¡Impresionante! Así es bucear con tiburones en la Polinesia Francesa, hogar del personaje animado Moana

El atolón de Fakarava es uno de los mejores lugares para nadar con tiburones, cientos de ellos.

Por Terry Ward
Publicado 26 nov 2024, 16:01 GMT-3
Fakarava, en la Polinesia Francesa

Un tiburón de punta negra nada por encima de un arrecife de coral en el atolón de Fakarava, en la Polinesia Francesa. En este estrecho paso submarino, los buceadores pueden experimentar una reunión de cientos de tiburones.

Fotografía de GREG LECOEUR, Nat Geo Image Collection

¿Estás preparado para ver tiburones?”, me pregunta mi guía de buceo, Thibault Gachon. Es una pregunta retórica.

Nos disponemos a bucear frente al atolón de Fakarava, en el archipiélago de Tuamotu, en la Polinesia Francesa, que forma parte de una reserva de la biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), donde nos esperan algunas de las aguas más repletas de tiburones del mundo.

Gachon, que dirige O2 Fakarava, sonríe y se pone el regulador. Se lanza a paso de gigante desde la parte trasera de la embarcación y se sumerge en una de las vistas submarinas más estimulantes y accesibles del océano.

Estamos en medio de un estrecho pasoTumakohua, en el extremo sur del atolón. Es uno de los dos canales de marea que desembocan en la segunda laguna más grande de las Tuamotus, cuya superficie es seis veces mayor que la de Washington D.C. (Estados Unidos).

 laguna de Fakarava

La marea del Pacífico se precipita en la laguna de Fakarava por un canal de 91 metros de ancho. Como otros atolones, Fakarava se formó alrededor de una isla volcánica que luego se hundió. Los restos de coral arrastrados por las tormentas ayudaron a elevar partes de ella por encima del nivel del mar.

Fotografía de Laurent Ballesta, Nat Geo Image Collection

En la entrada de esta laguna, los elegantes tiburones grises de arrecife se ensamblan como piezas de un rompecabezas, cada animal mide aproximadamente metro y medio. Su abundancia tiñe de color pizarra la distancia media del océano.

Gachon y yo descendemos a unos 24 metros y nos agarramos a trozos rocosos del arrecife en la corriente para disfrutar de la vista. Cuanto más quietos estamos, más se acercan los tiburones. Es como si el propio océano los exhalara hacia nosotros.

(Ver también: Desde su veneno hasta la admiración de los griegos: datos curiosos sobre los escorpiones)

Un espectáculo de tiburones sin igual en la Polinesia Francesa

De hecho, el particular comportamiento de los tiburones grises de arrecife aquí puede compararse mejor con una cinta transportadora que ahorra energía, dice el científico marino de la Universidad Internacional de Florida Yannis Papastamatiou, que estudia la ecología fisiológica y del comportamiento de los depredadores marinos y ha pasado cientos de horas buceando en el paso sur de Fakarava.

“Durante el día, no cazan aquí”, comenta sobre los tiburones grises de arrecife, que tienen flotabilidad negativa y se hunden si dejan de nadar.

Según Papastamatiou, los tiburones aprovechan las corrientes ascendentes de la misma manera que los pájaros que vuelan aprovechan las corrientes de una montaña para mantenerse en el aire. “Contrarresta los efectos negativos de la gravedad sobre los tiburones”, detalla.

Aunque los tiburones parezcan casi inmóviles en el agua, en realidad se hunden muy lentamente. Utilizan la corriente ascendente para avanzar por el agua y luego dejan que la corriente los devuelva al lugar donde entraron por primera vez para volver a hacerlo todo de nuevo. El resultado parece una cinta transportadora interminable de tiburones, que pueden llegar a ser cientos en un día cualquiera.

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    Fakarava

    Un buceador nada entre tiburones grises de arrecife por la noche alrededor del atolón de Fakarava.

    Fotografía de Laurent Ballesta, Nat Geo Image Collection

    Este comportamiento básicamente reduce la cantidad de energía que los tiburones tienen que gastar”, aclara Papastamatiou, explicando que la corriente fuerza el agua sobre sus branquias y reduce el gasto energético de los animales en un 20 % o más.

    Los tiburones grises de arrecife cazan de noche. Se cree que una de las razones de su presencia inusualmente grande en el lugar responde a la abundancia de peces en la laguna del atolón, impulsada por las agregaciones periódicas de desove.

    Islas de tiburones protegidas 

    Los tiburones están protegidos en la Polinesia Francesa desde 2006. Fakarava no es el único lugar de las Tuamotus donde abundan los grises de arrecife, entre otras muchas especies, como tiburones punta blanca, tiburones punta negra, tiburones tigre, tiburones martillo y tiburones limón.

    En la Sociedad de Protección de Mokarran, en Rangiroa (también en las Tuamotus y el segundo atolón más grande del mundo), los científicos estudian los tiburones martillo en peligro de extinción. Los submarinistas pueden verlos a menudo durante inmersiones recreativas aquí y en otros lugares del archipiélago.

    Fakarava

    En una noche casi sin luna en Fakarava, los miembros del equipo del fotógrafo Laurent Ballesta, nadando contra la corriente de la marea, sostienen las potentes luces que necesita para fotografiar a los tiburones mientras cazan meros escondidos en el arrecife.

    Fotografía de Laurent Ballesta, Nat Geo Image Collection

    Y en el atolón de Tikehau, el apneísta profesional Denis Grosmaire, de Tikehau Ocean Tour, que lleva muchos años buceando con los tiburones tigre de la laguna, está embarcado en un proyecto con el Centro de Investigación Insular y Observatorio del Medio Ambiente de Moorea para recoger muestras de piel de los animales para realizar pruebas genéticas.

    “Ahora que conozco muy bien a estos tiburones, los veo crecer, los veo preñados y ya no preñados”, dice Grosmaire. Su trabajo ayudará a determinar las relaciones entre los tiburones que parecen residentes en Tikehau y los de las islas circundantes, lo que permitirá a los científicos conocer el grado de transitoriedad de la especie.

    En la Polinesia Francesa, los tiburones reciben reverencia y respeto cultural

    Para los habitantes de la Polinesia Francesalos tiburones son tāura (animales tótem y guardianes) tanto de grupos familiares como de islas enteras, asegura Matahi Tutavae, cineasta y narrador tahitiano y fundador de Faafaite-Tahiti Voyaging Society.

    “Son navegantes, pero también guardianes de lugares”, sostiene. 

    Tutavae recuerda un viaje en velero, en medio de una flota de canoas polinesias tradicionales que se acercaban a Fakarava desde Tahití. El grupo se detuvo tras tres días de navegación para realizar un ritual que una mujer local les había aconsejado llevar a cabo entre las dos islas.

    “Cuando vas a algún lugar de Oceanía, siempre se trata de pedir permiso y dejar claras tus intenciones, tanto a la gente que vive allí como a los antepasados”, cuenta Tutavae. “Ella nos enseñó una oración, como una llave para abrir una puerta”.

    Dice que su grupo empezó una ceremonia en medio del océano para pedir permiso para acercarse a la laguna de Fakarava. Media hora después, dijo, un tiburón punta blanca oceánico juvenil, el animal tótem de Fakarava, se acercó y tocó el casco de la canoa.

    “Para nosotros fue una buena señal”, recuerda Tutavae. “Los tiburones nunca fueron una amenaza para nosotroshasta hace muy poco, cuando la gente empezó a alimentarlos y a cambiar sus hábitos”.

    Los viajeros que visiten este remoto rincón del mundo deben acercarse a los tiburones con reverencia y respeto, subraya. Evita los operadores turísticos que alimentan a los tiburones, infórmate sobre los animales y entra en el océano con la mente abierta.

    Fakarava

    Fakarava tiene la segunda laguna más grande del archipiélago de Tuamotu, en la Polinesia Francesa.

    Fotografía de Aaron Huey, Nat Geo Image Collection

    Es difícil respetar algo que no conoces o entiendes”, destaca Tutavae. “Tenemos mucha suerte de poder meternos en el agua y ver todos estos animales, tiburones y ballenas, aquí”.

    “Estamos en medio del océano Pacífico, en unas islas de arrecifes que son muy, muy ricas”, dice Grosmaire. “Cuando hay muchos tiburones, hay muchos peces. Y cuando hay muchos peces, hay muchos tiburones”.

    Por su parte, dice, entra en el agua siempre con un mensaje de amor, respeto, humildad y gratitud hacia los tiburones.

    “Ellos deciden aparecer, ellos deciden venir”, insiste. “Yo, simplemente estoy aquí esperando”.

    La escritora de viajes independiente Terry Ward vive en Florida y ha buceado en todos los continentes, excepto en la Antártida.

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