Increíbles fotos de aves marinas muestran la fusión del pasado y el presente
las Islas del Guano de la actualidad, Thomas Peschak creó sorprendentes fotografías de larga exposición.
Cada año, National Geographic reúne en el Explorers Fest a exploradores, científicos y narradores de historias de todo el mundo para compartir sus descubrimientos y conocimientos, junto con sus soluciones para crear un futuro más sostenible.
En el siglo XIX, barcos repletos de trabajadores zarpaban a las Islas del Guano, en Perú, para recolectar heces de aves de lo que alguna vez fueron prósperas poblaciones de aves marinas, de cormoranes a pelícanos y piqueros.
El guano era enviado de regreso y se vendía a agricultores de todo el mundo como fertilizante. Pero, a medida que aumentaba el comercio y más personas perturbaban el hábitat de las aves marinas, las poblaciones de aves cayeron en picada. Este es un patrón que se hizo eco en todo el mundo: l, la invasión humana, el cambio climático y otras amenazas han provocado la pérdida de 230 millones de aves marinas en las últimas seis décadas, lo que redujo en un 70 % la población total, según University of British Columbia (Universidad de Columbia Británica).
Tales declives inspiraron al fotógrafo de National Geographic Thomas Peschak a pasar seis semanas en las Islas del Guano en 2017, fotografiando aves marinas para una próxima edición de la revista. Desde el amanecer hasta la puesta del sol, y las horas intermedias, Peschak capturó la crisis de las aves marinas con una perspectiva única.
“En esas noches de luna llena y cuarto creciente, mis asistentes y yo nos volvimos nocturnos y básicamente resucitamos los fantasmas de las aves marinas en el paisaje moderno”, dice Peschak.
Utilizando un proyector económico y liviano diseñado con una batería de energía solar, Peschak visitó cinco islas y proyectó imágenes antiguas y monocromáticas en el paisaje moderno una vez que se ponía el sol.
Las proyecciones archivadas capturan escenas del apogeo de la minería de guano, que está muy regulada hoy en día. Ahora, la minería tiene lugar aproximadamente una vez cada 10 años y solo comienza después de que ha terminado la anidación. Los mineros rotan alrededor de las islas, y el gobierno peruano envía a los conservacionistas allí para garantizar que las actividades humanas no estresen ni dañen a las aves.
Al yuxtaponer fotografías antiguas con el entorno moderno sin aves marinas, Peschak espera captar la atención de personas que no se conmueven fácilmente con la fotografía de historia natural.
“Podríamos ser capaces de atraparlos con un enfoque ligeramente diferente, más creativo y más innovador para contar esta historia”, explica Peschak. “Pero, a fin de cuentas, es la misma historia contada de una manera completamente diferente”.
Proyección del pasado al presente
Mientras hacía investigaciones en 2003 para un documental sobre la naturaleza, Peschak viajó a Malgas, una isla frente a Sudáfrica, y fotografió una de sus playas repletas de aves marinas. Curioso por ver cómo había cambiado el hábitat, regresó en 2012 para fotografiar el mismo lugar. Al colocarlas una junto a la otra, las dos imágenes contrastantes resaltaban cuánto había disminuido la población de aves marinas en menos de una década: una imagen mostraba un paraíso cubierto de pájaros y la otra, un desierto aviar.
Peschak se preguntó cuánto podrían haber caído en picada otras poblaciones durante un período de tiempo más largo.
“Por supuesto, lo que quería era una máquina del tiempo, pero mi presupuesto no me lo permitía”, dice Peschak. “Así que luego elegí la siguiente mejor opción. Empecé a buscar en los archivos de todo el mundo, buscando fotografías de colonias de aves marinas antes de que comenzaran estas disminuciones [y las utilicé] como referencia”.
Hacer cada foto tomó unos 20 segundos de larga exposición. Pero Peschak y sus asistentes pasaron de una a cinco horas en cada lugar en posiciones incómodas y tensas, a veces en cuclillas sobre un nido de garrapatas, tratando de captar la imagen perfecta. Idealmente, tenía dos asistentes, pero a veces solo uno.
Cada exposición fue una coreografía cuidadosamente sincronizada. Detrás de la lente, Peschak abría el obturador y comenzaba a contar segundos.
Mientras tanto, uno de los asistentes esperaba varios segundos antes de cubrir parte o la totalidad de la viga del proyector con una camiseta negra o un par de pantalones para sofocar la fuente de luz. Esto permitía que la luz de la luna llenara las sombras de la escena y mostrara el resto de la foto. Si Peschak tenía otro asistente, esa persona barría con una linterna las grietas sombreadas del paisaje para aligerarlas.
Peschak espera que sus fotos experimentales hagan que más personas se preocupen por las aves marinas, que desempeñan un papel crucial en los ecosistemas marinos. Como depredadores, mantienen a raya las poblaciones de kril, peces y calamares, y su guano agrega nutrientes muy necesarios al suelo y al agua.
“Quiero mostrar que las aves marinas pueden ser tan fascinantes como los tiburones, tan icónicas como los osos panda y tan amenazadas como los elefantes y los rinocerontes“, afirma Peschak. “No son las palomas del océano. Son 360 [especies] muy icónicas, únicas y diferentes que están en una situación ecológicamente crítica”.