Tailandia: Mueren 86 tigres que habían sido rescatados de una atracción turística
Desde 2016, más de la mitad de los grandes felinos incautados de la controvertida atracción turística tailandesa han muerto.
Tres años después de que 147 tigres fueran incautados del famoso Templo del Tigre en Tailandia, los funcionarios del gobierno informan que 86 de los animales rescatados han muerto. La causa oficial de muerte, según el gobierno tailandés, fue una enfermedad viral exacerbada por la endogamia de los grandes felinos.
Durante los años previos a la retirada de los grandes felinos del templo budista, formalmente conocido como Wat Pa Luangta Bua Yannasampanno, esa instalación había servido como una atracción turística popular donde los visitantes se tomaban selfies con los tigres y con las crías alinentándolas con mamaderas. Sin embargo, una exposición de National Geographic y el trabajo de Cee4Life, una organización sin fines de lucro de conservación de Australia, revelaron prácticas controvertidas, incluido el presunto abuso de animales y la cría rápida de los grandes felinos para suministrar partes de sus cuerpos para el comercio ilegal.
Dichos informes aumentaron la presión pública para cerrar las instalaciones a pesar de que cientos de las llamadas "granjas de tigres" han surgido en todo el sudeste asiático. En el 2016, los tigres, una mezcla de especies y subespecies, fueron confiscados del Templo del Tigre, ubicado a unos 161 kilómetros al oeste de Bangkok, y fueron puestos bajo custodia del gobierno.
Muertes agonizantes
Sybelle Foxcroft, cofundadora de Cee4Life, comenzó a investigar el templo en el 2007 como parte de su trabajo de tesis de maestría y luego colaboró con National Geographic en sus informes del 2016.
Ella dijo que la noticia de la muerte de los animales la devastó, pero finalmente no fue sorprendente. Cuando visitó el templo, vio signos de primera mano de deterioro neurológico grave por enfermedad y sostiene que las enfermedades de los tigres se contrajeron allí, no en las instalaciones del gobierno.
"Un tigre en particular, Mek Jnr, mostró síntomas graves en el 2015 cuando caminaba contra las paredes, sus patas traseras se debilitaban, a veces se desorientaban", escribió en un comunicado en el sitio web de Cee4Life.
“Una vez más, escribí públicamente sobre Mek Jnr y estaba a punto de rogarle al Templo del Tigre que lo ayudara, pero lo ignoraron y dijeron que estaba bien. Estaba lejos de estar bien y terminaría muriendo en agonía por esto”.
“También sé que si el Templo del Tigre hubiera continuado y los tigres no hubiesen sido confiscados, aún habrían muerto de las mismas enfermedades, pero la diferencia sería que el Templo del Tigre habría desollado los cuerpos muertos y utilizado las partes del cuerpo para vender."
¿Malas condiciones?
Desde su remoción del templo en el 2016, los tigres han estado viviendo en dos santuarios de vida silvestre administrados por el gobierno en Tailandia. En una declaración a los medios, el Departamento de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación de Plantas de Tailandia dijo que los animales finalmente murieron de parálisis laríngea, un trastorno respiratorio viral probablemente exacerbado por el sistema inmune débil de los animales consanguíneos. Algunos de los animales también sufrieron complicaciones debido al moquillo canino, una condición que puede afectar a los perros y a los tigres.
Reuters informa, sin embargo, que el cuidador del templo, Athithat Srimanee, disputa que los animales murieron debido a la endogamia y a las infecciones adquiridas en el templo; en cambio, sostiene que los animales murieron debido a las malas condiciones en la atención del gobierno, como pequeñas jaulas.
"La muerte de más de la mitad de los tigres rescatados del Templo del Tigre en cuestión de pocos años es, francamente, escandalosa", dice Will Travers, presidente de la Fundación Born Free, un grupo que se opone a tomar animales de la naturaleza. "Requiere una investigación completa e independiente que informe a la Oficina del Primer Ministro, cuyos descubrimientos deben ser de dominio público".
El gobierno tailandés dijo en un comunicado que continuará brindando atención a los 61 tigres restantes y que las condiciones en las que viven los tigres son seguras, preparadas para reducir su estrés e incluyen controles regulares de veterinarios. No se ha dicho si hay planes para trasladar los animales restantes a otras instalaciones.