La visibilidad se mezcla con la vulnerabilidad para muchas personas transgénero que viajan
Si bien la industria turística ha apoyado el Mes del Orgullo, para algunas personas transgénero y no binarias, viajar es todo un desafío.
Manifestantes caminan con una enorme bandera del arcoíris en Londres. A la hora de viajar, las personas transgénero se enfrentan a una serie de desafíos.
Durante el transcurso de la pandemia de COVID-19, Denne Michele fue revelando su condición de mujer transgénero a diferentes personas de su entorno. Pero luego de un reciente viaje a Los Ángeles, se dio cuenta de que ya estaba lista para presentarse así frente a todo el mundo.
En mayo, Michele viajó desde la ciudad de Nueva York a Los Ángeles para grabar Food 4 Thot (un podcast sobre identidad queer y raza) con los otros presentadores, quienes ya se dirigían a ella como mujer.
“Cuando estábamos en el estudio, sentía que estaba viviendo toda una vida como mujer trans en esos pocos días”, cuenta Michele.
Lejos de su entorno cotidiano, y con la alegría de ser reconocida como la persona que quería ser, se dio cuenta de que ya era hora de salir del armario completamente. Ahora, Michele creía que estaba lista para ser ella misma en cualquier sitio donde estuviera.
Y no es la única que se sintió así. Sin la presión de hacer ninguna “performance” de género y con más tiempo para la autorreflexión durante la cuarentena, muchas personas decidieron asumir su identidad de género, algo que no hubieran hecho en otro contexto; se identificaron como personas transgénero. Una encuesta de Gallup de 2020 reveló que el 5,6 por ciento de los estadounidenses se identifican como LGBTQ, en comparación con el 4,5 por ciento registrado en 2017. Y aunque en general solo el 0,6 por ciento de los estadounidenses se identifican como transgénero, esa cifra es del 1,2 por ciento entre los milenials y el 1,8 por ciento entre la Generación Z.
Actualmente, frente a un mundo que paulatinamente está reabriendo fronteras, muchas personas transgénero están viviendo como su verdadero yo por primera vez. Los obstáculos que superan al viajar son solo una parte de la historia. Pero en esta historia de liberación, los viajes pueden representar un gran número de desafíos.
San Francisco ha sido durante mucho tiempo un refugio para la comunidad LGBTQ. En 2017, la ciudad transformó seis cuadras de su Distrito Tenderloin en el Distrito Cultural Transgénero, el primer distrito transgénero legalmente reconocido del mundo.
Un periodo de transición
Harper Sinclare se declaró trans, por segunda vez, al principio de la pandemia. Había revelado su identidad hace cuatro años, pero en las primeras etapas de su transición tuvo problemas para continuar con su trabajo, que implicaba exponerse cara a cara frente a un cliente.
“En ese momento, no tenía amigos trans cercanos o modelos a seguir, y sentía que estaba sola contra al mundo, y la presión era demasiada”, confiesa Sinclare.
El aislamiento de la cuarentena le permitió concentrarse en sus propios deseos y necesidades, con el apoyo de su pareja y su familia, y lejos de los mandatos del mundo exterior.
“En la cuarentena no hubo ningún momento en que me sintiera sola o sin apoyo”, dice Sinclare. "Estar en casa fue como estar dentro de un capullo salvador, una bendición, pero ahora me está empezando a dar un poco de claustrofobia".
En junio, viajó de Canadá a San Francisco para realizarse una cirugía de feminización facial, pero estaba nerviosa por estar volando a un punto que había registrado altas tasas de COVID-19, y también por el hecho de viajar como mujer trans por primera vez.
Hasta ahora, San Francisco parece haber sido la elección correcta. Sinclare cuenta que aún no se han dirigido a ella de forma equivocada. Pero todavía tiene cierta aprensión con respecto a viajes futuros y gente que irá conociendo a medida que las fronteras se abran.
“Me cuesta acreditar que respetarán mi identidad de género, entonces mi cerebro está constantemente haciendo cálculos y analizando todo lo que me dicen, y no puedo dejar de sentir temor”, dice Sinclare. "La verdad es que es muy desgastante".
Karen DeJarnette conoce muy bien esa sensación. Como mujer transexual y manager de SEO de una importante agencia de viajes, DeJarnette sabe lo que es viajar siendo una persona trans y los desafíos que esto conlleva.
Algunas personas trans, en especial las mujeres trans, confiesan: "Nos sentimos vulnerables, nos sentimos demasiado expuestas y viajar a un lugar nuevo amplifica enormemente esa sensación".
Una investigación de ProPublica de 2019 reveló que el 5 por ciento de las denuncias de derechos civiles presentadas ante la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) entre enero de 2016 y abril de 2019 fueron de personas trans y personas que rechazan las normas de género tradicionales, aunque las personas trans representan menos del uno por ciento de la población. El 2020 fue el año con más muertes por violencia anti-trans (44 homicidios), y parece que el 2021 va camino a superar esa cifra, con 28 homicidios documentados hasta el momento. La mayor parte de esos casos de violencia incluye mujeres trans y específicamente mujeres trans de color.
The Washington Post informó recientemente lo traumático que resulta viajar para las personas trans, y señaló que “dada la discriminación de la TSA hacia los viajeros trans, ha surgido un hashtag, #TravellingWhileTrans (Significa "Viajando siendo trans"), que los viajeros han utilizado para difundir situaciones con la TSA".
Pero DeJarnette enfatiza que la mayoría de las personas no lo perciben ni les importa, porque están concentrados en ellos mismos. En el caso de las personas trans que tienen que viajar por trabajo u otras razones de necesidad, recomienda que viajen acompañados y que se informen acerca de las culturas y costumbres, especialmente en los lugares más conservadores.
"El objetivo es cumplir con las normas, ser uno más entre la multitud", dice DeJarnette. "Porque de esa manera, estás menos expuesto, y te sientes menos vulnerable".
Un oficial de la TSA verifica la identificación de un viajero en el Aeropuerto Internacional de Orlando. Los controles de seguridad de los aeropuertos pueden ser una experiencia estresante para los viajeros transgénero.
Consejos para viajeros trans
Michele está entusiasmada por comenzar a viajar a puntos vacacionales queer como Palm Springs, California o Fire Island, Nueva York, y por hacerlo, esta vez, con la identidad con la que se autopercibe. “Volver a ese tipo de entornos, pero ahora pudiendo explorar toda mi feminidad es muy emocionante para mí”, comenta Michele.
Antes de la pandemia y de declarar su identidad de género, se presentaba como mujer y vestía ropa de mujer. Como aún no ha podido comenzar la terapia de reemplazo hormonal, la mayor parte de su transición hasta ahora ha sido social. Michele ya ha tenido que lidiar con varias de las situaciones desagradables que asedian a las personas trans, como el maltrato, una experiencia que puede desencadenar una sensación de disforia.
La disforia de género puede manifestarse de muchas formas: social, mental y física, por nombrar algunas. En todas se genera una sensación de intenso malestar o angustia. Durante la pandemia, la disforia social podía ser menos común, con la exigencia de que los ciudadanos permanecieran en los hogares. Pero a medida que se retoma el trabajo y la vida social, aparecen nuevos desafíos para las personas en las primeras etapas de su transición.
Para la comunidad LGBTQ, una forma de prevenir conflictos al viajar es elegir vecindarios “tolerantes”, como Christopher Street en Greenwich Village de Nueva York.
Cuando se viaja por placer, DeJarnette recomienda hacer un estudio del lugar que se visita, ya que existen muchos países, ciudades y vecindarios que apoyan a las personas LGBTQ. En San Francisco, por ejemplo, se designó el sureste de Tenderloin como un distrito cultural transgénero (2017).
El índice de igualdad de la Campaña de Derechos Humanos es muy útil para los viajeros en los EE. UU., y la aplicación GeoSure brinda calificaciones de seguridad LGBTQ para más de 30.000 vecindarios en todo el mundo.
“Debes alojarte en un lugar que te reciba bien”, dice DeJarnette. "Hay ciudades, puntos turísticos y vecindarios que se alegran de recibir gente así".
Los viajes aéreos pueden ser muy difíciles. La guía de seguridad aeroportuaria del Centro Nacional para la Igualdad Transgénero brinda consejos sobre cómo lidiar con los agentes de la TSA, qué hacer si tu documento de identidad no coincide con la identidad de género que autopercibes y cómo presentar una denuncia en caso de conflicto, entre otras cosas. DeJarnette también recomienda a las personas trans que viajen con un amigo o alguien de confianza que pueda defenderlas si tienen algún problema, y para que el viaje resulte menos estresante.