Botswana levanta la prohibición de cazar elefantes
Después de cinco años, se permitirá la caza en Botswana, el hogar de aproximadamente un tercio de los elefantes de la sabana africana
Después de una suspensión de cinco años, el gobierno de Botswana ha decidido una vez más permitir que los cazadores deportivos maten elefantes, según un comunicado emitido el 22 de mayo por el Ministerio de Medio Ambiente, Conservación de Recursos Naturales y Turismo.
Botswana es el hogar de más de 130.000 elefantes, aproximadamente un tercio de los elefantes de la sabana que quedan en África, y parece haber escapado en gran medida a la reciente crisis de caza furtiva de marfil. El número de elefantes en todo el continente disminuyó en un 30 por ciento entre el 2007 y el 2014, según el Censo del Gran Elefante, un conteo aéreo de elefantes de 18 países realizado por Elefantes sin Fronteras que se completó en el 2016 y fue financiado por Vulcan.
Mientras que la caza de elefantes ahora es legal en Botswana, los cazadores deportivos estadounidenses no pueden correr allí porque es poco probable que puedan llevar sus trofeos a casa. En el 2017, surgió una controversia después de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos decidiera levantar la prohibición de las importaciones de trofeos de elefantes de Zimbabwe y Zambia. Después de que el presidente Donald Trump tuiteó su insatisfacción con la decisión, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre cambió de rumbo y decidió evaluar todas las solicitudes para importar trofeos de elefantes de todos los países, caso por caso. Desde entonces, no se han expedido permisos.
En junio de 2018, el gobierno de Botswana formó un comité para asesorar si se debe levantar la prohibición de la caza de trofeos. Implementado en el 2014 por el entonces presidente Ian Khama, el objetivo era conservar mejor las especies como los elefantes. "Hubo poca responsabilidad por parte de la comunidad" que gestionaba la caza en ese momento, dijo el director de Elefantes sin fronteras, Mike Chase, en una entrevista con National Geographic en febrero, cuando se estaba debatiendo la propuesta. "Los aldeanos no se beneficiaron de la cuota de la caza y de las tarifas que pagaban los cazadores".
No obstante, el comité, que incluyó a las autoridades locales, a las ONG, a los investigadores, a los representantes de la industria y a otros, descubrió que "la suspensión de la caza tiene un impacto negativo en los medios de vida, en particular para las organizaciones comunitarias" que antes se beneficiaban de la caza.
También descubrió que el Departamento de Vida Silvestre y los Parques Nacionales tardaban demasiado en intervenir y en controlar a los elefantes destructivos, que pueden destruir cosechas de una temporada en una sola noche.
"El consenso general de los consultados fue que la prohibición de la caza debería levantarse", dice el comunicado. "Sobre la base de estas cuestiones, el Gobierno ha reflejado y evaluado las recomendaciones, y levantó la suspensión".
“Hay que tener en cuenta la reacción internacional”
"Podemos tener una cuota sostenible, que tendrá un impacto insignificante en la población", dijo Chase. "Pero hay que sopesar eso y considerar la reacción internacional... y cómo eso puede debilitar nuestra economía, nuestros trabajos y nuestra reputación de estar al frente de la conservación".
Aún así, él simpatiza con las comunidades que enfrentan la mayor parte del daño de los elefantes y han abogado por el restablecimiento de la caza. Señala que el rango de los elefantes se ha expandido dramáticamente en Botswana porque la sequía los ha llevado a vagar más lejos en busca de agua, lo que significa que entran en contacto con los seres humanos con más frecuencia.
"Compartiendo sus vidas con un animal de cinco toneladas que amenaza sus vidas, destruye sus cultivos, daña sus propiedades- comparto su angustia", dijo. “Cuando has intentado todo tipo de alternativas... y aún son peligrosos, el animal debe destruirse. "Al menos las comunidades deberían poder beneficiarse por permitir que un cazador entre y pague para hacerlo", dijo en febrero.
Khama ha criticado la medida como algo puramente político, con la intención de apuntalar los votos rurales antes de las elecciones de octubre.
Dan Ashe, el jefe del Servicio de Pesca y Vida Silvestre durante la administración de Obama y ahora el presidente y CEO de la Asociación de Zoológicos y Acuarios, dice que si bien personalmente no le gusta la idea de cazar elefantes como deporte, es importante reconocer la autoridad de Botswana para regular su propia vida silvestre.
"Botswana siempre tuvo una muy buena posición con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EE. UU., y una reputación de una administración profesional y de gobierno relativamente libre de corrupción", dice, y agregó que cuando dirigía el servicio "teníamos una confianza profesional en Botswana.”
Muchos conservacionistas se oponen a la caza de elefantes, tanto por la disminución del número de elefantes en todo el continente como por razones éticas: no hay duda de que los elefantes sienten empatía y emociones.
Se readmitirá la caza "de una manera ordenada y ética" con más detalles, dice la declaración del gobierno.
Wildlife Watch es un proyecto de investigación entre National Geographic Society y National Geographic Partners que se centra en los delitos y en la explotación de la vida silvestre. Lee más sobre las historias de Wildlife Watch aquí y aprende más sobre la misión sin fines de lucro de National Geographic Society en nationalgeographic.org. Envía sugerencias, comentarios e ideas de historias a ngwildlife@natgeo.com.