
¿Qué son los bioplásticos? En el Mes de la Tierra, conoce estas alternativas al plástico, uno de los materiales más contaminantes del planeta
Algunos de los bioplásticos pueden compostarse en el hogar, pero otros solo son compostables a escala industrial.
Hoy en día se producen aproximadamente 450 millones de toneladas anuales de plástico de origen fósil en el mundo. Aunque este material se usa para múltiples elementos cotidianos, se ha convertido en un problema para la salud ambiental y humana, afirma el sitio web earthday.org, una organización cuya misión es diversificar, educar y activar el movimiento ambientalista a nivel mundial. Por eso, el desarrollo de alternativas igual de funcionales, como los bioplásticos, resulta prometedor.
Pero, ¿cómo se fabrican, cuales son sus ventajas y qué desafíos presentan? A pocos días de conmemorar un nuevo Día de la Tierra (22 de abril) National Geographic reúne información sobre los bioplásticos.

Osei Ofosu, ingeniero de investigación, con una muestra de plástico biodegradable para su ensayo en las instalaciones de biodegradación del Consejo de Investigación Científica e Industrial (CSIR) en Pretoria. El CSIR ha desarrollado una tecnología bioplástica para producir plástico 100% biodegradable y compostable.
¿Qué son los bioplásticos?
“Los bioplásticos son un tipo de plástico derivado de fuentes renovables de biomasa, como plantas, subproductos agrícolas o microorganismos. A diferencia de los plásticos tradicionales, que suelen fabricarse a partir de combustibles fósiles como petróleo o gas natural, los bioplásticos ofrecen una alternativa más sostenible”, detalla un artículo publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Además, continúa el organismo internacional, su producción “reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la producción de plásticos normales”. Otra ventaja es que muchos de ellos son biodegradables o compostables, es decir, pueden descomponerse de forma natural en el medio ambiente mediante la acción microbiana, el compostaje u otros procesos biológicos.

Un prototipo de bioplástico a base de la alga didymo o moco de roca (Didymosphenia geminata).
Cuál fue el primer bioplástico del mundo
“El primer bioplástico conocido, el polihidroxibutirato (PHB), fue descubierto en 1926 por un investigador francés, Maurice Lemoigne, a partir de su trabajo con la bacteria Bacillus megaterium”, refiere la Enciclopedia Britannica (una prestigiosa plataforma de conocimiento). No obstante, reconoce la fuente, el impacto de su hallazgo pasó inadvertido durante décadas como consecuencia de que en ese momento el petróleo era barato y abundante.
Pero en la década de 1970, la crisis del petróleo llevó a los expertos a buscar alternativas a los productos derivados del petróleo. El auge de la genética molecular y la tecnología del ADN recombinante impulsó aún más la investigación, “de modo que a principios del siglo XXI se habían establecido las estructuras, los métodos de producción y las aplicaciones de numerosos tipos de bioplásticos”, detalla Britannica.
En la actualidad, existen diversas alternativas y los científicos trabajan en opciones cada vez más asequibles. Por ejemplo, en 2023, investigadores de la Universidad de Washington (Estados Unidos) publicaron un estudio sobre el desarrollo de bioplásticos elaborados completamente de células de cianobacterias verdeazuladas en polvo, conocidas como espirulina (un alga que también se utiliza en alimentos y cosméticos).
El material resultante de su desarrollo, comentaron entonces en una nota de prensa, tenía propiedades mecánicas comparables a los de los plásticos convencionales, además de que se podían compostar y degradar al mismo tiempo que una cáscara de banana.
Según comunicó la universidad en 2023, la espirulina se puede cultivar a gran escala y tiene propiedades ignífugas. En conclusión, el bioplástico a partir de espirulina podría usarse en envases desechables de alimentos, en botellas o bandejas. Aún así, los autores sostuvieron que se requiere más investigación para hacer de este bioplástico un material cotidiano.
Hoy por hoy, dos de los bioplásticos más comunes son los polihidroxialcanoatos (PHA), que son biodegradables, y el ácido poliláctico (PLA), que se utilizan mucho más comúnmente, pero solo son compostables a escala industrial, detalla un artículo de 2024 de National Geographic US.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) también cita una iniciativa de un ingeniero químico mexicano que produce bioplásticos a partir de semillas de aguacate. Pero las alternativas son muchas y los expertos investigan cada vez más opciones.

Representación artística que compara la degradación del bioplástico de espirulina con una cáscara de plátano en el suelo. Imagen extraída de un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El presente y futuro de los bioplásticos
Esta industria va en crecimiento. Un reporte de Fortune Business Insights citado por NatGeo US señala que “el mercado mundial de bioplásticos se valoró en 7490 millones de dólares en 2023” y se proyecta que crezca “a 56 990 millones de dólares en 2032”.
No obstante, los bioplásticos todavía representan una parte insignificante de la producción mundial total de plásticos. Además, su producción aún es onerosa, ya que cuesta entre tres y cuatro veces más que la de los plásticos tradicionales, refiere NatGeo US.
Actualmente este material tiene su mayor implementación en embalajes y, a medida que los métodos de producción mejoren y los precios se hagan más competitivos, los bioplásticos podrán utilizarse en diversos sectores, como la medicina, la automoción, el embalaje y la agricultura, concluye Rafael Auras, profesor de la Escuela de Embalaje de la Universidad Estatal de Michigan en el artículo estadounidense.
