Una foca bebé murió con un envoltorio de plástico en su estómago
La débil película plástica obstruyó los intestinos enfermos del cachorro y pudo haber acelerado su muerte.
Esta historia forma parte de "¿Planeta o Plástico?"—nuestra iniciativa plurianual para crear conciencia sobre la crisis global de residuos plásticos. Aprendequé puedes hacer para reducir el uso de plásticos desechables, y asumir también el compromiso de cuidar el planeta.
Todo lo que se necesita para destruir la vida de un animal es un pequeño pedacito de plástico.
La semana pasada, un cachorro de foca pía fue encontrado en la isla de Skye y trasladado al Scottish Marine Animal Stranding Scheme (SMASS; Programa escocés de varamiento de animales marinos), una organización financiada por el gobierno que investiga la mortalidad de los mamíferos marinos. Allí, el patólogo veterinario Andrew Brownlow realizó la necropsia del cadáver del animal y sacó un pequeño cuadrado de plástico situado en un lugar crucial del estómago. El miércoles, publicó el caso en la página de Facebook de SMASS .
Es probable que el animal tuviera entre 8 meses y un año. Brownlow afirma que es muy poco usual encontrar restos de plástico en el estómago de una foca ya que, en general, estos animales mueren debido a que se enredan en las redes de pesca, líneas y señuelos, y no por ingerir restos de plástico que flotan en el océano.
"La ingesta de plástico en cetáceos y focas es bastante extraña", menciona Brownlow, quien también dirige SMASS. "Son animales inteligentes que parecen poder distinguir entre plástico y presa", añade.
El incidente muestra cuán generalizada es la contaminación por plástico, debido a que hasta los más inteligentes animales marinos están siendo víctimas de la epidemia mortal.
Aguas poco familiares
Normalmente, el SMASS recibe informes de varamientos de focas grises y focas de puerto, que se ven frecuentemente en Escocia. Pero encontrar una foca pía, que generalmente vive en el Ártico, fue inusual.
"No parecía ser una foca gris", cuenta Brownlow. "(Gracias a una necropsia), podemos saber no solo cómo murió un animal, sino también intentar y entender cómo vivió".
Las focas pías no están en peligro de extinción. Pasan la mayor cantidad de su tiempo nadando en las aguas congeladas de los océanos del Atlántico Norte y Ártico, alimentándose de peces y crustáceos. Y, cada año, migran hacia sus áreas de reproducción en Terranova, el Mar de Groenlandia y el Mar Blanco.
Brownlow afirma que encontrar una foca pía en Escocia, un lugar tan al sur, es extraño pero no imposible. Sospecha que el cachorro pudo haber nacido en el norte de Noruega y, por alguna razón desconocida, viajó al sur. "El animal podría haber estado siguiendo a sus presas o a otras focas, o tal vez simplemente estaba perdido", añade Brownlow. En la publicación de Facebook, el patólogo veterinario escribió que el cambio climático también podría haber contribuido en el desplazamiento del animal.
Durante la necropsia, Brownlow y su equipo de científicos encontraron un frágil cuadrado de plástico arrugado en el estómago de la foca pía. Las leves úlceras indicaron que el plástico había estado atascado ahí desde hacía un tiempo. Y podría haber bloqueado el píloro, la parte del estómago que permite la evacuación hacia los intestinos y previene que el estómago del animal se vacíe. El intestino también estaba inflamado.
Brownlow agrega rápidamente que el plástico no mató al animal directamente. El mamífero tenía sus células degradadas por sus propias enzimas, estaba deshidratado y demacrado, lo que mostraba que ya estaba enfermo y no había comido recientemente antes de su muerte. El cadáver mostró evidencia de sepsis y algunos parásitos, pero sin trauma.
Brownlow dice que es probable que el pedazo de plástico haya dañado el tejido del estómago y haya permitido que las bacterias de las tripas ingresen en la corriente sanguínea. El cachorro se hubiera muerto antes de lo esperado, pero el plástico pudo haber acelerado el proceso.
El plástico no se disuelve en el estómago, pero si el animal hubiese sido sano, tal vez seguiría vivo. Puede ser que se hubiese sentido mal, pero es muy probable que esos restos no lo hubiesen matado.
"Desde un punto de vista conservacionista, esto no es un problema, (pero) es una tragedia desde el punto de vista individual", señala Brownlow. "Para este animal, (la contaminación por plástico) es la gota que rebalsa el vaso", agrega.
La crisis de la basura
Las focas pías no son la única especie acosada por el plástico. Regularmente, los curiosos leones marinos y otras especies de foca se enredan en los restos oceánicos como equipamiento de pesca, bolsas de plásticos y cintas de embalar.
Alrededor de 700 especies comen plástico pensando que es comida. Sin embargo, en vez de nutrir a los animales, los restos pueden perforar las capas del estómago, y los animales pueden pasar hambre y morir. Las tortugas de mar, que se encuentran en peligro de extinción, ingieren basura; y los peces, las ballenas y otros animales marinos están cada vez más en peligro por consumir restos de plástico microscópicos.
Dado que los humanos consumimos pescado, podemos, sin darnos cuenta, estar ingresando en la cadena de consumidores de plástico ya que ingerimos pedacitos de sorbetes, tapas de botellas y envoltorios.
Parte de la contaminación por plástico es visible, pero más del 90 por ciento de toda la basura plástica mide menos de tres centímetros. Con ese tamaño, es posible que el ojo humano no detecte las piezas, pero pueden ser letales para algunos animales.
"Esta es la razón por la que estos pequeños pedazos [de plástico] son tan importantes como las islas flotantes de plástico", afirma Brownlow. "Hasta estos pequeños pedacitos de plástico son un problema", finaliza.