Los elefantes machos más viejos tienen una mayor predisposición al apareamiento
Este hallazgo podría tener importantes implicaciones para la conservación de la especie; los autores señalan que los cazadores furtivos suelen ir por los animales más grandes y viejos.
Con una altura de 3 metros y un peso de más de 6 toneladas, Matt, el elefante de la sabana africana, es uno de los animales más grandes de la Tierra. Y aunque el paquidermo ya tiene 52 años, todavía cuenta con gran energía para aparearse.
De hecho, según un nuevo estudio, los machos más viejos como Matt realizan un mayor esfuerzo en rastrear y aparearse con hembras que los elefantes machos más jóvenes.
Durante aproximadamente tres meses al año, Matt, que vive en una población que abarca las reservas nacionales de Samburu y Buffalo Springs en Kenia, pasan por una instancia de sobrecarga reproductiva, algo que se denomina musth (y se pronuncia "mast"). Durante esta etapa, los elefantes de mediana edad y los más viejos vagan por la sabana para conseguir la mayor cantidad de hembras posible para poder aparearse. Las hembras viven en grupos matriarcales, y los machos suelen vivir en grupos separados hasta entrar en la fase musth.
"Los machos en etapa de musth son como máquinas de testosterona", sostiene Lucy Taylor, investigadora postdoctoral de la University of Oxford, quien fue coautora de un nuevo estudio sobre este fenómeno. Se la pasan rociando orina con olor muy fuerte, y desarrollan unas glándulas especializadas en las mejillas que desprenden un líquido espeso con feromonas.
Y funciona: "Cuando están en musth, los machos tienen una ventaja tremenda sobre los machos que no lo están", según explica Cynthia Moss, fundadora y directora del Amboseli Trust for Elephants.
Según un estudio realizado en 2007, los machos en musth son tan atractivos para las hembras que engendran casi el 80 por ciento de las crías de una misma población.
Si bien los machos pueden comenzar a aparearse alrededor de los 15 años, no llegan a entrar en la regularidad de la fase musth hasta que tienen unos 35 años. Y a los 50 años, están en su mejor momento reproductivo; esto representa un calendario inusual para la mayoría de las especies de mamíferos, cuya reproducción tiende a disminuir con la edad.
Este hallazgo no solo es fascinante, sino que podría tener importantes implicaciones para la conservación de la especie, que se considera vulnerable según la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Los autores señalan que los cazadores furtivos de marfil y los cazadores de caza mayor suelen ir por los animales más grandes y viejos, y todavía no se sabe cómo afectará a las poblaciones de mamíferos la eliminación de estos machos reproductivamente activos.
Un impulso extra
Para rastrear la energía musth que los machos ponen al servicio del apareamiento, los investigadores colocaron collares de rastreo por GPS en 30 machos adultos de diferentes edades en una población de estudio de aproximadamente 900 individuos que abarcan las dos reservas nacionales en el norte de Kenia. El equipo registró los movimientos de los animales de forma intermitente entre 2000 y 2018, anotando la velocidad diaria promedio para dar cuenta del esfuerzo realizado en la búsqueda de hembras.
A lo largo del estudio, los animales más viejos fueron los que caminaron más despacio cuando no estaban en etapa de musth, pero los veteranos se movieron a toda velocidad cuando comenzó la época de musth, y mostraron un ritmo mucho más rápido que sus competidores más jóvenes. Además, estos 50 y tantos patrullaban territorios un 350 por ciento más grandes.
"Lo que hacen es, básicamente, conservar toda su energía para luego gastarla cuando entran en la etapa de musth”, explica Taylor, cuyo estudio se publicó recientemente en el Journal of Animal Ecology.
¿Por qué los machos mayores tienen tanto interés en el apareamiento? Según Moss, dado que estos elefantes viven hasta los 70 años, las hembras usan la edad como un parámetro de aptitud física a la hora de buscar pareja.
Otro factor es que “a medida que crecen, los machos crecen cada vez más. Se vuelven más dominantes, y las hembras los prefieren ", sostuvo Taylor.
Pero incluso los machos más grandes necesitan un impulso adicional.
"El macho siempre necesita deshacerse de sus rivales, y el musth le da esa ventaja extra cuando compite por hembras", expresó Moss.
Relación con la caza furtiva
Moss explica que, simplemente al entrar en musth, un macho está anunciando a sus potenciales parejas que ha vivido lo suficiente como para estar preparado, una hazaña impresionante, teniendo en cuenta amenazas como lesiones, sequía y enfermedades. Pero con relación a la caza, sea ilegal o legal, no han podido desarrollar mecanismos de protección.
Algunos de los machos más viejos que el equipo de Taylor estuvo monitoreando para su estudio, por ejemplo, fueron asesinados por su marfil en una caza furtiva feroz en 2011.
"Sin estos grandes machos dominantes, será interesante ver cómo cambia la reproducción del elefante", expresa Taylor. "¿Cambiará sus estrategias reproductivas?"
Los investigadores no lo saben, pero la autora señala que los ciudadanos y los gobiernos deben evitar que los elefantes tengan que resolverlo.
Según un estudio publicado en mayo, la tasa de mortalidad de elefantes por caza furtiva está disminuyendo en respuesta a la menor demanda de marfil en el mercado internacional, entre otros factores.
Las medidas reglamentarias, como el compromiso de Hong Kong de cerrar su mercado de marfil para 2021, también podrían ayudar a acelerar la disminución de la caza furtiva.