos de la persona a la que saludas, y para preservar la salud de todos durante la pandemia. Puedes hacer lo que hacen muchos musulmanes (como la propia comunidad musulmana estadounidense de Hussain, las culturas árabes de lugares como Jordania o las comunidades musulmanas del Sudeste Asiático) y saludar colocando la mano derecha sobre el corazón.
“En la tradición islámica, el corazón es considerado un símbolo sagrado y fundamental, más importante que el cerebro o la mente. El corazón es donde reside el alma. Allí está tu vida espiritual. Podría decirse que tocarse el corazón se considera algo sagrado. Es como si deseáramos que la paz esté con esa persona y la mano derecha sobre el corazón es un gesto que reconoce la sacralidad en su interior”, afirma Hussain.
Saludos en el futuro
¿Cómo serán los saludos en el mundo posterior a la pandemia? A medida que reflexionamos y reevaluamos los saludos, tanto en nuestras comunidades como en los lugares hacia donde viajaremos en el futuro, es probable que vayan apareciendo otros problemas interrelacionados, como el papel de las raíces de género y las prácticas espirituales. Todo dependerá de lo que decidamos abordar, adaptar o crear juntos mientras exploramos esta nueva normalidad.