¿Puede la captura de carbono hacer que volar sea más sustentable?
Es más eficiente que la compensación de carbono tradicional, así que las aerolíneas y los viajeros están comenzando a apoyar esta tecnología.
Los expertos señalan que reducir las emisiones producidas por los viajes aéreos no sería suficiente para paliar sus efectos en el cambio climático. También hay que sacar el carbono de la atmósfera.
Es la época del año para fijar metas y United Airlines recientemente anunció una ambiciosa. La aerolínea planea reducir sus emisiones de carbono a cero para el año 2050. ¿Cómo? En parte, mediante el financiamiento a una tecnología denominada captura directa de aire, por medio de la cual se aspira el dióxido de carbono de la atmósfera.
Cada año, los seres humanos liberan más de 44 mil millones de toneladas de CO2 en la atmósfera. El turismo contribuye con un 8 por ciento de esas emisiones, y volar representa la porción más grande, según un estudio de 2018 publicado en Nature Climate Change.
Durante la pandemia, hemos observado cómo se beneficiaron los ecosistemas de la ralentización de la frenética economía mundial activada, en gran medida, por los combustibles fósiles. Fue un ajuste para muchos viajantes que hoy están pensando cómo y por qué volar, además de buscar maneras de reducir su huella de carbono cuando estén en el cielo.
Comprar compensaciones de carbono tradicionales puede ser de gran ayuda, pero su efecto es difícil de cuantificar. Al remover el carbono de la atmósfera y almacenarlo en la tierra, la captura directa de aire (DAC, por su sigla en inglés) podría ofrecer una solución más concreta.
Hasta ahora, esta tecnología para las emisiones negativas se ha limitado a los círculos científicos, pero las nuevas iniciativas apuntan a integrarla en la industria turística, y a que los viajantes la adopten.
Cómo funciona la captura directa de aire
DAC, un tipo específico de captura de carbono, es el foco de las compañías, como Climeworks con sede en Suiza. Las máquinas modulares utilizan un ventilador para atraer el aire a un colector, que atrapa el carbono con un filtro hecho de compuestos orgánicos. Cuando el filtro se llena, el colector se cierra y se calienta a 100 °C, lo que libera dióxido de carbono puro.
En la instalación de Climeworks en Hellisheidi, Islandia, situada como un campamento espacial en un paisaje lunar, el carbono se combina con agua y se canaliza de manera subterránea. Las formaciones naturales de basalto en la tierra reaccionan con el carbono y, en un par de años, lo convierten en piedra.
La clave para que estas centrales sean posibles es alimentarlas con energía renovable. En Hellisheidi, Climeworks se asoció con CarbFix, experto en mineralización subterránea rápida de dióxido de carbono en torno a una central geotérmica, que alimenta las máquinas de captura de aire.
En el caso del proyecto de Climeworks en Hinwil, Suiza, una incineradora de residuos alimenta el proceso. Otros proyectos DAC en todo el mundo, entre ellos Carbon Engineering en Canadá y Global Thermostat, con sede en Estados Unidos, utilizan fuentes de energía renovables similares.
En Hinwil, Suiza, Climeworks ha construido una central de captura de carbono alimentada mediante un incinerador de residuos. Se puede visitar la central mediante una Experiencia en línea Airbnb.
"Un bosque sintético"
Una manera de pensar las instalaciones de captura directa de aire es como un superbosque. Mientras los bosques reales eliminan el carbono de manera natural, la mayoría de los expertos reconoce que el proceso es demasiado lento para lograr el efecto dramático que nuestro planeta necesita.
"La biosfera terrestre y el océano solo consumen la mitad de que lo arrojamos en la atmósfera por año", señala Jennifer Wilcox, experta en políticas energéticas de University of Pennsylvania, que acaba de ser nombrada en una posición de liderazgo en el Departamento de energía de Estados Unidos. "No tenemos tiempo".
Un nuevo estudio muestra que el hielo se está derritiendo a una velocidad mayor, lo que pone al planeta en el camino del peor escenario posible en relación al cambio climático; este escenario fue esbozado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en 2018. No solo necesitamos acelerar la eliminación del carbono, sino que también tenemos que considerar la salud del océano (si el océano absorbe dióxido de carbono, se produce la acidificación) y el uso de la tierra al evaluar los diferentes métodos de eliminación.
"Una central de captura directa de aire puede ser hasta cien veces más eficiente que un bosque en una zona determinada", explica Wilcox. "La tierra es un recurso limitado... el beneficio de la captura directa de aire es que no necesitas tierra cultivable, así que pienso a [las centrales de captura directa de aire] como bosques sintéticos".
En Climeworks, cada colector captura el equivalente a lo que capturarían 2000 árboles y, como la concentración de carbono es la misma en todo el mundo, estas instalaciones no están vinculadas a un lugar concreto.
Qué están haciendo las aerolíneas
Para poner en marcha su plan de captura de carbono, United ha invertido en 1PointFive. La empresa planea construir una central DAC a gran escala en Texas que secuestraría permanentemente un millón de toneladas del gas cada año. Delta también está incorporando la eliminación de carbono a sus estrategias sustentables.
En los proyectos DAC que no se almacena el carbono capturado en el suelo, el gas se puede reciclar y usar como material crudo. Por ejemplo, en la central Climeworks en Hinwil, el carbono se usa para fertilizar invernaderos y agregar burbujas a Valser, un agua mineral suiza.
"Tener un modelo de negocio que pueda vender CO2 como producto ayuda porque desarrolla tecnologías", señala David Goldberg, profesor de investigación de Earth Institute de Columbia University. "Uno de estos productos puede ser combustible".
Mezclado con hidrógeno proveniente de fuentes de energía renovable, el carbono capturado puede usarse para crear combustible de aviación sustentable, como el que Norsk e-Fuel está haciendo. "Quemas el combustible y el carbono vuelve a la atmósfera, pero no tocas petróleo al hacerlo", señala Wilcox.
Aunque esta forma de aplicación no elimina permanentemente el carbono del aire, crea una economía circular, así como también un mercado de eliminación de carbono que permitiría que la tecnología alcanzara un nivel que tuviese un efecto real.
En una instalación de captura de carbono en Hellisheidi, Islandia, el gas se mezcla con el agua y se canaliza de forma subterránea donde se mineraliza y se convierte en piedra.
¿Cómo pueden ayudar los viajantes?
Tomorrow’s Air, un colectivo de trotamundos que se ha asociado a Climeworks, apunta a involucrar a los viajantes en esta iniciativa. Los pasajeros de las aerolíneas pueden compensar sus emisiones al donar mensualmente para las capturas de carbono y, por estas donaciones, reciben beneficios de las empresas afiliadas, como Tierra Del Volcan y Natural Habitat Adventures.
Mediante iniciativas como Artists for Air y las visitas de Airbnb a Climeworks, el colectivo también educa a las personas sobre cómo la tecnología ayuda a luchar contra el cambio climático.
"Hay mucho potencial para que los viajantes puedan participar de las iniciativas para combatir el cambio climático", señala Christina Beckmann, fundadora de Tomorrow’s Air. "Tenemos que hacer todo lo posible para reducir las emisiones, pero nadie habla del almacenamiento permanente", agrega.
Los viajantes han notado los efectos visibles del cambio climático y están buscando formas concretas de compensar las emisiones. “Puedes ver los glaciares derritiéndose en Groenlandia”, menciona Lykke Geisler-Yakaboylu, amante de los viajes y fundadora de Sila Greenland, una empresa de marketing de destino. "Los últimos dos años, hemos tenido los veranos más cálidos de la historia".
Geisler-Yakaboylu acaba de unirse a Tomorrow’s Air y planea integrar la compensación DAC en los costos de sus viajes. "Te hace sentir que realmente estás haciendo algo".
Aunque las compensaciones tradicionales, como plantar árboles, son valiosas, DAC tiene un efecto más inmediato. "Si pensamos que la compensación será en 50 años cuando el árbol crezca, pero las emisiones son hoy, no parece ser una compensación", explica Goldberg.
La compensación de la reforestación también se complica con los incendios forestales en todo el mundo, que pueden liberar carbono ya secuestrado nuevamente en la atmósfera. "Reducir y erradicar el CO2; eso sí que es una compensación real, un almacenamiento real", agrega Goldberg.
Darse cuenta del potencial
Alentar a los viajantes a que vean la importancia de la eliminación de carbono podría ayudar a crear viajes más significativos. “En todos nuestros viajes, compensamos las emisiones de CO2 en unas 1,25 veces mediante varios proyectos, y Climeworks es uno de ellos", explica Jeff Bonaldi, fundador de The Explorer’s Passage.
"Los viajantes saben a dónde va su dinero y para ellos es distinto cuando se están conectando con algo que es más que una aventura", cuenta Bonaldi. "Están intentando ayudar al planeta".
Que los consumidores y las empresas exijan la captura de carbono podría también ayudar a reducir los costos de la tecnología, que siguen siendo increíblemente altos.
Por ejemplo, Microsoft acaba de comprometerse a reducir el carbono a cero para 2030 mediante el uso de varias tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.
"El Gobierno tiene que involucrarse y tienen que existir políticas al respecto, la tecnología sola no nos va a salvar", indica Wilcox. En diciembre, el Congreso de Estados Unidos reservó 447 millones de dólares estadounidenses para investigar y desarrollar la eliminación a gran escala del carbono. El objetivo del presidente Joe Biden es tener una economía sin emisiones para 2050 y esto incluye aumentar las inversiones federales y los incentivos fiscales para las tecnologías de captura de carbono.
El potencial de DAC de luchar contra el cambio climático y lograr que los viajes sean más sustentables es esperanzador. Pero no es una panacea de ninguna manera. Los expertos esperan que funcione en paralelo con otras formas de reducción de carbono.
"Vamos a tener que implementar todo", señala Goldberg. "Aumentar esta tecnología [de captura directa de carbono] lo antes posible y reducir las emisiones; no podemos elegir".
Chloe Berge ies una escritora que vive en Vancouver y cubre historias sobre viajes, salud y medioambiente.