Por qué aún no entendemos del todo la relación entre tornados y cambio climático

A diferencia de las olas de calor y las inundaciones, la investigación sobre el cambio climático y los tornados todavía está en sus inicios.

Por Sarah Gibbens
Publicado 11 jul 2024, 11:57 GMT-3
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Cazadores de tormentas se detienen cerca de un tornado formado bajo una supercélula de tormentas eléctricas. Aunque los científicos tienen una idea clara de cómo influirá el cambio climático en catástrofes como inundaciones e incendios, se está investigando su influencia en los tornados.

Fotografía de Mike Theiss, Nat Geo Image Collection

Las catástrofes naturales como las olas de calor, los incendios y las inundaciones son cada vez más peligrosas debido al cambio climático, pero el efecto de un mundo que se calienta sobre los tornados es complicado y no concluyente

Según los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, desde 1950 se ha registrado un aumento del número total de tornados observados, pero los expertos afirman que se debe en gran medida a la mejora de tecnologías como el radar Doppler. No se ha observado un aumento en la frecuencia de tornados importantes a lo largo del tiempo.  

Pero dada la influencia generalizada del calentamiento global en la atmósfera, es inevitable que el cambio climático afecte también a los tornados, señala Victor Gensini, experto en condiciones meteorológicas extremas de la Universidad del Norte de Illinois, Estados Unidos.

"En lugar de preguntar: '¿Causó el cambio climático este tornado?' Es mejor operar bajo el supuesto de que sí desempeñó un papel", comenta. "Hay que partir de la premisa de que todos los fenómenos extremos se ven afectados por el cambio climático".

(Ver también: ¿Cuáles son las consecuencias de las tormentas de arena y polvo?)

Cómo se forman los tornados

Para entender cómo podría afectar el cambio climático a los tornados, ayuda entender cómo el aire cálido y húmedo que fluye bajo el aire frío y seco crea las condiciones atmosféricas inestables en las que se forman. 

Cuando el aire caliente se eleva sobre el aire frío, la cizalladura del viento (un cambio repentino en la velocidad o dirección del viento) puede hacer girar este aire ascendente como un trompo, creando un tornado. 

A medida que el clima se calienta, se calienta la atmósfera y se crea más energía para los tornados. Los grandes eventos de este tipo de diciembre son raros porque el mes suele ser frío, pero en diciembre de 2021, un tornado poco común azotó el oeste de Kentucky (Estados Unidos) y mató a 74 personas.

Vientos cambiantes: por qué es un desafío comprender el futuro de los tornados

Aún no está claro cómo alterará el cambio climático los vientos que dan vida a los tornados.

El Ártico se está calentando más rápidamente que las latitudes más bajas, lo que puede estar debilitando la fuerza de los vientos de la corriente en chorro y la cizalladura del viento resultante. 

"Nadie sabe cómo va a evolucionar todo esto", reconoce Jeff Masters, meteorólogo de Yale Climate Connections. 

Sin embargo, cuando las condiciones son propicias para un tornado, más calor significa que "se pueden producir brotes más grandes porque hay más energía" acumulada, agrega Masters. Eso significa que podrían surgir más fenómenos de este tipo de las tormentas. Un estudio publicado en 2016 descubrió que, desde 1954, las tormentas individuales producían más tornados. 

La investigación sobre el tema es un reto porque los tornados pequeños han sido históricamente más difíciles de observar, por lo que es difícil decir de manera concluyente cómo han cambiado. 

(Lee más: ¿Cómo los océanos cálidos "sobrealimentan" a los huracanes mortales?)

Más tormentas en el sureste de Estados Unidos

Un estudio publicado en 2018 analizó las observaciones de tornados desde 1979 y observó un cambio en la ubicación de los mismos, desde ligeramente al oeste del río Mississippi hasta al este del río, en estados más poblados como Kentucky y Arkansas, en Estados Unidos. 

"Creemos que podría ser el cambio climático. Pero también podría ser variabilidad natural", admite Gensini, autor del estudio. "Nos subimos a la báscula y sabemos que hemos engordado 5 kilos, pero no sabemos si se debe a una mala alimentación o a la falta de ejercicio". 

Sin embargo, incluso un ligero cambio geográfico podría tener consecuencias importantes si las tormentas se vuelven más comunes en las zonas más densamente pobladas del país. Un tornado que azote un maizal es menos peligroso que uno que arrase una urbanización. 

"Lo que da miedo es que en el sureste hay cada vez más casas prefabricadas", destaca Stephen Strader, geógrafo que estudia el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos en la Universidad de Villanova. "(Allí) las probabilidades están en nuestra contra".

En general, los estadounidenses han avanzado mucho en la protección contra estos eventos: si se tiene en cuenta el aumento de la población, la tasa de mortalidad por tornados ha disminuido drásticamente en el último siglo, en gran parte gracias a la mejora de los sistemas de previsión y alerta meteorológica

Pero la forma en que se construyen las comunidades influye mucho en la cantidad de muerte y destrucción que causarán en el futuro.

Strader apunta una solución sencilla: "Podríamos salvar innumerables vidas si mejoráramos la forma en que las casas móviles se anclan al suelo".

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