El mar se está quedando sin peces, a pesar de las promesas de las naciones de frenar la sobrepesca
Los principales países que están prometiendo reducir el financiamiento a las pesquerías están aumentando el apoyo financiero a las industrias de alimentos de origen marino.
A medida que las poblaciones mundiales de peces que alimentan a cientos de millones de personas disminuyen, las naciones están luchando por completar, para fin de año, un acuerdo internacional que prohíbe los subsidios gubernamentales que estimulan la pesca excesiva.
Sin embargo, mientras las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio se reanudan esta semana en Ginebra, Suiza, nuevas investigaciones muestran que los gobiernos han aumentado el apoyo financiero a las prácticas pesqueras que diezman la vida marina, a pesar de las promesas públicas para disminuir dicha ayuda.
En una encuesta exhaustiva de 152 países, los científicos de la Universidad de Columbia Británica hallaron que las naciones marítimas gastaron 22 mil millones dólares en subsidios perjudiciales en 2018, un 63 por ciento del monto total invertido para apoyar a la industria pesquera global.
Eso implica un aumento del 6 por ciento desde 2019. Subsidios perjudiciales es un término que se emplea para hacer referencia a aquellos subsidios que promueven la pesca excesiva y la pesca ilegal que, de otra manera, no serían rentables, tales como aquellos que garantizan costos de combustible lo que les permite a los arrastreros navegar a los lugares más lejanos del planeta. Solo los subsidios al combustible representaron un 22 por ciento de todos los subsidios a la pesca del año pasado.
Según un estudio publicado en Marine Policy, China, que cuenta con la flota pesquera de ultramar más grande del mundo, ha aumentado los subsidios perjudiciales en un 105 por ciento en la última década.
“Es difícil sacar algo positivo de este estudio, pero puede ser un grito de guerra para los gobiernos ya que la Organización Mundial del Comercio está en condiciones de terminar con los subsidios perjudiciales y lograr un gran impacto en el océano”, señala Isabel Jarrett, gerenta del programa de subsidios pesqueros de Pew Charitable Trusts. Pew ayudó a financiar la investigación.
El tiempo se acaba
Los hallazgos subrayan un gran desafío en Ginebra ya que solo quedan tres meses para alcanzar el objetivo de llegar a un acuerdo sobre los subsidios pesqueros.
Los científicos marinos y los expertos en políticas dicen que un acuerdo jurídicamente vinculante que prohíba los subsidios pesqueros es fundamental a medida que el cambio climático altera los ecosistemas marinos. Un histórico informe de Naciones Unidas emitido en septiembre descubrió que la pesca máxima de las pesquerías podría disminuir tanto como un 24,1 por ciento para finales de siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan así de constantes.
“Luego de 20 años de discusiones sobre subsidios pesqueros dentro de la Organización Mundial del Comercio, el debate sobre los aspectos técnicos se ha agotado bastante”, indica Rémi Parmentier, director de la consultora Varda Group con sede en Madrid y observador de las negociaciones. “El ingrediente clave que falta es la voluntad política de que la negociación finalice”.
Los delegados de la Organización Mundial del Comercio tendrán la posibilidad de oír, de primera mano, los descubrimientos del nuevo estudio cuando el autor principal del mismo, Rashid Sumaila, haga una presentación esta semana en el foro de políticas públicas de Naciones Unidas.
“La razón principal por la que los subsidios están aumentando es política, ya que cuando das algo como un subsidio en combustible, después es muy difícil sacarlo”, afirma Sumaila, destacado experto en subsidios pesqueros de la Universidad de Columbia Británica. “La política de esto es muy complicada, pero es importante para los científicos continuar mostrando cómo esto no está funcionando para la sociedad”.
La oficina de prensa de la Organización Mundial del Comercio dijo que la organización no podía comentar sobre el estudio o el estado de las negociaciones, pero su Director-General Roberto Azevêdo realizó una declaración.
“No hay dudas de que muchas poblaciones de peces se están agotando y el financiamiento ilimitado a las pesquerías puede ser perjudicial para nuestros océanos”, dijo Azevêdo en la declaración. “Con el plazo de finales de 2019 acercándose rápidamente, las negociaciones se están intensificando. Los miembros de la organización necesitarán dejar de lado sus diferencias y llegar a acuerdos para alcanzar un trato. El momento de actuar es ahora”.
Agotamiento de los peces
Un tercio de las poblaciones de peces comerciales están siendo capturados a niveles biológicamente insostenibles y el 90 por ciento es completamente explotado, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Por ejemplo, la población de atún de aleta azul del Pacífico ha caído un 97 por ciento respecto de los niveles históricos debido a una galopante pesca excesiva de uno de los depredadores principales del océano más valioso ecológica y económicamente.
En las últimas décadas, aquellas naciones cuyas poblaciones de peces han colapsado han enviado a los arrastreros a pescar en alta mar y en las aguas territoriales de otros países.
La flota pesquera de ultra mar china cuenta con 3000 buques y merodea los océanos desde África a la Antártida y el Pacífico. Un estudio del año pasado halló que casi la mitad de los peces capturados en alta mar en 2014 terminaron en manos de embarcaciones chinas y taiwanesas.
Los investigadores de la Universidad de Columbia Británica informan que China proporciona más subsidios que cualquier otra nación: alrededor de USD 7,2 mil millones en 2018, lo que representa un 21 por ciento del apoyo global. Algunos subsidios son considerados beneficiosos, tales como aquellos que se destinan al manejo sustentable de las pesquerías. Pero, durante la última década, el dinero concedido por China a los subsidios beneficiosos cayó un 73 por ciento, mientras que aquellos considerados perjudiciales, como los otorgados para combustible o para la construcción de buques, se duplicaron con creces.
A finales del año pasado, China se comprometió a limitar su flota de ultra mar a 3000 buques para 2020 y a reducir los subsidios al combustible, “El tradicional modelo de desarrollo de pesquerías de alta mar necesita modificarse”, dijo el ministro de agricultura del país en una declaración en agosto de 2017.
Aunque el estudio indica que los aumentos de subsidios podrían equilibrarse, en junio, la Unión Europea recuperó los subsidios para expandir su flota pesquera. Según los investigadores, la UE ya tiene el 11 por ciento de los subsidios globales y garantizó 2 mil millones de dólares en apoyo perjudicial en 2018.
“Lo que realmente me molesta es el ejemplo que la UE le está dando a los demás países”, indica Sumaila.
El hecho de que 70 países no incluyeran información de subsidios como lo solicitó la Organización Mundial del Comercio pone de manifiesto el desafío de determinar la real magnitud de los subsidios”.
“Es un trabajo detectivesco”, observa Sumaila, cuyo equipo desenterró información de diferentes fuentes para estimar el alcance del apoyo financiero a la industria pesquera.
Jarrett señala que los cinco países que otorgan la mayor cantidad de subsidios representan la mitad del apoyo global total.
“Si esos países se comprometieran más, entonces veríamos un cambio enorme y significativo en lo que respecta a alejarnos de los subsidios perjudiciales y, en última instancia, espero, recuperar las poblaciones de peces y un futuro mejor para el océano”, dice.