8 consejos para cuidar tu salud renal
Algunas medidas de prevención generales como no fumar o hacer ejercicio pueden marcar una diferencia. En el Día Mundial del Riñón, conoce todas las recomendaciones.
Una joven donante de riñón posa en Warrens, Wisconsin (Estados Unidos).
Los riñones tienen, aproximadamente, el tamaño de un puño humano y están situados en la parte inferior del abdomen debajo de la caja torácica. Su función principal consiste en eliminar las toxinas y el exceso de agua de la sangre, aunque también ayudan a controlar la tensión arterial, a producir glóbulos rojos y a mantener sanos los huesos, informa el sitio web de la organización internacional del Día Mundial del Riñón (WKD, por sus siglas en inglés).
Para generar conciencia sobre estos órganos y promover la salud renal, se ideó el Día Mundial del Riñón, que se conmemora cada año el segundo jueves de marzo como iniciativa conjunta de la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN, por sus siglas en inglés) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales - Alianza Mundial del Riñón (por sus siglas en inglés: IFKF-WKA).
A través de su web, la organización WKD comparte 8 maneras de cuidar los riñones cada día y reducir el riesgo de desarrollar enfermedad renal.
1. Hacer ejercicio físico
De acuerdo con WKD, hacer ejercicio contribuye a mantener un peso corporal ideal, a reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedad renal crónica.
2. Llevar una dieta saludable
Por otra parte, es recomendable llevar una dieta saludable a fin de mantener un peso corporal ideal, reducir la presión arterial, prevenir la diabetes, las enfermedades cardíacas y otras afecciones asociadas con la enfermedad renal crónica.
Entre los buenos hábitos alimenticios, la WKD sugiere reducir el consumo de sal (la ingesta de sodio recomendada es de 5-6 gramos de sal por día) y limitar la cantidad de comida procesada.
El plato vegetariano de África Occidental con una Hammerhead Ale casera en McMenamin's Pub en el Olympic Club. Centralia, Washington, Estados Unidos.
Filetes humeando en una parrilla. Cascade Locks, Oregón, Estados Unidos.
3. Revisar y controlar el nivel de azúcar en la sangre
Aproximadamente la mitad de las personas que tienen diabetes no saben que la tienen, advierte el Día Mundial del Riñón. Es por esto que verificar el nivel de azúcar en la sangre es importante: aproximadamente la mitad de las personas que tienen esta enfermedad desarrollan daño renal. Sin embargo, esto se puede prevenir o limitar si la diabetes está bien controlada.
4. Revisar y controlar la presión arterial
Por otra parte, controlar la presión arterial es conveniente para aquellos que se acercan a la mediana edad, dado que la presión arterial alta puede dañar los riñones. “Esto es especialmente probable cuando se asocia con otros factores como diabetes, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares”.
5. Beber suficiente agua
El nivel adecuado de ingesta de líquidos depende de muchos factores, incluidos el ejercicio, el clima, las condiciones de salud, el embarazo y la lactancia.
Asimismo, quienes tienen una enfermedad renal, cardíaca o hepática deben consultar con su médico sobre la ingesta de líquidos adecuada para su caso.
6. No fumar
Fumar retarda el flujo de sangre a los riñones, por eso es importante no hacerlo. Según explica la organización, cuando llega menos sangre a los riñones estos pueden disminuir su capacidad para funcionar normalmente. Sumado a eso, “fumar aumenta el riesgo de contraer cáncer de riñón en un 50%”.
7. No automedicarse
“Los medicamentos comunes, como los antiinflamatorios no esteroideos (Aine) o los analgésicos (por ejemplo medicamentos como el ibuprofeno), pueden dañar los riñones si se toman con regularidad”, advierte el WKD. Por eso, la entidad recomienda no consumirlos con regularidad y consultar con un médico sobre su administración.
8. Hacer controles periódicos
Por último, desde la web del Día Mundial del Riñón destacan que se deben realizar chequeos sobre la función renal, especialmente si el paciente tiene uno o más factores considerados de alto riesgo tales como diabetes, hipertensión, obesidad o antecedentes familiares de enfermedad renal.
Asimismo, desde la WKD insisten en la importancia de hablar con un médico u otro profesional de la salud para obtener la información necesaria.