Observe a este increíble artista mientras dibuja una ciudad completa de memoria
Stephen Wiltshire fue diagnosticado con autismo a los tres años y actualmente es famoso por producir escenas muy detalladas después de echar un rápido vistazo.
En la actualidad, Stephen Wiltshire es uno de los artistas británicos más conocidos. Sus contrataciones tienen una lista de espera de cuatro a ocho meses, y los videos en los que bosqueja paisajes urbanos panorámicos a perfecta escala tienden a hacerse virales.
Sin embargo, cuando Stephen asistía a la escuela, sus maestros no sabían qué hacer con él. Recibió el diagnóstico de autismo a los tres años y dijo su primera palabra (“papel”) a los cinco. Aun así, cuando niño, Stephen podía bosquejar imágenes de la vida silvestre y caricaturas de sus maestros de manera sorprendentemente precisa.
Más adelante, comenzó a dibujar edificios que veía en Londres con un detalle asombroso. Su hermana mayor, Annette, solía llevarlo a la casa de un amigo de la escuela que vivía en el piso 14 de un edificio de departamentos y, desde allí, tenía una amplia visión de la ciudad. Se maravillaba por su organización y sus sitios icónicos. A partir de ese momento, “su pasión se volvió una obsesión”, comenta su hermana.
A los ocho años, tuvo su primera contratación...del primer ministro británico. El habla no le resultaría fácil hasta el año siguiente pero, para cuando tuvo 13, ya había publicado su primer libro de dibujos. El público y los medios comenzaban a sentir fascinación por la increíble memoria del joven adolescente. Stephen se presentaba en programas de televisión y en documentales sobre los llamados eruditos.
En un viaje a Nueva York para realizar una entrevista, conoció a Oliver Sacks y dibujó una perfecta réplica de la casa del neurólogo luego de echarle un rápido vistazo. “La combinación de las grandes capacidades con las grandes discapacidades presenta una paradoja extraordinaria: ¿cómo es posible que dos opuestos vivan juntos?”, escribió Sacks, tiempo después, en el prólogo del segundo libro de Wiltshire.
Dos años más tarde, en 1989, visitó Venecia y dibujó su primer panorama. A partir de entonces, Stephen se hizo conocido por sus paisajes urbanos increíblemente detallados, cada uno realizado de memoria con cientos de calles, sitios icónicos y otras menudencias a una escala perfecta. Dibujó ciudades de todo el mundo, desde Jerusalén hasta Sídney. Su último proyecto hizo que la Ciudad de México cobrara vida en un lienzo de 4 metros.
Voló en helicóptero durante 20 minutos sobre Nueva York y luego realizó un bosquejo de todo lo que vio en una hoja de papel de casi 6 metros de largo, mientras los espectadores lo observaban en vivo por medio de una cámara web.
“A pesar de la extraordinaria memoria de Stephen, aun así, se perdió en Manhattan y caminó durante 45 minutos en la dirección incorrecta hasta que finalmente encontró el restaurante Cheyenne's Diner”, comenta una divertida anécdota en su sitio web oficial.
En 2006, el Príncipe Carlos presentó a Stephen como miembro de la Orden del Imperio Británico por sus contribuciones al mundo del arte. Ese año, abrió su propia galería de arte en el centro de Londres. Hoy, su fotografía les da la bienvenida a los visitantes de Londres en el aeropuerto Heathrow.
“Stephen es extremadamente humilde e imperturbable”, comenta Annette, quien administra la galería. Y agrega: "La fama no ha alterado su concentración ni lo ha puesto nervioso...Creo que impulsa aún más sus capacidades”.
Y gracias a su profesión prolífica y celebrada, el artista que alguna vez se mantuvo en silencio, hoy puede comunicarse fácilmente con millones de personas. “El arte de Stephen habla un idioma que todos podemos comprender”, afirma su hermana.