El tráfico de jaguares es vinculado a las inversiones chinas en América Latina
Una nueva investigación pone en evidencia qué motiva el comercio ilegal de partes de jaguar.
Un jaguar merodea en la orilla del Pantanal, en Mato Grosso del Sur, estado de Brasil. Un nuevo estudio revela que los países de América del Sur y Central, como Brasil, que han recibido grandes niveles de inversión china, tienen tasas elevadas de contrabando internacional de jaguares.
Un nuevo estudio muestra que el comercio ilegal de jaguares está creciendo, y está probablemente vinculado a un aumento de inversión china en América Central y del Sur. Los jaguares ya han sido clasificados como casi amenazados, en menor medida, como resultado de que los ganaderos los matan como venganza por atacar a su ganado y, en gran medida, por la deforestación— han perdido el 50 por ciento de su hábitat histórico. Hoy, el comercio internacional e ilegal de partes de jaguar está ejerciendo mayor presión en las poblaciones con tendencia descendente, las cuales se estima llegan a un total aproximado de 173.000.
Un nuevo informe publicado el 2 de junio en la revista Conservation Biology establece que, desde 2012 hasta principios de 2018, en América Central y del Sur, se mataron más de 800 jaguares por sus dientes, pieles y cráneos para ser contrabandeados a China. Ese número representa solo los envíos que los organismos de seguridad han interceptado y que se han informado a los medios.
“Sabíamos que [el comercio ilegal] sucedía, pero no necesariamente que estaba creciendo”, señala Thais Morcatty, autora principal del estudio y aspirante de posgrado en la Universidad Oxford Brookes, en Inglaterra. “Realmente nos preocupa”.
Un guarda del parque nacional Madidi en Bolivia muestra los dientes de jaguar confiscados a un visitante chino en 2017.
Con el fin de intentar entender qué motiva el comercio ilegal— un desarrollo relativamente reciente—Morcatty y sus colegas recopilaron y analizaron los informes de jaguares, pumas y ocelotes contrabandeados a China. Sus hallazgos corroboraron las teorías de larga data de los conservacionistas: que el contrabando de jaguares está poco vinculado con las comunidades chinas que se han asentado hace mucho en América Central y del Sur y más con el reciente influjo de trabajadores chinos que apoyan megaproyectos como los nuevos caminos y represas. El documento observa que las inversiones chinas en la región han aumentado diez veces en la última década.
“Estos países que tienen vínculos estrechos con China combinados con una administración deficiente, y con altos niveles de corrupción, es casi una receta para el aumento de tráfico ilegal de vida silvestre”, indica Vincent Njiman, coautor y antropólogo que estudia el comercio de vida silvestre. Su investigación descubrió que Brasil, Bolivia y Perú estaban entre los países que encajaban en esa descripción.
Los investigadores hicieron un buen trabajo probando y desenredando estas correlaciones, señala el biólogo Esteban Payan, Director Regional de América del Sur del Programa Jaguar para Panthera, autoridad en lo que respecta a conservación de felinos salvajes. “Tenemos que aprender todo lo que podamos”, dice. “Eso nos dará la base para una política y una gestión” de los jaguares.
¿Los jaguares reemplazan a los tigres?
Cuando la caza furtiva de jaguares comenzó a llamarles la atención a los conservacionistas en 2010, estos se preocuparon porque las partes de jaguar estaban ganando popularidad en China como reemplazo de los cada vez más escasos tigres.
Los tigres han sido comercializados en China por mucho tiempo, y a pesar de que hay granjas que los crían en cautiverio para su matanza, los tigres salvajes siguen siendo más valiosos porque son vistos como más extraños y más potentes. Los huesos de tigre se usan para hacer vino de hueso de tigre, que se cree transmite el poder del tigre a quien lo bebe. Sus carcasas se usan para preparar un ungüento medicinal tradicional denominado pegamento o pasta de hueso de tigre. Las pieles se usan en muebles, ropa y accesorios. Y los caninos se usan en joyas, lo que le permite a quien lo vista mostrar que tiene mucho dinero e influencias por el hecho de tener algo tan raro y tabú.
El nuevo estudio demuestra que los dientes de jaguar son lo que más se incauta de lo que se manda a China, con registros mostrando casi 2000 interceptados por organismos de seguridad entre 2012 y principios de 2018. Por lo tanto, el informe concluye que los jaguares no son necesariamente un sustituto de los tigres, por el contrario, habría muchos más huesos de jaguares en el mercado si lo fueran— un patrón visto con los esqueletos de león que vienen de Sudáfrica, por ejemplo.
No obstante, Payan y Pauline Verheij, especialista en crímenes de vida silvestre quien ha estudiado el comercio de jaguares, advierten en contra de sacar estas conclusiones solo de los datos proporcionados por las incautaciones. “Nos dan una mirada incompleta”, explica Verheij.
Por ejemplo, los organismos de seguridad de América Central y del Sur “tradicionalmente se han centrado en las armas de fuego y en los estupefacientes”, cuenta Payan, así que es probable que un montón de productos ilegales de vida silvestre hayan pasado desapercibidos, entre ellos los productos a base de huesos y las pieles, los cuales apoyarían la teoría de que las partes de jaguares son reemplazos de los tigres. “Este fenómeno entero nos está forzando realmente a entrenar a las aduanas para que les den mayor importancia a las partes de animales”.
En América del Sur, las pieles de jaguares, como esta en un mercado en Iquitos, Perú, y los dientes han sido ofertados a los visitantes durante mucho tiempo. Sin embargo, se ha vuelto claro que el comercio se ha expandido más allá de los turistas.
Hay evidencia de otros investigadores que sugiere que las partes de jaguares están cumpliendo el mismo papel que las de tigre, como el contrabando de pasta de hueso de jaguar de Surinam. Y Payan señala que ha hablado con varios oficiales de aduana que han detenido a mujeres chinas intentando abordar vuelos internacionales con hueso en polvo disfrazado de leche en polvo.
Sin embargo, no hay mucha certeza sobre lo que sucede con los productos al llegar a China. “Es algo que tenemos que entender más”, cuenta Morcatty. Su investigación sobre el comercio es constante y espera poder mirar los datos económicos para adquirir información sobre los consumidores en el negocio.
“Hay más”
Es probable que la inversión china en América Latina siga creciendo, así que los autores del estudio dicen que el momento de proteger a los jaguares es ahora, antes que el comercio escale.
“Si sabes lo que se viene, puedes tomar las medidas correctas”, explica Njiman. Los jaguares “son probablemente solo la entrada del menú principal. Hay más”.
Junto a Morcatty dejaron en claro que los hallazgos del estudio implican solo a una pequeña porción de la población china, y piensan que la cooperación entre los gobiernos chino y latinoamericanos es fundamental para frenar el comercio ilegal.
Payan explica que combatir la corrupción, reducir la demanda entre aquellas personas en China que compran productos de jaguares y disminuir la pobreza de las comunidades que viven cerca de los jaguares serán cuestiones importantes también.
“Si tenemos algo que aprender de la historia de la disminución de tigres es que va a ser una guerra difícil”.
Wildlife Watch es un proyecto de investigación periodística entre National Geographic Society y National Geographic Partners que se enfoca en delitos y explotaciones contra la fauna y flora silvestre.