Conoce Cochamó, el parque de aventuras de la Patagonia chilena
Sigue los pasos de Butch Cassidy y Sundance Kid en esta agreste frontera chilena que lo tiene todo, excepto las multitudes. Descubre el "Yosemite de Sudamérica".
En Chile, las montañas de granito del Valle de Cochamó, su entorno boscoso y el creciente número de actividades de aventura al aire libre le han valido comparaciones con el Parque Nacional de Yosemite, en Estados Unidos.
Con un valle central dominado por cúpulas de granito que se ciernen sobre el bosque templado lluvioso, la aislada comuna chilena de Cochamó ha sido apodada por algunos el “Yosemite de Sudamérica”.
Esta zona densamente boscosa en la frontera de Chile con Argentina sigue siendo lo suficientemente desconocida como para que sus montañas menores y lagos de tierras altas aparezcan en los mapas con marcadores especulativos como “laguna inexplorada” o “cerro sin nombre”.
Limitada por parques nacionales, como Hornopirén, Alerce Andino y Vicente Pérez Rosales, pero sin ninguno propio, la región requiere un desvío de dos horas hacia el este desde la Carretera Austral, la famosa autopista del sur de Patagonia. Con nuevas infraestructuras, Cochamó está en pleno proceso de apertura, y atrae a escaladores, kayakistas y mochileros intrépidos.
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Lo que Cochamó no tiene son multitudes. Solo 4000 habitantes viven en el distrito, lo que da una proporción de una persona por cada 91 hectáreas. No hay semáforos ni gasolineras. Solo hay atascos cuando las ovejas cruzan la carretera. He aquí cómo explorarla.
Escalada en roca en Cochamó, el “Yosemite de Sudamérica”
Las montañas del valle de Cochamó están flanqueadas por altísimos alerces, que pueden medir más de 60 metros y vivir hasta 3600 años. Una quinta parte de los bosques de alerces que quedan en el mundo se encuentran en el distrito de Cochamó, y este enero recibieron su primera protección bajo el nuevo Santuario de la Naturaleza Valle Cochamó.
Tatiana Sandoval, presidenta de la organización sin ánimo de lucro Organización Valle Cochamó, afirma que, a diferencia de un parque nacional, esta designación faculta a la comunidad local para ser protagonista en la protección de sus propias tierras. “Los objetivos no son solo naturales, sino también culturales”, explica. El valle también está impregnado de antiguas tradiciones gauchescas.
En 2017, su organización abrió un centro de visitantes con guardaparques que regulan el acceso, permitiendo la entrada de solo 320 campistas que pernoctan y más 90 excursionistas de un día. “La esperanza es que las próximas generaciones conozcan este lugar igual que yo lo he conocido en vida”.
El nuevo santuario natural, que probablemente se ampliará, protege 11 400 hectáreas de humedales ribereños, glaciares andinos y bosques de hoja perenne. El acceso se realiza a través de un único sendero de 11 kilómetros hasta el puesto gaucho de La Junta. Desde La Junta, senderos tallados en un principio por escaladores para llegar a la base de paredes de granito de más de 900 metros, como Anfiteatro y Arcoíris, atraen ahora también a los excursionistas.
Los famosos forajidos estadounidenses Butch Cassidy y Sundance Kid frecuentaron este paso de montaña hace más de un siglo mientras se escondían de las autoridades estadounidenses en ranchos ganaderos de Sudamérica. Los caminantes modernos pueden seguir sus pasos en una ruta moderada de cuatro días desde La Junta hasta Paso El León, en la frontera argentina, o en un sendero de herradura de tres días hasta el pueblo de El Manso. Ambas rutas cuentan con campings y hospedajes a lo largo del recorrido.
Rafting y aguas termales en el Valle del Puelo
Gracias a la creciente popularidad del valle de Cochamó, el turismo se está extendiendo hacia el sur, al vecino y mucho más profundo Valle del Puelo. Aquí, el complejo de aguas termales Termas del Sol, inaugurado en 2019, puede atraer hasta 700 visitantes en días fríos y lluviosos. Las pasarelas de color gris acero conectan 10 piscinas llenas de aguas calentadas entre 20 y 45 grados Celsius por el cercano volcán Yates. Las tres últimas piscinas dan a un lago esmeralda escondido bajo las estribaciones de los Andes.
Hay nuevas panaderías y cafeterías en el pueblo circundante de Puelo, además de un elegante lodge de aventura de ocho habitaciones, Tawa Refugio del Puelo, que abrió recientemente en Tagua Tagua, un lago con forma de fiordo en el río Puelo, a 16 kilómetros de distancia.
En el distrito chileno de Cochamó, el albergue de aventura Tawa Refugio del Puelo se asoma al lago Tagua Tagua y ofrece excursiones de senderismo, a caballo y en kayak.
Transbordadores regulares cruzan el Tagua Tagua desde un pequeño embarcadero junto a Tawa hasta el otro extremo, donde un camino de tierra se adentra en el Valle del Puelo hasta el recientemente accesible puesto de aguas bravas de Primer Corral. Aquí, los kayakistas experimentados pueden navegar por desafiantes rápidos de clase 5 en el Cañón del Puelo.
Desde Primer Corral, también puedes recorrer 14 kilómetros por un afluente del Puelo, el Ventisquero, hasta el Rincón Bonito. Allí, un gran refugio de montaña aislado y tres pequeñas cabañas ofrecen acceso a una red de senderos en el valle glaciar del Ventisquero.
Desde aquí se puede pasear más allá del distrito de Cochamó, hasta el poco explorado extremo posterior del Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins, bautizado así en honor al fallecido filántropo estadounidense que compró (y donó) vastas extensiones de la Patagonia para su conservación (Tompkins tuvo una casa en Rincón Bonito).
Los visitantes del remoto Rincón Bonito de Chile pueden llegar a pie, alojarse en un albergue de montaña sin conexión a la red eléctrica y salir en packraft por el río Ventisquero.
Al igual que Termas del Sol, Rincón Bonito tiene un componente social, ya que sirve de motor económico para los habitantes aislados del valle, que fabrican la cerveza de la casa, proporcionan carne de cordero de corral y trabajan in situ como cocineros y guías.
“Si gestionamos el turismo de forma responsable, podemos ayudar a proteger estos valles y crear un motor económico para quienes viven aquí”, destaca Rodrigo Condeza, director de la organización conservacionista sin ánimo de lucro Puelo Patagonia.
Mark Johanson es un escritor de viajes afincado en Chile que colabora frecuentemente con National Geographic.