Día Mundial de los Océanos 2023: 4 amenazas que los ponen en peligro
El coral blanqueado yace bajo la línea de agua en la bahía de Tumon en 2017.
El lema de la actual edición del Día Mundial de los Océanos es "Planeta oceánico: las corrientes están cambiando". La elección de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) busca visibilizar el desequilibrio de estos ecosistemas. "Con el 90% de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer. Debemos trabajar juntos para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que este nos ofrece, sino que restauremos su vitalidad y le devolvamos una nueva vida", señala la entidad mundial.
El objetivo de la efeméride es fomentar la reflexión sobre la importancia de conservar los ecosistemas marinos del planeta y llamar la atención sobre las amenazas que hoy ponen en peligro tanto su vitalidad como sus servicios ecosistémicos.
National Geographic conversó, a través de videollamada, con exploradores y expertos en ecosistemas marinos para profundizar sobre estas 4 amenazas, causadas principalmente por la actividad humana, que afectan la vida marina.
1. El cambio climático: una de las principales amenazas a los océanos
El cambio climático afecta al planeta en su conjunto y, por supuesto, los océanos no son ajenos a su impacto. Según explica Angelo Fraga Bernardino, oceanógrafo, ecologista marino y explorador de National Geographic Society, las problemáticas en las aguas oceánicas están relacionadas principalmente con el calentamiento global y el exceso de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). "Los océanos realizan un intercambio de calor y gases con la atmósfera. Así, una atmósfera más cálida significa un océano más cálido, y esto repercute negativamente en una serie de organismos y ecosistemas marinos”, explicó el especialista brasileño.
Según la edición 2021 del boletín de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) titulado El océano, nuestro clima y el tiempo, realizado como contribución oficial al Decenio de los Océanos de la ONU, los océanos absorben más del 90% del exceso de calor del sistema climático de la Tierra, así como más de una cuarta parte del CO2 emitido anualmente por la producción humana.
"En 2100, el océano habrá absorbido entre dos y cuatro veces más calor que en los últimos 50 años si el aumento de la temperatura media mundial se limita a 2°C. Si es mayor, podría absorber entre cuatro y siete veces más", alerta el boletín.
Esta relación de intercambio de calor entre el océano y la atmósfera es beneficiosa para el equilibrio de la temperatura y, según Bernardino, es una de las razones por las que el calentamiento global no es aún peor. Sin embargo, cuanto más se calientan las aguas marinas, este intercambio deja de mitigar el calor de la atmósfera y empieza a aumentarlo.
"Se trata de un intercambio de energía entre la atmósfera, las aguas marinas superficiales y las aguas más profundas, que reciben el calor a través de las corrientes. Si hay demasiada energía, llega un momento en que ya no es posible distribuirla de forma equitativa y el océano acaba liberando aún más calor", detalló el oceanógrafo durante una conversación con National Geographic a través de videollamada.
Descubre cómo el cambio climático afecta al océano:
Los estudios demuestran que el aumento de la temperatura de los océanos es el desencadenante de una serie de impactos ambientales en los ecosistemas marinos y en el clima de la Tierra en general. Por ejemplo, una de las primeras consecuencias que se pueden observar, según el boletín de la OMM, es el aumento del nivel del mar debido a la expansión térmica del agua y el deshielo de los glaciares en los polos del planeta.
Otra consecuencia del calentamiento de las aguas marinas es el aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos capaces de provocar catástrofes, como los ciclones tropicales, las tormentas, las mareas altas y las inundaciones de las ciudades costeras. Como explicó Bernardino, el agua del mar actúa como conductor térmico, transportando energía (en forma de calor) de las regiones más cálidas a las más frías y viceversa, y cuando el océano está demasiado caliente el resultado se traduce en anomalías.
"Cuanta más energía lleva, más energía libera. Este exceso de calor se transfiere a la atmósfera en forma de grandes tormentas, huracanes y tifones, que pueden provocar muchos daños si pasan cerca del continente", dijo el oceanógrafo.
Como ejemplo, el explorador recordó las tormentas que afectaron a las ciudades de Río de Janeiro y Bahía, en el sureste y noreste de Brasil respectivamente, las cuales causaron daños y miles de muertos a finales de 2021 y a principios de este año: "Hubo otros factores, pero la mayor temperatura del mar fue sin duda un potenciador", destacó.
2. Acidificación del agua y blanqueamiento de los corales
Las emisiones de GEI son responsables de otros impactos en los ecosistemas marinos. Esto se debe a que el océano absorbe alrededor del 23% de las emisiones antropogénicas de CO2 (procedentes de la acción humana), lo que, según otro informe de la OMM, El clima mundial en 2015-2019, supone un alto coste ecológico para el mismo.
El CO2 absorbido reacciona con el agua de mar cambiando su pH, haciéndola más ácida. Este proceso se conoce como acidificación de los océanos y está relacionado con los cambios en la química de los carbonatos oceánicos que pueden afectar la capacidad de organismos marinos como los moluscos y los corales constructores de arrecifes para producir y mantener las conchas y el material esquelético. En este sentido, el informe sobre el clima mundial de la OMM afirma: "Se ha producido un aumento del 26% de la acidez de los océanos desde el inicio de la revolución industrial".
Mientras el océano absorbe más CO2, el calentamiento global provoca la pérdida de oxígeno. Aunque hay varios mecanismos responsables de esto, el boletín de la OMM destaca que "el calentamiento global contribuye directamente a esta disminución, ya que la solubilidad del oxígeno disminuye en las aguas más cálidas; e indirectamente a través de los cambios en la dinámica del océano (corrientes) que reducen la ventilación de oxígeno en el mar".
Esta desoxigenación, junto con la acidificación y el calentamiento de los océanos, señala el boletín, pueden provocar cambios drásticos en los ecosistemas marinos y la biodiversidad, como la extinción de poblaciones y la decoloración de los corales.
3. Sobreexplotación de los océanos
Además de los cambios químicos en el océano, los seres humanos siguen amenazando a la fauna marina de otras maneras. Una de ellas es la pesca insostenible, es decir, cuando la abundancia de una población de peces es menor al nivel que puede producir el rendimiento máximo sostenible, según define la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).
Este tipo de pesca está propiciando la disminución de las poblaciones de peces, amenazando la supervivencia de otras especies.
Un informe sobre la pesca y la acuicultura de la propia FAO reconoce a la pesca insostenible como:
• Sobrepesca: sobreexplotación de los peces más allá de los límites biológicos sostenibles;
• Pesca destructiva: uso de prácticas o equipos que dañan un ecosistema;
• Pesca irregular: referida a la pesca ilegal, no declarada o no regulada.
Además, según el documento, estas prácticas son la causa directa de la excesiva mortalidad de algunos peces, como el atún, y también de especies no objetivo, como las marsopas y algunas tortugas marinas.
De acuerdo a las estimaciones de la FAO, cerca del 34% de todas las poblaciones de peces marinos está sobreexplotado. Esto representaría una triplicación desde que se inició el seguimiento en 1974.
Otro problema de la pesca inadecuada, según Adriana Lippi, oceanógrafa y asesora de la Liga de Mujeres por el Océano, es que también puede afectar a quienes dependen del pescado para alimentarse. "Miles de millones de personas sobreviven gracias a los océanos y muchas de ellas dependen del pescado como principal fuente de proteínas. Por ello, mantener la salud de las poblaciones de peces es muy importante para gran parte de la población mundial", sostuvo Lippi citando datos de la ONU según los cuales al menos 3.000 millones de personas dependen de los océanos para sobrevivir.
Observa en estas imágenes de cómo la sobrepesca afecta la biodiversidad marina:
4. Basura en los océanos: contaminación por plásticos
Otra amenaza para los ecosistemas marinos es este tipo específico de contaminación. "Sabemos que ya casi no hay ecosistemas libres de plástico. Los científicos han encontrado microplásticos en la cima de las montañas más altas, en la sangre humana y en lugares súper remotos como las profundidades del mar Antártico", advirtió Cristian Lagger, ecólogo marino, investigador del Laboratorio de Ecología Marina del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA/CONICET) en Argentina y explorador de National Geographic Society.
Un informe publicado en 2021 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), coincide con la afirmación del investigador. El documento muestra que el plástico es la parte más grande, más dañina y más persistente de los residuos humanos que acaban en el mar, representando el 85% de su totalidad.
(Contenido relacionado: La ruta del plástico: del bote de basura a los ecosistemas marinos)
“Nosotros, como especie, ya entendemos que no podemos sobrevivir sin el océano. Y nuestro futuro está estrechamente relacionado con su salud”
El material contaminante también se detectó en todos los océanos del planeta. El estudio Panorama de los océanos, mares y recursos marinos de América Latina y el Caribe de febrero de 2022, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sostiene lo anteriormente mencionado, es decir, que los microplásticos (restos del proceso de descomposición de los plásticos) han llegado a las profundidades de los océanos, a los mares submarinos, a los hielos del Ártico e incluso a lugares tan remotos como la región de la Patagonia entre Argentina y Chile.
Entre los impactos de la contaminación por plásticos en los entornos marinos se encuentran los efectos letales y subletales en una serie de animales, desde ballenas, focas, tortugas, aves y peces, hasta invertebrados y corales. El informe del PNUMA alerta que los plásticos golpean a los animales al cruzarse con ellos y pueden causarles lesiones, ahogamiento, asfixia, estrés fisiológico y daños toxicológicos, entre otros.
Además, la contaminación por plásticos afecta incluso a la salud humana a través de "la ingestión de mariscos contaminados y la exposición a bacterias patógenas transportadas en los plásticos", ejemplifica el material del PNUMA.
Los peces ballesta buscan refugio bajo los escombros y el sargazo que flotan en el Mar de los Sargazos.
¿Qué se puede hacer para preservar los océanos?
Para Lagger, la preservación de los entornos marinos debe ser un punto prioritario en la agenda medioambiental: "Nosotros, como especie, ya entendemos que no podemos sobrevivir sin el océano. Y nuestro futuro está estrechamente relacionado con su salud", afirmó el ecólogo, quien subraya la importancia de la educación ambiental para la protección de los océanos.
"La educación oceánica es muy importante (independientemente de si el lugar no tiene acceso al mar o tiene mucha costa) para entender esta conexión que existe con el mar y la gran responsabilidad que tenemos de protegerlo", amplió el explorador argentino.
Para Bernardino, además de aumentar la conciencia medioambiental de la población, es necesario exigir a las autoridades políticas soluciones más sostenibles. "Es importante elegir líderes que se preocupen por la causa medioambiental y que inviertan en soluciones tales como energía limpia, reciclaje o transporte público. Cada acción a favor del medio ambiente marca la diferencia", reflexionó el experto.
Iniciativas globales, como los actos promovidos durante el Día Mundial de los Océanos y la Década del Océano (2021-2030) por parte de la ONU, sirven para fomentar el debate sobre las amenazas que sufren los ecosistemas marinos y cómo preservarlos.
A partir de los objetivos y desafíos, la Década de los Océanos prevé reunir a científicos, gobiernos, empresas e industrias, fundaciones filantrópicas, organismos de las Naciones Unidas, entre otros actores sociales, para generar los conocimientos científicos y desarrollar las asociaciones necesarias en pos de un océano sano, productivo, resistente y sostenible.
Por su parte, Lippi aseguró que los incentivos de la ONU son una buena oportunidad para que los gestores públicos y los líderes de los sectores económicos relacionados con el océano absorban la ciencia oceánica y contribuyan a mejorar las políticas públicas de conservación de los entornos marinos. "Es una invitación a valorar y pensar qué tipo de ciencia y conocimiento necesitamos para que todos podamos tener un océano sano", concluyó.
Descubre más sobre el océano en la segunda temporada de la serie de podcasts Lo Que Haces Cuenta, producidos por National Geographic. Escucha todos los episodios desde el sitio web de Radio Disney, Spotify, Apple Music, Deezer y Castbox.