Estos son algunos de los animales más venenosos del mundo marino
Una raya manchada alimentándose de praderas marinas en las aguas protegidas del Monumento Nacional Buck Island, Saint Croix, Islas Vírgenes
En 2006, Steve Irwin, popularmente conocido como “el cazador de cocodrilos", se encontraba nadando junto a una mantarraya de la familia Dasyatidae cuando fue alcanzado por su aguja, la cual alcanzó varias veces su cuerpo y le provocó la muerte. En línea con un artículo publicado por la editorial norteamericana de National Geographic, “la punta venenosa de la raya atravesó el corazón de Irwin en un incidente que las autoridades calificaron como un accidente extraño y poco común”.
Este tipo de muertes son extremadamente raras, afirma el artículo. Las mantarrayas no se consideran agresivas, pero en ocasiones sienten miedo a la presencia humana y usan sus colas con puntas de veneno. Más que un ataque dirigido, los incidentes suelen aparecer como un reflejo defensivo.
Dado que estos animales merodean costas poco profundas de playas habitadas por personas, los expertos sugieren tomar todas las precauciones necesarias antes de ingresar al agua en regiones donde se conoce la presencia de esta y otras criaturas venenosas.
Conoce algunos de los animales marinos que, con su veneno, pueden paralizar a sus presas antes de matarlas. Descubre dónde se encuentran y por qué presentan un riesgo letal para los humanos que merodean sus hogares.
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Rayas águila (Aetobatus narinari)
El tercer animal marino venenoso se encuentra en las aguas templadas y cálidas de Estados Unidos, pasando por Hawai hasta descender en el sur de Brasil. Incluso, la ADW indica que se han visto ejemplares de rayas águila merodeando el Mar Rojo del océano Índico. Pasa la mayor parte de su tiempo nadando a 60 metros de profundidad.
Las rayas águila tienen, al igual que otros ejemplares de su familia, un vientre blanco y una superficie dorsal azulada salpicada de manchas y anillos blancos. Y, al igual que otros peces cartilaginosos, este ejemplar tiene órganos electro sensoriales también conocidos como ampollas de Lorenzini que les permiten comunicarse y localizar el movimiento de sus presas a través de pulsos eléctricos que viajan por el mar. Además de eso, tienen una amplia visión ocular y percepción olfativa.
Las rayas águila moteadas son capaces de picar a las personas con su espina venenosa, lo que en ocasiones provoca la muerte y pone en peligro a quienes interfieren en su hábitat regional. Su cola, advierte la base de datos, puede ser tres veces más larga que el diámetro de su cuerpo, el cual en promedio tiene entre 180 y 330 centímetros.
Pulpo de anillos azules (Hapalochlaena lunulata)
Un pulpo de anillos azules nadando en el océano.
La razón que convierte a este molusco en una especie marina peligrosa es la presencia de tetrodotoxina en sus tejidos blandos, señala un registro de datos publicado por Science Direct en el año 2018. La toxina que utiliza el pulpo de anillos azules para defenderse es 1200 veces más letal que el cianuro.
El pulpo de anillos azules pertenece a la familia Hapalochlaena y, de acuerdo con el artículo de Science Direct, son los únicos ejemplares del género Octopodidae “capaces de causar morbilidad o mortalidad tóxica en humanos”. El animal comúnmente se encuentra en las costas de Australia y a través del océano Pacífico norte en Japón y Corea.
Caracol cónico (Conus geographus)
El caracol cónico habita en las regiones tropicales y subtropicales del océano indo pacífico, precisamente en las costas y arrecifes del norte australiano. Si bien no vive en zonas más profundas, las mareas y zonas arenosas de la costa son su lugar preferido para vivir, revela un artículo de Animal Diversity Web (ADW), una base de datos en línea de historia natural de la Universidad de Michigan, Estados Unidos.
Es un animal piscívoro (se alimenta de peces) que posee una cáscara suave y rugosa que cubre su blando cuerpo. Aunque el factor que más sorprende de su tronco es la presencia de una pequeña aguja cóncava cuya longitud equivale al 10% de toda su estructura. Según la base de datos, el caracol cónico utiliza un diente alojado en su trompa como arpón para incapacitar a su presa y, a través de él, impregna veneno con sus glándulas, que producen toxinas mortales y enzimas digestivas.
Según ADW, las observaciones del caracol cónico demuestran que el ser vivo acecha a su presa lentamente agitando su aguja camuflada como señuelo para atraer al pez antes de picarlo con su rádula dental.
Una vez atrapado, el pez se sacude violentamente durante unos momentos y el caracol inyecta un veneno de excitotoxina paralizante que endurece al vertebrado. Así, el animal dispone de toda una presa para comerla por completo.
Avispa de mar (Chironex fleckeri)
Medusas caja en las aguas costeras poco profundas de Table Mountain, Sudáfrica.
Se cree que Chironex fleckeri, también conocida como medusa de caja o avispa de mar, es la criatura más venenosa del mundo, señala la ADW. Sus picaduras son extremadamente mortales para los seres humanos y se estima que, si un total de 6 metros de tentáculos entran en contacto con la piel, la cantidad de veneno inyectada es suficiente para causar la muerte en sólo unos minutos.
El animal habita en aguas salinas turbias y poco profundas de océanos, ríos de agua dulce y canales de manglares de Australia.
Su nombre, señala la base de datos animal, deriva de la forma de su campana, que tiene forma de caja.
En aspecto, la medusa es transparente y suele medir entre 16 y 24 centímetros (cm), aunque algunos ejemplares pueden alcanzar un diámetro de 35 cm. A su cuerpo se le suma un total de 60 tentáculos que cuelgan de él. Estos pueden medir hasta 3 metros de largo y contienen millones de nematocistos, ganchos microscópicos donde se sostiene y libera el veneno.
Los nematocistos permiten a las medusas impregnar pequeñas dosis de veneno a sus presas que, al contacto, son paralizadas y mueren. Las avispas de mar son extremadamente venenosas para la mayoría de las especies, aunque el único depredador conocido son las tortugas verdes (Chelonia mydas), que, gracias a su gruesa piel y caparazón, no se ven afectadas por las picaduras de este animal.