Cómo las fotógrafas han cambiado nuestra forma de ver el mundo
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, las fotoperiodistas más innovadoras de National Geographic reflexionan sobre sus trabajos favoritos.
Antes de someterse a un trasplante de cara, Katie Stubblefield posó para este retrato. Muestra su rostro gravemente herido, pero la fotógrafa Maggie Steber también quería captar "su belleza interior y su orgullo y determinación".
Las mujeres fotógrafas han tomado algunas de las imágenes más memorables de nuestro tiempo para National Geographic, desde retratos de novias niñas en Yemen, India y otros lugares hasta un guardabosques en Kenia despidiéndose con ternura del último rinoceronte blanco del norte macho antes de que el animal muriera.
La primera vez que National Geographic publicó fotografías de una mujer fue hace más de un siglo. Eliza Scidmore se convirtió en un nombre familiar para los lectores a principios del siglo XX, produciendo 15 artículos y algunas de las primeras fotografías en color de la revista, y fue la primera mujer elegida para el consejo de la National Geographic Society.
Como dijo elocuentemente Jodi Cobb, que fotografió su primer reportaje para este medio en 1975: "Todas las mujeres que han fotografiado para National Geographic han dejado su huella en la revista y en el mundo de alguna manera. Ese es el poder de la fotografía: esas marcas son indelebles, quedan grabadas en nuestras retinas y recuerdos".
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, National Geographic pidió a algunas de nuestras fotógrafas que compartieran sus opiniones sobre el trabajo de otras mujeres narradoras a las que admiran.
Afganistán: la mortalidad materna, que ha documentado en muchos países, y la difícil vida de las mujeres en el Afganistán moderno son dos de los temas que desde hace tiempo apasionan a la fotógrafa londinense Lynsey Addario. El drama que encontró en una carretera rural afgana en diciembre de 2010 entrelazaba ambos temas. Sorprendidos por la inusual visión de mujeres no acompañadas en el campo, Addario y el médico con el que viajaba se enteraron de que una de ellas estaba embarazada y de parto. Su marido ya había perdido a una esposa en el parto. Su coche se había averiado, él intentaba encontrar otro, y Addario y su compañero llevaron a la familia a un hospital. Este episodio, relatado en una revista que recopila imágenes de Afganistán tomadas por Addario, terminó sin dolor. Ayudada por enfermeras, la madre de 18 años dio a luz a una niña.
Sarah Leen fue fotógrafa durante casi 20 años antes de convertirse en editora de fotografía y, finalmente, en la primera mujer directora de fotografía de National Geographic. Admira la perseverancia de la fotoperiodista Lynsey Addario.
"Lynsey no acepta un no por respuesta. Se queda más tiempo, se ensucia más, duerme menos y nunca se detiene cuando está en una misión... Se preocupa mucho por la gente a la que fotografía, especialmente por las mujeres y las niñas. Se enfrenta al miedo y a la tragedia y arriesga su propia seguridad para conseguir el reportaje, sin importarle cuántas veces le supliques: ‘¡Por favor, ten cuidado!’ A pesar de todo lo que ha visto y sufrido, aún no ha perdido la fe en la humanidad".
Cobb, que ha fotografiado más de 30 reportajes para National Geographic, asegura que las recientes imágenes "desgarradoras" de Addario desde Ucrania, son una prueba más de alguien "que arriesga su propia vida una y otra vez para evidenciar la brutalidad y la crueldad de la guerra. Mucha gente puede encontrar el valor para hacer algo una vez. Pero qué extraordinaria valentía se necesita para hacerlo sin descanso, volviendo a enfrentarse al peligro una y otra vez. Debes tener la convicción de que tu trabajo marcará la diferencia y de que realmente puedes cambiar el mundo".
Caleen Sisk es la líder espiritual y jefa tribal de la tribu Winnemem-Wintu, cerca de Mount Shasta, California, Estados Unidos. Es una de las últimas hablantes vivas de la lengua nativa de la tribu.
Leen también destaca a Lynn Johnson por la compasión que desprende su trabajo. "Su poder proviene de su necesidad de comprender realmente lo que ve. Es una pensadora profunda... Pone todo su corazón y toda su alma en crear imágenes que nos ayuden a ver y entender".
"Para mí es una imagen muy emotiva. La decisión de no mostrar el rostro de la Jefa Sisk mientras sale humo de su pipa habla con mucha fuerza de cómo la pérdida de un idioma es la pérdida de uno mismo", comenta Leen. "Sin palabras, siento pena por algo que nunca tendré el privilegio de conocer".
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Amy Toensing, colaboradora de National Geographic desde hace dos décadas, también se inspira en Johnson. "Me quedé anonadada por la humanidad que aportaba a su trabajo y su conexión y sensibilidad con la gente a la que fotografiaba... Más allá del trabajo de Lynn, al instante tenía a alguien, una mujer, con la que podía trabajar y aspirar a emular".
Decididos a ayudar a Katie a llevar una vida lo más normal y valiosa posible, Robb y Alesia dejaron sus propias vidas en suspenso durante más de cuatro años. Superando el agotamiento y confiando en su fe en Dios, acompañan a su hija a un sinfín de citas y sesiones de terapia. Ya están estudiando formas de mejorar la visión de Katie, incluida la posibilidad de un trasplante de ojos. Esperan permanecer en Cleveland cerca de la clínica y de los médicos de Katie en un futuro próximo.
Maggie Steber, que ha trabajado en unos 70 países de todo el mundo, tiene el don de captar imágenes (como el retrato que encabeza este reportaje) que son "una asombrosa mezcla de belleza y tragedia, suave y violenta... desgarradora e inolvidable", considera Cobb. "Podemos evocarlo al instante en nuestra mente. No necesitamos volver a verla para sentir su impacto".
"Este retrato de Katie con sus padres Robb y Alesia puede hacerme llorar, y siempre me recuerda las complicadas formas en que el dolor, el compromiso y el amor se entretejen en la experiencia humana", opina de la obra de Steber Nichole Sobecki, fotoperiodista y cineasta afincada en Nairobi (Kenia). En The Story of a Face (Historia de un rostro), Sobecki dice que las imágenes de Steber "irradian luz, aunque esa luminosidad parece proceder de una profunda conciencia de la oscuridad que hay más allá".
Sobecki añade que la voluntad de Steber de volver la cámara indirectamente hacia sí misma con proyectos como el que sigue "requiere mucho valor para mirar hacia dentro y abrir las puertas del sótano y el desván que llevamos dentro, pero puede ser un profundo maestro".
El proyecto de Maggie Steber The Secret Garden of Lily LaPalma (El Jardín Secreto de Lily LaPalma) explora los miedos y recuerdos subconscientes de la fotógrafa vistos a través de los ojos de su alter ego, Lily. "Lo que yo me pierdo, Lily lo ve", comenta Maggie.
Karla Gachet, nacida en Quito (Ecuador) y afincada en Los Ángeles (Estados Unidos), reconoce que admira a muchas fotógrafas, incluidas las que allanaron el camino a la nueva generación, pero que las palabras que Steber pronunció hace años en un taller se le han quedado grabadas: "Si quieres ser una buena fotógrafa, lee mucho, mira muchas películas, viaja... no te limites a mirar fotos. Para ser un buen fotógrafo tienes que ser un ser humano interesante".
"Creo que eso se refleja en su fotografía y en su personalidad", sostiene Gachet. "Su trabajo en El Jardín Secreto de Lily LaPalma (una colección de imágenes destinadas a revelar emociones personales ocultas) fue muy original y sobrepasó sus propios límites".
John Mganga, de 67 años, es un antiguo ayudante de la Estación de Investigación de Amani Hill, en Tanzania. De 1970 a 1977 trabajó con el entomólogo británico John Raybould, utilizando redes para capturar insectos.
A Steber le cuesta nombrar a una sola fotógrafa cuyo trabajo admire: “Es "como preguntar a cuál de tus hermanas quieres más... Hay tantas". Obligada a elegir una, describe las imágenes de Evgenia Arbugaeva como "conmovedoras y pictóricas".
"Hay una elegancia en su trabajo. Una y otra vez vuelvo a sus fotografías en busca de inspiración", reconoce Steber. "Encuentra la belleza allá donde va, una belleza suave y tranquila que puede hacer que unas manzanas envueltas en un periódico resulten impresionantes".
"Cuando estábamos rodeados de morsas, la cabaña temblaba", cuenta Arbugaeva. "El sonido de sus rugidos era muy fuerte; era difícil dormir por la noche. Además, la temperatura de la cabaña aumentaba drásticamente por el calor corporal de las morsas". En esta enorme colonia de morsas del Pacífico, muchas se habían refugiado en la costa (unas 100 000) porque el calentamiento del clima significaba menos hielo marino en el que descansar".
Rena Effendi, fotógrafa azerbaiyana cuyo trabajo se centra en el medio ambiente, la sociedad postconflicto y la disparidad social, asegura que las fotografías de Arbugaeva "trascienden la realidad transportándome a un reino diferente, el de la magia y los cuentos de hadas sobre lugares remotos y apartados. Me fascinan los personajes solitarios y enigmáticos de sus historias, ya sea un cazador de mariposas en Indonesia o un hombre del tiempo en el Ártico".
"Sus fotografías son profundamente íntimas", sostiene Effendi. "Es como si estuviera sentada tranquilamente en la habitación observando, casi leyendo los pensamientos de sus protagonistas".
Alem Bekele, Herani Bekele y Bayza Anteneh frente al Monumento a Lincoln durante la Marcha del Compromiso 2020, que conmemora el 57º aniversario de la Marcha de 1963 sobre Washington por el Trabajo y la Libertad. "La fotografía de retratos de protesta puede dar la sensación de que la gente está actuando, pero Stephanie crea estas imágenes que parecen artefactos, imágenes con matices importantes de las que podemos aprender en los años venideros", asegura Mollenkoff.
Retrato de Khalil Cole en el desfile del Orgullo Gay 2019 en Nueva York.
Bethany Mollenkof, fotógrafa documental y cineasta afincada en Los Ángeles, comenta que Stephanie Mei-Ling "aporta a sus retratos una presencia tan tranquila y reflexiva que hace que el espectador se detenga y absorba la obra".
"Stephanie crea imágenes que parecen artefactos, imágenes con matices importantes de las que podremos aprender durante años", considera Mollenkof.
Zaijan Villaruel duerme después de pescar con su padre, Umbing. A pesar de la disminución de las capturas, Zaijan se dedicó a la pesca durante la pandemia de COVID-19 para ayudar a su familia, y Umbing está orgulloso de que su hijo haya aprendido algo útil en un momento de penuria.
"Una mujer que demuestra continuamente que redefinirá toda limitación de posibilidades es Hannah Reyes Morales", afirma Erika Larsen, fotógrafa y narradora multidisciplinar conocida por sus ensayos, que documentan culturas que mantienen estrechos vínculos con la naturaleza. "Es sensible, decidida, curiosa, inteligente, intrépida, y realmente no se dejará encasillar ni definir... Sus imágenes seguirán ayudando a transformar el espejo de la humanidad".
"Su historia, Living Lullabies (Canciones de cuna vivas), me resulta tan poderosa por su capacidad de recordarnos que todos somos en algún momento niños que pueden cerrar los ojos y soñar".
"Cada imagen que crea rezuma un cierto cuidado y ternura que es el epítome de la empatía", dice Kholood Eid, fotógrafa documental y cineasta afincada en Nueva York. "Maneja cada escenario con un cuidado extremo que te deja asombrada de lo mucho que valora a quienes se ponen delante de su objetivo".
Laura Sermeño y su bebé celebran el final de su cuarentena. La tradición, común en Latinoamérica, obliga a las madres primerizas a descansar al cuidado de sus familiares durante unos 40 días tras el parto. El periodo termina con un baño de hierbas madre-hijo y un masaje.
Luján Agusti comenta que la fotógrafa Karla Gachet, que trabajó en un proyecto sobre Diversidad en América, se destaca en la comunidad fotográfica latina. "Ella es una gran referente, por su trabajo, y por hacernos sentir que era posible llegar a lugares que siempre han parecido imposibles", pondera Agusti, fotógrafa documental y narradora visual afincada en Tierra del Fuego, Argentina.
"Cuando Karla habla de esta foto (de una madre y su bebé recién nacido), la conecta con su experiencia como madre… Encuentra formas maravillosas y poéticas de retratar realidades que a veces son crueles, pero que existen y necesitan ser contadas”.
"Tomé esta fotografía durante las elecciones de 2012 en la Academia de Formación de la Policía de Richmond, Virginia, donde la gente hacía cola para votar. Pienso a menudo en esta fotografía. Parece encarnar gran parte de la agitación que ha aflorado en la última década y la razón por la que muchos están votando este año. También me recuerda las muchas maneras en que se puede leer una foto y lo que la gente puede sacar de ella en función de su historia y sus experiencias, como la propia política".
Kiana Hayeri, fotógrafa iraní-canadiense que vive en Afganistán desde hace años, admite que siempre ha admirado a Andrea Bruce. "Su trabajo siempre ha sido bello, reflexivo, sensible y respetuoso con sus sujetos… Una fotografía que siempre se me ha quedado grabada es su foto de Siria (abajo)... La iluminación y la pose hacían que la imagen fuera muy bíblica".
En la provincia siria de Latakia, bastión del régimen, un pequeño pueblo llora la pérdida de un hijo. Muerto en una emboscada en el otro extremo del país, el teniente era el primer soldado que caía de este pueblo de 125 habitantes. Durante el funeral, Bassel Barhoum (centro) abraza a su madre Jamila Marshid durante el funeral de su hermano en el pueblo de Daqaqa, en la provincia siria de Latakia. Abu Layth murió mientras luchaba para el Ejército sirio.
La fotógrafa Jennifer Hayes señala el estudio de Bruce sobre la democracia en Estados Unidos como fuente de inspiración. "Andrea utiliza cada píxel para revelar lo parecidos que somos a pesar de nuestras diferencias basándose en nuestra conexión y no en la división cultural", destaca Hayes. "Invierte en la humanidad".
Deedee Lerat asistió al internado indígena de Marieval, en Saskatchewan (Canadá), donde recientemente se descubrieron 751 tumbas sin nombre. "Me daba demasiado miedo incluso pedir orinar", reconoce, "porque no querías llamar la atención". La hierba de su retrato es del lugar donde estuvo la escuela.
Mike Pinay, internado indígena de Qu'Appelle, 1953-1963. Pinay dice: "Fueron los diez peores años de mi vida. Estuve lejos de mi familia desde los 6 hasta los 16 años. ¿Cómo aprendes sobre las relaciones, cómo aprendes sobre la familia? No sabía lo que era el amor. Ni siquiera nos conocían por nuestros nombres entonces, yo era un número... 73".
Yagazie Emezi, artista nigeriana y fotoperiodista autodidacta afincada en Lagos (Nigeria), comenta que la visión de Daniella Zalcman "tiene sus cimientos en la bondad y la generosidad, que guían todo lo demás que hace... Se mueve a un ritmo muy intencionado, pero suave al mismo tiempo".
"Cuando veo estas imágenes, me acuerdo de lo estratificadas que están nuestras experiencias y de lo mucho que existe bajo la superficie", reflexiona Reyes Morales. "Esta imagen también subvierte nuestra familiaridad con los símbolos, que, en lugar de confirmar estereotipos, nos invita a hacernos preguntas sobre este hombre y sus experiencias. Todavía no puedo decidir si este hombre enmarca estos símbolos, o si está oculto por ellos".
La fotógrafa, escritora y cineasta de National Geographic Ami Vitale considera: "Es imposible nombrar a una persona, ya que muchas de estas mujeres me han inspirado... Maggie Steber, Lynn Johnson, Melissa Farlow, Annie Griffiths, Jodi Cobb, Jennifer Hayes, Lynsey Addario, Stephanie Sinclair, Andrea Bruce y tantas de la próxima generación de narradoras son mujeres a las que admiro."
"Lo que todas tienen en común es la empatía y la compasión", resume Vitale. "Aunque su trabajo es sublime, lo que más me gusta de estas mujeres es su compromiso no solo de hacer fotos impactantes, sino de utilizar su plataforma para hacer más por crear un cambio real. Sus imágenes y ellas también aportan esperanza y luz a este mundo y son una fuente constante de inspiración”.