¿Cómo alimentar a la población mundial sin destruir el planeta?
Para 2050, la población mundial alcanzará los 10 mil millones. Un informe reciente ofrece soluciones para cultivar más alimentos de manera sostenible.
Según indica un informe reciente, a fin de garantizar una alimentación saludable para una población global que llegará a las 10 mil millones de personas en 2050, y al mismo tiempo, mejorar el medio en el que viven esas personas, es necesario hacer cambios radicales en la agricultura y en el proceso de producción de alimentos.
"Hay un camino para lograrlo, pero el desafío es mucho más grande de lo que cualquiera de nosotros pensaba", afirma Richard Waite, del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), y coautor de "Creating A Sustainable Food Future: Final Report” (“Crear un futuro alimentario sostenible: Informe final").
Hoy en día, la mitad de las tierras con vegetación del mundo se encuentran cultivadas. Estas consumen el 90 por ciento de toda el agua utilizada por la humanidad, y generan una cuarta parte de las emisiones globales anuales que están causando el calentamiento global.
Y, así y todo, de los siete mil millones de personas que viven en la actualidad, 820 millones se alimentan de forma deficiente porque no tienen acceso, o no pueden pagar, una alimentación adecuada.
"Debemos producir un 30 por ciento más de alimentos en el mismo terreno, detener la deforestación, y reducir dos tercios las emisiones de carbono que derivan de la producción de alimentos", sostuvo Waite en una entrevista.
Esto debe ser un proyecto que considere también la reducción de los niveles de pobreza y la pérdida del hábitat natural, la disminución del uso de agua dulce y de la contaminación, así como de otros impactos ambientales propios de la agricultura.
"No hay una receta mágica; Para evitar que más tierras se destinen a la agricultura, es necesario realizar importantes mejoras en la calidad de los piensos (alimento para animales) y el manejo del pastoreo. También es fundamental implementar técnicas para obtener más de una cosecha por año, y desarrollar técnicas de mejoramiento de cultivos. Por ejemplo, la tecnología CRISP-R permite ajustar los genes con una gran precisión para maximizar los rendimientos. Tenemos que hacer todo lo que esté al alcance", afirma Waite.
“Debemos producir un 30% más de alimentos en el mismo terreno, detener la deforestación, y reducir dos tercios las emisiones de carbono que derivan de la producción de alimentos”
Con "todo", Waite se refiere a 22 soluciones detalladas que figuran en el informe de 565 páginas, las cuales deben implementarse en diferente medida, según el país y la región. Presentamos aquí algunas de las soluciones propuestas:
• Reducir al extremo el tercio de alimentos que se pierden o desperdician. Se pueden realizar mejoras a lo largo de toda la cadena de suministro, desde ampliar las unidades de almacenamiento en frío que funcionan con energía solar en las granjas, hasta usar compuestos naturales que inhiben el crecimiento de bacterias y retienen el agua en la fruta para prolongar la vida útil en las tiendas minoristas.
• Cambiar de una dieta con alto contenido de carne a una basada en alimentos de origen vegetal. La carne, particularmente del ganado vacuno, ovino y caprino, requiere de muchos recursos. Para que las poblaciones en crecimiento puedan disponer de carne, habrá otras que tendrán que consumir menos. Según el informe, hoy existen hamburguesas hechas con un 20 a 35 por ciento de hongos y hamburguesas de todo tipo de vegetales que saben tan bien, o mejor, que las hamburguesas hechas puramente con carne. Asimismo, señala que los gobiernos destinan a la agricultura cerca de $ 600 mil millones de dólares para subsidios anuales y aquellos que favorecen la producción de carne y lácteos deben quedar afuera.
• Aumentar los rendimientos de los cultivos y fomentar la producción de leche y carne. Para evitar que se destinen más tierras a la agricultura, se necesitarán mejoras importantes en la calidad de los piensos y en el manejo del pastoreo. También habrá que encontrar formas de cosechar más de una vez por año, lo que a su vez requerirá de técnicas avanzadas de mejoramiento de cultivos. Por ejemplo, la tecnología CRISP-R permite hacer modificaciones muy finas en los genes para maximizar los rendimientos.
• Mejorar la gestión de las pesquerías y la acuicultura. La sobrepesca puede reducirse si se elimina una buena parte de los $ 35 mil millones destinados a subsidios anuales para la pesca mundial. Con implementación de certificaciones y una mejor aplicación de la leyes, se podría eliminar la pesca ilegal y no declarada, y de esta manera, salvar entre 11 y 26 millones de toneladas de peces que mueren debido a estas actividades humanas. La acuicultura puede considerar el uso de algas, algas marinas o alimentos a base de semillas oleaginosas en lugar de depender de peces pequeños para alimentar a los más grandes como el salmón.
¿Es esto suficiente?
"No creo que el informe pueda llegar a representar el cambio radical que debe ocurrir en el sistema alimentario mundial", explica Hans Herren, presidente del Millennium Institute de Washington y ganador del World Food Prize (Premio Mundial de la Alimentación) por su trabajo como entomólogo.
Herren señala que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la ONU, entre otros, respaldan el llamado enfoque agroecológico de la producción de alimentos, pero el informe de la IRG no lo menciona.
La agroecología imita la naturaleza, reemplazando los insumos externos, como los fertilizantes químicos, con técnicas conscientes acerca de cómo combinar plantas, árboles y animales para mejorar la productividad de la tierra.
El CFS acaba de publicar su propio informe sobre qué alimentación debemos tener para producir de manera sostenible. Indicó que la agroecología abarca la agricultura y los sistemas alimentarios integrales, desde la producción hasta el consumo, y que poco a poco se convierte en el camino correcto a seguir para crear sistemas alimentarios sostenibles. Sin embargo, el informe reconoce que la agricultura es extremadamente diversa y lo que funciona en un lugar puede no funcionar en otro.
Waite sostiene que aunque el término agroecología no se usa en el informe de la IRG, algunas de las soluciones podrían recibir esa denominación. "Creo que considerar que la agroecología es ´la solución´, pone en segundo plano la necesidad fundamental de avanzar también en la innovación tecnológica", sostiene.
La cuestión de los polinizadores -abejas y otros insectos que polinizan los cultivos alimentarios-, tampoco fue explorada del todo en el informe de la IRG. Sí se destaca que es probable que las temperaturas más cálidas produzcan una floración temprana antes de la llegada de los polinizadores, lo que reduce el rendimiento de los cultivos.
Una preocupación mayor es la creciente falta de diversidad de cultivos en la agricultura, donde suelen proliferar cultivos como el maíz y la soja. Y, según advierte un nuevo estudio en Global Change Biology, eso pone a los polinizadores en riesgo porque restringe dramáticamente sus posibilidades de nutrirse. Recomienda, entonces, cultivar una variedad de cultivos que florezcan en diferentes momentos para proporcionar una fuente de alimento y hábitat más estable para los polinizadores.
Ideas útiles para la producción de alimentos
No hay mucha información novedosa en el informe de la IRG, según Danielle Nierenberg, presidenta y fundadora de Food Tank, una organización sin fines de lucro de los EE. UU., que busca soluciones y formas ambientalmente sostenibles de aliviar el hambre, la obesidad y la pobreza.
"Me gusta que ofrece muchos mensajes concretos con ideas útiles sobre cómo avanzar", comentó Nierenberg en una entrevista.
Y afirmó que muchas de estas son cosas que podemos ir poniendo en marcha ahora mismo para avanzar hacia la producción sostenible de alimentos, y que además, crearán más empleos y crecimiento económico.
Sin entrar en detalles, Andrew Steer, presidente de la IRG, enfatizó en el informe la idea de que debemos actuar con mucha determinación.
"La producción de alimentos y la protección del ecosistema deben estar interconectadas en todos las esferas -política, finanzas y prácticas agrícolas-, para evitar la competencia destructiva por la tierra y el agua, dos recursos fundamentales para la vida", afirmó Steer.