¿Qué hay que aprender del submarino del Titanic? Bob Ballard y James Cameron lo responden
El explorador de National Geographic, Bob Ballard, en la sala de control del Vehículo de Exploración Nautilus, un buque de investigación dedicado a explorar el fondo marino. Ballard descubrió el Titanic en 1985 y ha advertido contra las expediciones que podrían dañarla zona.
Las dos personas del planeta que más tiempo han dedicado a explorar y documentar el Titanic son los exploradores de National Geographic James Cameron y Bob Ballard. En una entrevista exclusiva realizada inmediatamente después de conocerse la noticia del hallazgo de los restos del sumergible Titán en el fondo marino, los legendarios exploradores de las profundidades compartieron con este medio sus reflexiones sobre lo ocurrido.
"Si eres un explorador... existe la idea de que hay un cierto nivel de riesgo que es aceptable. Yo no lo creo. Se puede diseñar contra el riesgo; creo que puedes minimizar el riesgo hasta lo impredecible”, analiza Cameron.
Titán cerca de la superficie del océano antes de descender al fondo marino. La embarcación, fabricada en titanio y fibra de carbono, es un ejemplo de ingeniería atípica en comparación con los sumergibles de acero o titanio que utilizan la mayoría de los científicos.
El riesgo que enfrentó el Titán
Ambos exploradores coincidieron en que la tragedia de Titán fue un fallo de la ingeniería y la normativa. Destacaron que los vehículos submarinos que utilizan para la exploración científica son producto de pruebas meticulosas respaldadas por sistemas de gestión de riesgos, como vehículos de apoyo que pueden acudir al rescate en caso de que algo vaya mal.
"Yo diría que si vas a llevar pasajeros a las profundidades del océano, sin duda a las profundidades del Titanic, debes tener otro vehículo a bordo, aunque sea un vehículo operado por control remoto, para ayudar en caso de que sea necesario", afirma el director de cine.
(Podría interesarte: Cómo se hundió y cómo se encontró el Titanic)
Ballard señala los peligros únicos que entraña la exploración de pecios, al señalar que plantean peligros inesperados como la posibilidad de enredarse en redes y cables de pesca. "¿Ventilaciones hidrotermales? Ya sabes a lo que te enfrentas. Lo que más nervioso me pone es bucear en un pecio", asegura.
Cameron está de acuerdo: "Los naufragios son peligrosos. Hay un elemento de riesgo. No puedes dejar de explorar, pero tampoco puedes tratarlo como si fueras a la oficina".
El director de cine y explorador James Cameron confió en este sumergible ruso de titanio Mir durante el rodaje de su superproducción Titanic, en 1997.
Vista de la hélice del Titanic desde la Mir.
Qué dice la ley sobre submarinos como el Titán
A diferencia de las embarcaciones de acero o titanio, el sumergible Titan de OceanGate, fabricado con un compuesto de fibra de carbono y titanio, era un caso atípico desde el punto de vista de la ingeniería. Además, Stockton Rush, CEO de OceanGate, decidió renunciar a la certificación tradicional que exige el sector.
"Está bien moverse rápido y romper cosas siempre que lo que rompas no sea un sumergible", señala Cameron, y agrega: "Cuando estás a la profundidad del Titanic, eso no funciona demasiado bien".
"Personalmente, me quedo con el titanio", dice Ballard. "Me quedo con los [sumergibles] que Jim [Cameron] está construyendo y con los cascos de titanio... después de numerosas pruebas sin nadie dentro".
En 1985, Argo, el vehículo de búsqueda submarina que aparece en la imagen mientras desciende hacia el lugar donde se hallaba el Titanic, fue un elemento clave en la localización del barco. Su armazón de acero hueco soporta cámaras de vídeo, un sonar de barrido lateral, un sistema de cronometraje informatizado y otros equipos electrónicos.
¿Los humanos pueden explorar las extremas profundidades del océano?
La cuestión que suscitó un "violento acuerdo" entre los legendarios exploradores fue si todavía hay lugar para la exploración científica humana de las profundidades oceánicas extremas, o si ahora disponemos de la tecnología para hacerlo sin arriesgar vidas humanas.
Ballard alabó los avances de la exploración robótica (en forma de vehículos teledirigidos y vehículos submarinos autónomos) que ofrecen un tiempo de exploración ilimitado, sin limitaciones humanas: "Cuando volví al Titanic en 2004, estuve literalmente tres días en él".
"Estás hablando de estar en él a través del monitor de vídeo de un vehículo que está a tres kilómetros y medio por debajo tuyo", rebate Cameron. "Me sigue gustando verlo con mis propios ojos".
"De hecho, creo en el valor de que un ser humano sea testigo", añade el director de la superproducción Titanic (1997), afirmando que su lógica no es técnica ni científica, sino más bien poética y emocional.
Sobre la reflexión para futuras exploraciones
Ambos exploradores de National Geographic subrayan que el incidente de Titán es un caso atípico y no refleja la cuidadosa consideración que los científicos incorporan a sus esfuerzos de investigación.
"¿Cuál es la lección de Titanic?" pregunta Cameron. "Prestar atención a las advertencias. No dejar que la codicia y la arrogancia se impongan a tu buen juicio. El capitán del Titanic era muy experimentado y respetado, pero no hizo caso de las advertencias y se dirigió a toda velocidad hacia un campo de hielo en una noche sin luna. Y como resultado se perdieron 1500 vidas. Esa es la lección".
Ballard está de acuerdo: "Si no estudias la historia, estás condenado a repetirla".
Titán inicia su descenso a 4000 metros. Stockton Rush, Consejero Delegado de OceanGate, optó por renunciar a la certificación tradicional esperada por el sector al botar el sumergible.