Cómo vivir con menos plástico: consejos para reducir el consumo
En el marco de Julio sin Plástico, National Geographic comparte las soluciones que los expertos proponen para reducir el uso de este material en la vida diaria.
Artículos utilizados en sustitución de plásticos de un solo uso.
¿Es posible vivir en un mundo sin plástico? La creciente necesidad de reducir el consumo de este material en la vida diaria invita a reflexionar sobre qué acciones implementar para lograr el objetivo.
Precisamente, encontrar salidas al problema del consumo y la eliminación del plástico y animar a la sociedad a reducir su uso, es lo que inspira al movimiento Julio sin plástico, creado en 2011 por la fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Libre de Plásticos, la australiana Rebecca Prince-Ruiz.
La iniciativa internacional impulsa este cambio en el comportamiento y desafía a las personas a evitar el uso de plástico de un solo uso, al menos durante el mes de julio.
En sintonía con la campaña, National Geographic habló con referentes ambientales y exploradores en la búsqueda de alternativas. Uno por uno, estos son los consejos que ofrecieron:
Consejo 1: Infórmate sobre el tema
Hay una razón por la que este material está en todas partes y se hizo tan popular: su funcionalidad. "El plástico vino a revolucionar la industria. Es un material estéril, barato y resistente, por lo que es muy útil", explica Catalina Velasco, bióloga marina chilena y exploradora de National Geographic.
"El problema no es el material en sí, sino la relación que tenemos con él", continúa. Para la exploradora, el plástico se utiliza de forma desechable sin pensar en lo que ocurre con este material después de su uso.
Conocer el impacto del plástico en el medio ambiente y en la salud de los seres vivos es, según Velasco, uno de los primeros pasos para alcanzar el objetivo. "Si no lo entendemos como un problema, no tenemos forma de encontrar una solución. Informarse sobre la cantidad de material que acaba en el medio ambiente y el daño que causa es esencial para motivar la reducción de su consumo".
Un cepillo de dientes con un cabezal reemplazable.
Consejo 2: Elimina un plástico a la vez
Para la exploradora chilena, el segundo consejo se resume en el lema "un plástico a la vez". "Cuando comprendemos que estamos rodeados de plástico, es fácil caer en la desesperación y pensar que será imposible eliminarlo de nuestras vidas. Por eso es importante empezar poco a poco, un paso a la vez", sugiere.
Según profundiza Velasco, reducir la compra y el uso de productos de plástico es un largo camino que requiere cambios de hábitos y de mentalidad, que no se producen de la noche a la mañana. "Elige un producto que quieras eliminar y empieza por él, ya sean botellas, bolsas o cubiertos desechables. Cuando te acostumbres y se convierta en un hábito, da el siguiente paso”.
El consejo de la bióloga marina coincide con uno de los objetivos que Julio sin Plástico se propone en su campaña mensual: "El reto de eliminar al menos un artículo de plástico”.
Consejo 3: ¡Cuidado con los embalajes en exceso!
El biólogo marino y explorador de National Geographic, Christian Lagger, sugiere iniciar un proceso de “desplastificación” identificando dónde se encuentran la mayoría de los plásticos cotidianos.
“Los encontramos en nuestros carritos de compras, en las bolsas de basura, en los alimentos que consumimos. Está en todas partes”, advierte el experto argentino, quien enfatiza: “Lo peor para el medio ambiente es el plástico que se desecha después de un solo uso y que incluye la mayoría de los envases y productos que consumimos”.
Para Lagger, repensar la relación con el material es fundamental para emprender un viaje sin plástico: “Necesitamos escalar la dependencia que tenemos de él y de qué manera es posible detener este consumo abusivo”.
El biólogo ofrece como ejemplo a la plataforma Unplastify, una iniciativa de los exploradores de National Geographic para difundir información y alternativas para cambiar la relación humana con el plástico y de la cual la emprendedora social y exploradora de National Geographic, Agustina Besada, es cofundadora y directora.
En concreto, Lagger comparte que asumió como propio uno de los retos que plantea la plataforma. “Asumí el desafío de eliminar los envases de champú y acondicionador de mi rutina. Hoy uso productos de barra sólida como una alternativa más ecológica”, cuenta Lagger, y agrega: “Créeme, cuando desplastificas un hábito, no vuelves a considerar este material como opción”.
Aprende con este video cómo reducir la cantidad de plástico en el planeta:
Consejo 4: Elige envases que no sean de plástico
Para Velasco, los sitios web y las cuentas en redes sociales que comparten las experiencias de personas que han reducido o eliminado por completo el consumo del producto en su rutina sirven de inspiración. “Seguir relatos que se dedican a combatir la contaminación plástica es una buena alternativa porque siempre dan buenos consejos para el día a día”, recomienda la exploradora de National Geographic.
Una de esas páginas que ayuda a los interesados a reducir el consumo de plástico es el blog español Vivir Sin Plástico creado por el técnico informático, Fernando Gómez Soria, y la fotógrafa y fundadora de la asociación que lleva el mismo nombre del blog, Patricia Reina Toresano. Ambos son también autores del libro Vivir sin plástico: Consejos, experiencias e ideas para darle un respiro al planeta (Zenith, 2019) disponible como e-book.
Como autor, Gómez Soria recomienda buscar otro tipo de envases para reducir el consumo diario en áreas como alimentos, higiene personal y limpieza. Aconseja, por ejemplo, comprar frutas y verduras frescas, sin que estén envueltas en envases de plástico, utilizar filtros de agua en lugar de comprar botellas de PET y buscar otros medios de conservación de los alimentos, como el vidrio, el metal y hasta el papel cera de abeja.
En coincidencia con Lagger, el autor español sugiere reemplazar botellas de champú, desodorantes y cremas por productos en barra, una medida muy sencilla de adoptar: "En lugar de un champú o jabón líquido, compra el producto en barra. Además de venir en envases ecológicos, como el cartón, duran más porque son concentrados".
Otra acción que según el autor puede implementarse fácilmente, es optar por materiales alternativos para los productos de higiene, como los cepillos de dientes de bambú y los colectores menstruales de silicona, que son reutilizables.
Una botella reutilizable con espuma de sidra.
Consejo 5: Repensar el uso de productos biodegradables
Aunque la búsqueda de alternativas es uno de los caminos sugeridos, Velasco advierte que las etiquetas de productos biodegradables pueden detallar algunos materiales que son tan perjudiciales para el medio ambiente como el plástico.
A modo de ejemplo, la exploradora informa que las bolsas de plástico biodegradables no son un buen sustituto de las convencionales. "Hay estudios que demuestran que este material puede tener el mismo impacto nocivo que el plástico. Esto es porque lo biodegradable degrada los entornos y genera microplásticos", explica.
Uno de los estudios que profundiza sobre esta información fue realizado por investigadores de la Universidad de Plymouth (Inglaterra) y publicado en la revista Environmental Science and Technology, y descubrió que las bolsas de plástico clasificadas como biodegradables pueden utilizarse por tres años más después de descartadas y arrojadas al medio ambiente.
La investigación puso a prueba la durabilidad de las bolsas de plástico tradicionales, las biodegradables, las oxibiodegradables (que se fragmentan por el proceso de oxidación) y las compostables, dejándolas expuestas al aire, al suelo y al mar, entornos en los que podrían ser desechadas como basura.
Tras nueve meses al aire libre, todos los materiales se desintegraron completamente en microplásticos. Pero, cuando se las expuso al agua y a la tierra, las fórmulas de plástico biodegradables, oxibiodegradables y las convencionales continuaron siendo funcionales, es decir, pudieron seguir utilizándose tras permanecer en el suelo o en el medio marino durante más de tres años, tal y como muestran los resultados del estudio.
Para Velasco, a partir de datos como éste, es importante prestar atención a las alternativas que dicen ser "amigables" con el medio ambiente, porque no siempre lo son. "Lo mejor es dejar de consumir plástico y no buscar alternativas tan dañinas como ésta".
Un envoltorio reutilizable para alimentos hecho de cera de abeja y algodón.
Consejo 6: Evita el descarte exprés de plástico y recicla
Aún resulta difícil sustituir o eliminar por completo los plásticos en la vida cotidiana. Según Gómez Soria, algunas prendas de vestir, como el calzado deportivo, e incluso los dispositivos electrónicos (como computadoras y teléfonos móviles) llevan plásticos en su composición. Y, a menos que se opte por una vida desconectada o por no volver a utilizar ese tipo de calzado (lo que resulta bastante improbable) no hay ninguna opción para estos casos.
En este sentido, el autor de Vivir sin plástico afirma que el problema no es exactamente el uso de estos productos, sino su rápida eliminación. Así, para el español lo ideal sería hacer el siguiente razonamiento: "¿Necesitas algo que utilice plástico? Reutiliza todo lo que puedas".
"Al final, se trata de cambiar los hábitos de consumo. El principal problema es descartar todo tan rápido. Intenta utilizar lo que ya tienes en lugar de comprar algo nuevo", sugiere el escritor, y continúa: "Cuando tengas que deshacerte del producto, que sea en el lugar correcto para que sea posible reciclarlo sin dañar el medio ambiente".
Es por esto que Velasco advierte que el reciclaje, aunque es importante, no debe ser la acción principal para abordar la problemática. "No todo el plástico que utilizamos se puede reciclar. Y muy poco de lo que se puede recaudar se suele dirigir correctamente", agrega. En otras palabras, reducir el consumo al máximo es la mejor opción.
Según el informe Perspectivas mundiales del plástico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 2019, solo el 9 por ciento de los residuos plásticos se reciclaron con éxito en todo el mundo. Los desechos con destino a la incineración y al vertedero, por su parte, representan alrededor del 20 y 50 por ciento de los residuos plásticos, respectivamente.
Con esta perspectiva, "el mejor escenario es reducir nuestro consumo, dejar de aceptar el plástico de un solo uso y reciclar como última alternativa", afirma Velasco.
Repasa los tips y reduce el plástico:
• Busca información: en sitios web, blogs y cuentas de redes sociales que compartan experiencias y consejos sobre cómo reducir el consumo de plástico en la vida cotidiana.
• Un plástico a la vez: comienza el desafío eligiendo un primer elemento para reemplazar o eliminar de tu rutina; luego suma otros progresivamente.
• Presta atención a los envases: los plásticos de un solo uso son los más preocupantes, como las bolsas y botellas de agua o los envases de alimentos. Intenta sustituir estos artículos por otros reutilizables, como bolsas de tela para la compra, botellas de aluminio, tarros de cristal, u opta por envases más ecológicos, como el cartón.
• Busca alternativas: los cepillos de dientes de bambú, champús, desodorantes y jabones en barra y los colectores menstruales son opciones para reducir el plástico, sobre todo en la higiene personal.
• Cuidado con los biodegradables: algunos productos con esta etiqueta pueden ser tan perjudiciales para el medio ambiente como los fabricados con plástico convencional. Lo ideal es reducir el consumo y no sustituirlo por materiales similares.
• Reutiliza todo lo que puedas: algunos artículos de plástico no se pueden sustituir, como los aparatos electrónicos. Lo ideal, entonces, es prolongar su vida útil en lugar de comprar productos nuevos.
• Recicla: en el caso de los artículos que no se pueden sustituir o eliminar de la rutina, asegúrate de enviarlos a los puntos verdes o de recogida selectiva, donde se reciclarán, evitando que lleguen al medio ambiente.