Sancionan duramente a México por no proteger a su fauna marina
El castigo, inusualmente duro, impedirá al país vender en el extranjero su fauna regulada como mascotas exóticas. El totoaba y la vaquita marina entre las especies más amenazadas.
CITES, el tratado mundial que regula el comercio de especies silvestres, ha impuesto sanciones drásticas a México por su mediocre aplicación de las medidas de protección de la totoaba, una corvina gigante, y la vaquita marina, una marsopa en peligro crítico de extinción. En la ciudad pesquera mexicana de San Felipe, los cadáveres de totoaba se tiran en este vertedero informal. Las vaquitas pueden enredarse y ahogarse en las redes destinadas a los peces gigantes.
México acaba de ser duramente sancionado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), el tratado mundial que regula la vida silvestre. En concreto, se le prohibió al país vender cualquiera de sus especies silvestres reguladas a los 183 países y regiones que adhieren al acuerdo.
La medida, anunciada la semana pasada, por la CITES, es una reprimenda por la incapacidad de México para combatir la pesca ilegal de totoaba y proteger a la vaquita marina, una marsopa en peligro crítico de extinción que muere en las redes de enmalle destinadas a capturar al pez de la vejiga más valiosa del mundo.
Ambas especies viven únicamente en el Golfo de California, donde los científicos estiman que no sobreviven más de 10 vaquitas en la actualidad. La totoaba está protegida por la legislación mexicana, pero se pesca ilegalmente para su uso en Asia en la medicina tradicional.
El castigo es la medida más drástica disponible en virtud del tratado y se produce después de que la secretaría de la CITES hubiera advertido repetidamente a México sobre la necesidad de proteger mejor a la vaquita y la totoaba. En noviembre de 2022, la CITES ordenó a México que presentara, antes del 28 de febrero, un plan de acción integral para ambas especies. Se pidió al Gobierno, entre otras cosas, que detallara las medidas adicionales que tomaría para evitar que embarcaciones no autorizadas entraran en aguas donde la pesca está prohibida y cómo vigilaría sus zonas libres de redes de enmalle. México cumplió el plazo, pero su plan de acción se quedó corto.
En la playa de San Felipe, un pueblo pesquero mexicano situado en el Golfo de California, unos camiones transportan embarcaciones cargadas de redes de enmalle. Su puerto deportivo tiene una rampa para embarcaciones, pero algunos pescadores prefieren utilizarla como embarcadero, donde es menos probable que se inspeccionen los permisos.
La base de datos sobre comercio CITES muestra que México es un importante exportador de animales salvajes para mascotas exóticas (especialmente a Estados Unidos), incluidos lagartos vivos y tarántulas, así como productos derivados de la fauna salvaje, como pieles de reptiles y plumas de aves.
Las sanciones significan que la mayoría de los países dejarán de considerar válida la documentación de México para la exportación de fauna salvaje.
"Es una sanción bastante grave, pero estamos hablando de la extinción de una especie, así que está justificada", afirma Sarah Uhlemann, directora de programas internacionales de la organización ecologista sin ánimo de lucro Centro para la Diversidad Biológica. La organización ha hablado abiertamente sobre la grave situación a la que se enfrenta la vaquita.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México manifestó en un comunicado el 25 de marzo que considera las sanciones "trato inequitativo" y que la CITES no reconoce sus esfuerzos en curso para proteger a estos animales. Asimismo, señaló que México tiene previsto enviar una delegación a Ginebra, sede de CITES, para revisar los avances del país y responder a los comentarios de sus representantes sobre el plan de acción.
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El tratado mundial sobre el comercio de especies silvestres "tiene dientes porque se pueden imponer sanciones", declaró a principios de mes a National Geographic la Secretaria General de CITES, Ivonne Higuero. "En última instancia, lo que había que hacer era [que los pescadores] dejaran de entrar en la zona de tolerancia cero", dijo, refiriéndose a un área de aproximadamente 517 kilómetros cuadrados que está fuera de los límites de cualquier barco de pesca para ayudar a proteger a la vaquita que se sabe que frecuentan esas aguas.
A pesar de esa restricción, observadores científicos internacionales vieron 117 barcos de pesca locales en esas aguas en un solo día en el otoño de 2021. Y en un día de este mes de febrero, la organización ecologista Sea Shepherd observó 30 barcos pescando allí con redes.
Otros 30 países están sujetos a sanciones en virtud del tratado CITES, que tiene 50 años de antigüedad. A algunos, como México, se les prohíbe todo tipo de comercio, y otros tienen restricciones más estrictas sobre el comercio de productos específicos de fauna y flora silvestres.
La suspensión del comercio se mantendrá hasta que la CITES reciba un plan de acción modificado satisfactorio. México dice que está comprometido a resolver este asunto.
National Geographic Society apoya a Observación de la Fauna, nuestro proyecto de reportaje de investigación centrado en los delitos y la explotación de la vida silvestre.