Encuentran moléculas orgánicas en la superficie de Marte
Dos hallazgos históricos revelan que existe carbono orgánico en el planeta rojo, y trazan el camino para una futura búsqueda de vida.
Dado el trajín cotidiano, es fácil perder de vista un hecho sorprendente: desde el año 2012, la humanidad ha estado manejando un móvil científico nuclear del tamaño de un vehículo utilitario deportivo en otro planeta.
Esta maravilla de la ingeniería, el rover Curiosity de la NASA que se encuentra en Marte, ha revolucionado nuestro conocimiento del planeta rojo. Y gracias al intrépido rover, hoy sabemos que el Marte antiguo tenía componentes de carbón denominados moléculas orgánicas (una materia prima clave para la vida tal cual la conocemos).
Un nuevo estudio publicado en la revista Science el pasado jueves presenta la primera evidencia concluyente de la existencia de moléculas orgánicas grandes en la superficie de Marte, una búsqueda que comenzó con los primeros exploradores de la NASA en 1970. Las primeras pruebas podrían haber dado alguna pista de estos componentes orgánicos, pero la presencia de cloro en suelo marciano complicó aquellas interpretaciones.
"Cuando trabajas con algo tan loco como un rover en Marte, con el instrumento más complejo que se haya enviado al espacio, parece que estás haciendo lo que antes se podría haber percibido como imposible", comenta la autora principal y biogeoquímica de NASA Goddard, Jennifer Eigenbrode. "Trabajo con un grupo de personas espectacular en el proyecto de Marte, y hemos descubierto mucho", agrega.
La última información de Curiosity revela que el lago acuoso, que alguna vez llenó el cráter Gale de Marte, contenía moléculas orgánicas complejas con una antigüedad de 3,5 mil millones de años. Y todavía se conservan indicios de estas moléculas en las rocas de azufre punzantes que derivan de los sedimentos del lago. Tal vez el azufre haya ayudado a proteger al material orgánico incluso cuando, en la superficie, las rocas estuvieron expuestas a radiación y a los percloratos, sustancias similares a la lavandina.
Los nuevos resultados no son, por sí solos, evidencia de vida antigua en Marte; los procesos no vivos podrían haber producido moléculas idénticas. Sin embargo, el estudio muestra cómo los vestigios marcianos podrían haber sobrevivido por eónes (si alguna vez existieron) y ofrece pistas sobre dónde deberían buscar los futuros rovers.
“Este es un hallazgo importante”, afirma Samuel Kounaves, químico de la Universidad Tufts y ex científico principal del Phoenix Mars lander de la NASA. "Hay lugares, especialmente en el subsuelo, donde las moléculas orgánicas están bien conservadas", añade.
Estaciones de metano
Curiosity ha encontrado no solo carbón antiguo, sino también olores de los materiales orgánicos que existen en Marte hoy. Desde que aterrizó, el rover ha olido la atmósfera de Marte periódicamente; y, a finales de 2014, los investigadores que utilizaron esta información demostraron que la molécula orgánica más simple, el metano, está presente en la atmósfera del planeta rojo.
La presencia de metano en Marte es desconcertante, ya que solo sobrevive por unos cientos de años; y esto significa que, de alguna manera, algo en el planeta rojo sigue "renaciendo". "Es un gas que realmente no debería estar en la atmósfera de Marte", señala Chris Webster científico de laboratorio de propulsión a chorro de la NASA.
Asimismo, el comportamiento del metano observado en Marte es bizarro. En 2009, los investigadores informaron que los inexplicables penachos marcianos arrojan miles de toneladas de metano aleatoriamente y al mismo tiempo.
El último estudio de Webster, también publicado hoy en la revista Science, muestra que Marte "respira" esa cosa por estaciones. Cada verano marciano, la concentración de metano en la atmósfera aumenta a alrededor de 0,6 partes por mil millones. En el invierno, esta cuenta baja a 0,2 partes por mil millones, la tercera parte que en verano.
"En la atmósfera de la Tierra, no tenemos variaciones estacionales de muchas moléculas; entonces, que un planeta tenga variaciones estacionales químicas es bastante sobrenatural", cuenta Eigenbrode. "Es una observación sorprendente", agrega.
Webster y sus colegas sospechan que el metano proviene de las profundidades subterráneas, y los cambios de temperatura en la superficie de Marte aceleran su curso hacia arriba. En invierno, el gas podría quedar atrapado bajo tierra en cristales helados denominados clatratos, que podrían derretirse en verano y liberar el gas.
Pero... ¿qué produce el metano? Nadie lo sabe.
"Realmente no podemos afirmar si el metano que vemos hoy es producto actual de la serpentinización [una reacción química producida entre las rocas portadoras de hierro y el agua líquida] o de la actividad microbiana a cierta profundidad", menciona Michael Mumma, el científico de la NASA Goddard que descubrió los penachos de metano en Marte. "¿O es algo que ha quedado almacenado allí desde tiempos ancestrales y, poco a poco, se está liberando?".
Todavía buscando vida
Los expertos han recibido a los dos nuevos estudios como hitos para la astrobiología.
"Es realmente emocionante porque demuestra que Marte es un planeta activo hoy", menciona Bethany Ehlmann, científica planetaria de Caltech (Instituto de Tecnología de California) y experta en Marte, quien no fue parte de los estudios. "No es frío ni está muerto; tal vez solo está justo en el borde de la habitabilidad", añade.
Pero Webster y otros recalcan que los estudios, por sí solos, no son evidencia de vida en Marte. "Las observaciones no descartan la posibilidad de actividad biológica, [pero] tampoco son evidencia irrefutable", afirma.
A fin de encontrar respuestas más consistentes, los investigadores necesitarán hacer llegar a Marte equipamiento que sea lo suficientemente sensible como para detectar vida en las escalas químicas. En la Tierra, la vida produce más metano y menos etano que lo que producen las reacciones no vivas. Si los investigadores vieran esta marca distintiva en Marte, el supuesto de vida sería más sólido
Las futuras misiones ayudarán. La nave espacial ExoMars de la Agencia Espacial Europea (European Space Agency), que se espera aterrice en 2020, podrá taladrar más de 1,8 metros en los impolutos suelos marcianos y examinar las muestras con sus instrumentos de a bordo. Y el rover de la NASA para Marte previsto para el año 2020 está programado para empaquetar muestras de suelo para que las futuras misiones las levanten y las regresen a la Tierra.
Incluso hoy, la misión ExoMars sigue avanzando. La misión Trace Gas Orbiter llegó a Marte a finales del 2016, y está actualmente recopilando información que les permitirá a los científicos trazar un mapa del metano de Marte, y tal vez hasta precisar sus orígenes.
"Hace tan solo unas semanas que comenzamos nuestras mediciones en un modo de lo más sensible, y los equipos están trabajando duro para extraer la información sobre el metano", cuenta, en un correo electrónico, Håkan Svedhem, científico del proyecto Trace Gas Orbiter. "Creemos que podremos presentar resultados en unas pocas semanas", añade.