¡Confirmado! Este sería el lugar más prometedor para buscar vida extraterrestre
Encélado es la sexta luna más grande de Saturno. En esta ilustración brotan penachos de vapor, pero recientes análisis de los granos helados de esta roca distante indican que contiene fósforo, un elemento esencial para la vida.
El fósforo, el elemento más raro y esencial para la vida tal como la conocemos, se ha descubierto por primera vez en un océano más allá de la Tierra, expulsado por la luna helada de Saturno Encélado.
Este elemento vital contribuye a la fertilidad del suelo terrestre, y los investigadores sugieren que sus concentraciones pueden ser al menos 100 veces mayores en los mares ocultos de Encélado que en los océanos de la Tierra. Los nuevos hallazgos también sugieren que las aguas de otros mundos helados podrían estar igualmente cargadas de fósforo, como Europa, la cuarta luna más grande de Júpiter, y Titán, la mayor luna de Saturno.
Los fosfatos, o compuestos que contienen fósforo, son esenciales para componentes clave de la vida en la Tierra, como el ADN, el ARN y las membranas celulares. De los seis elementos necesarios para la vida (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre), el fósforo "es, con diferencia, el menos común del universo", explica Frank Postberg, científico planetario de la Universidad Libre de Berlín.
Una imagen de Cassini de la luna de Saturno Encélado retroiluminada por el Sol muestra un chorro de material en forma de fuente que brota de la región polar sur.
Una imagen de Cassini de la luna de Saturno Encélado retroiluminada por el Sol muestra un chorro de material en forma de fuente que brota de la región polar sur.
El fósforo era el único de estos seis componentes básicos que los astrónomos aún no habían detectado en océanos más allá de la Tierra. Pero a partir de 2004, la nave espacial Cassini voló hacia el polvo del segundo anillo más externo de Saturno, el anillo E, compuesto por granos de hielo expulsados de Encélado. Ahora, los científicos que estudian esos granos de hielo medidos por el Analizador de Polvo Cósmico de Cassini han detectado el escurridizo elemento, detallado en un nuevo estudio de la revista Nature.
Encelado, la sexta mayor de las lunas de Saturno, solo mide unos 560 kilómetros de ancho, lo que la hace lo bastante pequeña como para caber dentro de los límites de Arizona. Cuando la nave espacial Cassini llegó por primera vez a Saturno en 2004, los científicos esperaban que Encélado fuera una bola de hielo. Pero, al año siguiente, detectaron penachos de vapor de agua y partículas heladas que brotaban de géiseres en la superficie, revelando la existencia de un océano global entre la corteza helada de la luna y su núcleo rocoso.
Una representación artística del interior de Encélado. La nave espacial Cassini de la NASA descubrió que la luna tiene un océano global y una probable actividad hidrotermal.
Los científicos creen que potentes respiraderos hidrotermales pueden expulsar material del núcleo de Encélado al océano subsuperficial de la luna. Tras mezclarse con el agua, el material se libera al espacio en forma de vapor de agua y granos de hielo.
Postberg, autor principal del nuevo estudio, y sus colegas descubrieron anteriormente que el océano de Encélado también podría contener moléculas orgánicas complejas.
Esto lo convierte en "el lugar más prometedor, la fruta más al alcance de la mano, de nuestro sistema solar para buscar vida extraterrestre", afirma Carolyn Porco, científica planetaria y jefa del equipo de imágenes de Cassini, que no participó en el nuevo estudio.
En busca del fósforo oculto
Hasta ahora, nadie había detectado fósforo en el hielo de Encélado o de mundos similares, lo que ponía en duda que estos lugares pudieran ser realmente habitables. "Existían dudas sobre si el fósforo podría ser o no el cuello de botella para la posibilidad de aparición de vida", afirma Postberg.
Los modelos anteriores de Encélado y otros mundos con océanos helados estaban divididos sobre si estos mares ocultos poseían cantidades significativas de fosfatos disueltos en su interior. "A estos elementos no les gusta disolverse en el agua, por lo que en principio es más difícil encontrarlos en los océanos", detalla Postberg.
Las primeras investigaciones sugirieron que los fosfatos podrían estar atrapados en los núcleos rocosos de estos mundos. Sin embargo, trabajos más recientes insinuaron que los fosfatos también podrían ser abundantes en los océanos.
De los 345 granos de hielo del anillo E de Saturno que Cassini examinó entre 2004 y 2008, los científicos detectaron nueve granos con fosfatos.
"Lo más sorprendente fue lo claras e inconfundibles que son las firmas de fosfato en los datos", señala Postberg. "Llevó años analizar muchos datos, pero desde mi punto de vista, se trata realmente de una detección a prueba de balas".
"Es sorprendente que Postberg y otros expertos fueran capaces de clasificar los granos y sacar la señal de fósforo tan bien", reconoce Chris McKay, astrobiólogo del Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffett Field, California, quien no participó en este estudio. "Un trabajo detectivesco impresionante".
Un estudio reciente infirió de forma controvertida la detección de fosfina, un compuesto de fósforo e hidrógeno, en las nubes de Venus. Sin embargo, cuando se trata de Encélado, "aquí no hay controversia: el fosfato y la fosfina son diferentes", afirma Gabriel Tobie, científico planetario del Centro Nacional de Investigación Científica francés, quien tampoco participó en la investigación..
En Encélado, los fosfatos, que son compuestos de fósforo y oxígeno, "no requieren ninguna reacción exótica, mientras que la fosfina en Venus es mucho más difícil de explicar", aclara Tobie.
Sondeando las profundidades
Basándose en los niveles de fosfato observados en los granos helados, los científicos estimaron que las concentraciones de fósforo eran entre 100 y 1000 veces mayores en las aguas de Encélado que en los océanos de la Tierra. Los experimentos de laboratorio que realizaron sugirieron que esto era posible porque el océano de Encélado es, como la sosa, rico en carbonatos disueltos. "Este océano de sosa puede disolver los fosfatos de las rocas de Encélado", indica Postberg.
Además, las aguas de los mundos oceánicos helados del sistema solar exterior (como Plutón y Tritón, la mayor luna de Neptuno) también deberían estar repletas de carbonatos, lo que sugiere que también pueden disolver los fosfatos de las rocas, sostiene Postberg. Además, la misión Europa Clipper de la NASA, cuyo lanzamiento está previsto para 2024, podría detectar fosfatos en granos helados expulsados por esa luna.
Aunque la detección de fosfatos en Encélado presagia interesantes posibilidades, el reducido número de granos de hielo que examinaron los investigadores deja algunas preguntas sin respuesta. Según Tobie, en el futuro habrá que investigar si estos fosfatos se encuentran realmente en todas partes del océano de Encélado o solo en unos pocos puntos.
"El siguiente paso es volver a Encélado y buscar, con las herramientas adecuadas, biomarcadores orgánicos", adelanta McKay.