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Página del fotógrafo
Danielle Villasana
Bloquear la sensación de tristeza puede tener efectos nocivos para la salud, como la aparición de enfermedades psicosomáticas, asegura la experta consultada por National Geographic.
La nomofobia afecta a las personas que no pueden soltar el móvil sin sentirse ansiosas por no tenerlo cerca y seguir conectadas. En la imagen, una joven pareja se concentra en sus teléfonos.
El día de Navidad, Kataleya recibió una tarjeta de mercado (asistencia en dinero para alimentos y mercaderías básicas) emitida por la Organización Internacional para las Migraciones. Había perdido su última tarjeta el mes pasado y había comido poco durante semanas. Gracias a las nuevas tarjetas, compró huevos, salchichas, arroz y mayonesa, además de un abrigo calentito para el frío invierno en Tijuana.
En el centro de Tapachula, Alexa conversa con dos mujeres que acaban de llegar de El Salvador. Cada año, miles de centroamericanos huyen de la violencia creciente y, en el caso de la comunidad LGBTQ, de la estigmatización y la discriminación sistémica, hacia Estados Unidos con la esperanza de que se les otorgue asilo.
Kataleya lava los platos en el fregadero al aire libre del complejo de departamentos donde vive en Tijuana.
Para 2020, la oficina, que gestiona los asuntos de inmigrantes y refugiados, estaba casi desierta.
Alexa Smith, hondureña de 20 años de edad, pasa la tarde con amigos en el río Tapachula, en la frontera con Guatemala. Uno de ellos contó cómo nadó por el río Grande desde México a McAllen, Texas, donde fue arrestado y deportado a México.
Kataleya ha encontrado un compañero en Ángel, pero él no quiere ir a Estados Unidos.
Estados Unidos está atractivamente cerca de Tijuana. Una noche a finales de diciembre, Kataleya estaba en la playa observando la frontera cuando vio dos figuras que se escabullían desde Tijuana a San Diego, corriendo por la oscuridad. En unos pocos segundos, lograron lo que a ella se le viene negando hace tanto.
Kataleya mira televisión en su cama. Asegura que los largos meses de incertidumbre y trauma en la frontera la están desgastando. "Me ven contenta, pero no saben cómo estoy en realidad. Estoy triste", cuenta. Se pregunta a menudo qué ha hecho para merecer el sufrimiento que padece.